Carlos Ríos (creador de Realfooding): "Cada célula de tu cuerpo se forma a partir de los nutrientes que tomas"

Investigación y Tecnología

La salud cardiovascular depende en gran medida de los cuidados preventivos y del estilo de vida

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Carlos Ríos
Carlos Ríos / @carlosriosq

¿Sabías que tu cuerpo está en constante transformación, incluso mientras lees esto? Cada segundo, millones de células mueren y son reemplazadas por otras nuevas. Este proceso de renovación celular no solo es esencial para mantenerte vivo, sino también para que te mantengas sano, fuerte y en equilibrio. Aunque no lo percibas, dentro de ti ocurre una actividad intensa que permite que tejidos, órganos y sistemas enteros se regeneren de forma periódica. Algunas células se reemplazan en cuestión de días, otras tardan meses, e incluso años, pero lo cierto es que, en un plazo de una década, podrías ser biológicamente una persona completamente nueva.

Este asombroso mecanismo natural tiene implicaciones directas en cómo envejecemos, cómo respondemos a las enfermedades y cómo influyen nuestros hábitos diarios en nuestra salud. A este respecto, el persona público y creador del movimiento Realfooding, Carlos Ríos (@carlosriosq), asegura "cada célula de tu cuerpo se forma a patir de los nutrientes que tomamos". Así que comprender cómo funciona nuestro cuerpo, no solo puede resultar una experiencia facinante desde el punto de vista biológico, sino que también puede motivarnos a tomar decisiones más conscientes sobre lo que comemos, cómo dormimos y cuánto nos movemos.

La renovación celular: un ciclo continuo que depende de ti

El proceso de regeneración celular varía según el tipo de tejido. Aquellos que están expuestos a entornos más hostiles o a un mayor desgaste, como el intestino o la piel, tienden a renovarse más rápidamente. Por ejemplo, el epitelio intestinal, que es una delgada capa que recubre el interior del intestino y actúa como una barrera protectora frente a toxinas, bacterias y residuos, se reemplaza cada pocos días. Este ritmo vertiginoso es esencial para asegurar que el sistema digestivo siga cumpliendo su papel defensivo y metabólico con eficacia.

Algo similar ocurre con el revestimiento del estómago, que necesita soportar la acción constante de ácidos y enzimas digestivas. Para evitar daños permanentes, sus células se regeneran en cuestión de días. Del mismo modo, el sistema inmunológico produce constantemente nuevas células para mantener la vigilancia ante virus, bacterias y otros invasores. Algunas de sus células tienen una vida útil tan corta que deben reemplazarse cada pocas horas, lo cual es un testimonio de su actividad constante.

Pero no todo ocurre con la misma velocidad ya que nuestro cuerpo, según manifesta Carlos Ríos, "se renueva por completo cada diez años". Otros órganos, como el hígado, tienen una capacidad regenerativa impresionante, pero su proceso es más pausado. En unos seis meses puede regenerarse completamente, siempre que se le proporcionen las condiciones adecuadas, para lo cual, tenemos que cumplir con una dieta equilibrada, bajo consumo de alcohol, descanso y controlar nuestro estrés. El corazón, por otro lado, tiene un ritmo regenerativo muy lento. Aproximadamente el 1% de sus células se renuevan cada año, lo que significa que la salud cardiovascular depende en gran medida de los cuidados preventivos y del estilo de vida.

Renovarse para vivir mejor: piel, sangre y huesos

La piel es uno de los órganos más visibles, y también uno de los que más rápidamente se renueva. Cada 28 a 40 días, sus células muertas son reemplazadas por otras nuevas, lo cual permite que se mantenga suave, flexible y protegida frente al entorno. Este proceso puede verse influido por la nutrición, la hidratación y los factores ambientales, como la exposición al sol o la contaminación. En cualquier caso, prestando atención a nuestra alimentación, para favorecer una renovación cutánea más eficiente y saludable, sería ideal que llevásemos una dieta rica en antioxidantes, ácidos grasos esenciales y vitaminas A, C y E.

La sangre, ese fluido vital que recorre todo tu cuerpo, también es protagonista en este ciclo de renovación. Los glóbulos rojos, responsables de transportar oxígeno a cada célula, tienen una vida media de unos 120 días. Una vez que cumplen su función, el cuerpo los reemplaza mediante la producción de nuevos eritrocitos en la médula ósea. Para que este proceso ocurra correctamente, es fundamental asegurar una ingesta adecuada de hierro, vitamina B12 y ácido fólico, nutrientes esenciales que puedes encontrar en alimentos como legumbres, verduras de hoja verde, carnes magras y cereales integrales.

Incluso los huesos, que solemos percibir como estructuras rígidas e inmutables, están en constante cambio. A lo largo de aproximadamente 10 años, el esqueleto humano se renueva por completo mediante un proceso de recambio óseo que equilibra la destrucción de tejido viejo con la formación de hueso nuevo. Este equilibrio depende de la actividad de células llamadas osteoblastos y osteoclastos y se ve influido por factores hormonales, el nivel de actividad física y, por supuesto, la dieta. La proteína, el calcio, el magnesio y la vitamina D juegan un papel clave en la formación y mantenimiento de la masa ósea, especialmente durante etapas de crecimiento, embarazo o envejecimiento.

En conjunto, estos procesos nos recuerdan que nuestro cuerpo no es una estructura fija, sino un organismo dinámico en permanente evolución y cada decisión que tomamos, desde el alimento que elegimos hasta el descanso que permitimos a nuestro cuerpo, influye directamente en la calidad y eficiencia de su regeneración. Por eso, cuidar de nuestra salud no es solo una cuestión de prevenir enfermedades, sino también de apoyar la maquinaria biológica que nos mantiene vivos, fuertes y en constante renovación.

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