Las mascarillas han sido una de nuestras grandes barreras a un virus que aterrizó en el mundo a un ritmo de contagio imparable y sin obstáculos en la entrada a nuestro organismo. Con ellas, además del coronavirus, también se esquivaron con bastante eficacia algunas enfermedades, alergias y virus con los que estábamos acostumbrados a convivir. Sin embargo, con el fin de las mascarillas, y con un coronavirus que parecía remitir cada vez más, nuestras viejas compañeras aprovecharon la ocasión para volver a hacer acto de presencia y entrar en un sistema inmune debilitado. Entre ellas, se ha producido un repunte  de infecciones víricas que afectan sobremanera a la población infantil y entre las que el covid ya no ostenta la mayoría. La estomatitis aftosa es una de las observadas en consultas pediátricas, sobre todo en población infantil entre dos y nueve años. Te contamos sus síntomas y cómo tratarla. 

La estomatitis aftosa es una enfermedad que provoca la aparición de úlceras pequeñas en la boca. Generalmente aparecen en el interior de los labios, en las mejillas o en la lengua. Las úlceras aftosas también se conocen como "úlceras bucales".  Por lo general, la estomatitis aftosa se presenta primero en niños de unos 3 años y adolescentes de entre 10 y 19 años de edad. En un tercio de los niños afectados, las lesiones continúan apareciendo durante los años posteriores al brote inicial.

SÍNTOMAS

La estomatitis puede surgir por varios motivos, siendo más frecuente debido a la disminución en las defensas del sistema inmune, el hábito de llevarse las manos y objetos sucios a la boca, alergias, golpes en la boca o como consecuencia de una gripe, por ejemplo. Además, la estomatitis puede presentarse debido al contagia por el virus del herpes simple o del género Coxsackie, que está relacionado al síndrome mano, pie boca, habiendo normalmente otros síntomas demás de aftas.

Las lesiones generalmente tardan entre 7 y 14 días en cicatrizar. Además de las aftas o llagas en la boca, los síntomas más comunes que las acompañan son:

• Irritabilidad y rechazo a la comida
• Inflamación de las encías
• Dolor en la boca y garganta al deglutir;
• Puede haber fiebre por encima de los 38°C
• Sensación de malestar general
• Heridas en los labios
• Mal aliento
• Cefalea
• Tos
• Náuseas 

TRATAMIENTO 

El tratamiento de las crisis mediante el uso de corticoides y la prevención/disminución de frecuencia de los episodios con cimetidina, colchicina, suplementación con vitamina D y el tratamiento con inhibidores de la interleukina.

En los casos más graves, el tratamiento puede requerir el uso prolongado de corticoides sistémicos, azatioprina u otros inmunosupresores, pentoxifilina o talidomida. Pueden usarse inyecciones intralesionales con betametasona, dexametasona o triamcinolona.