Un cardiólogo explica las razones por las que no debes tomar ibuprofeno antes de hacer deporte: "Úsalo solo cuando sea necesario"

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El cardiólogo Aurelio Rojas
El cardiólogo Aurelio Rojas / @doctorojas/Freepik

Todos tenemos en el botiquín de nuestra casa ibuprofeno y otro tipo de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs). Siempre nos viene bien cuando nos duele la cabeza, tenemos dolores menstruales, musculares o malestar general, pero que lo hayamos normalizado no quiere decir que no sea perjudicial para nuestra salud y que su abuso no esté exento de riesgo especialmente en grupos de la población que ya cuentan con ciertas patologías.

El cardiólogo Aurelio Rojas, más conocido en redes sociales como @doctorrojas, nos habla de las contraindicaciones que tiene y nos da algunas recomendaciones al respecto, haciendo hincapié en su ingesta antes de realizar una práctica deportiva de alta intensidad. Veamos cómo afectan los AINEs, por qué debería preocuparnos y quién debería evitarlos según su historial clínico.

¿Qué son los AINEs y por qué preocupan?

Los AINEs, como el ibuprofeno, el naproxeno o el diclofenaco, actúan bloqueando ciertas sustancias del cuerpo llamadas prostaglandinas, que son las responsables del dolor, la fiebre y la inflamación. Ahí está la razón de su eficacia y por eso los tomamos, incluso, sin receta médica. Sin embargo, esas mismas prostaglandinas también cumplen funciones esenciales para la protección del estómago, razón por la cual se recomienda tomarlo junto con un "protector de estómago". Estas sustancias también están para garantizar el buen funcionamiento de nuestros riñones y para regular nuestra presión arterial, por lo que cuando se bloquean de forma prolongada o en exceso, los efectos adversos pueden superar los beneficios.

Aunque cualquier persona, sin patologías previas, puede sufrir efectos negativos por el uso indebido de AINEs, hay ciertos grupos que deben ser especialmente cautelosos con su ingesta como aquellas personas que tienen hipertensión o la tensión alta sin controlar ya que "el ibuprofeno puede reducir el efecto de los medicamentos para la tensión, así que, en este caso, consulta con tu médico". Las interacciones entre medicamentos pueden ser peligrosas, especialmente con anticoagulantes, diuréticos o tratamientos renales.

Recomendaciones para reducir riesgos

La clave está en el uso inteligente y prudente. El cardiólogo Aurelio Rojas (@doctorrojas) nos hace esta advertencia: "Úsalo solo cuando sea necesario. Evita tomarlo por contumbre", pero además nos hace otras recomendaciones con respecto a la ingesta de este analgésico justo antes de hacer deporte. Asegura, por otra parte, que es altamente recomendable mantenerse bien hidratado cuando tomemos ibuprofeno ya que es un medicamento que afecta a los riñones y la falta de agua puede hacer que aumente todavía más la presión arterial.

Evitar el alcohol y el exceso de sal es otra de las grandes recomendaciones de este conocido cardiólogo ya que ambos aumentan la retención de líquidos y hace que los vasos sanguíneos se contraigan aún más, si estamos tomando ibuprofeno. En caso de tener que tomarlo, la recomendación parte de consumir la dosis mínima efectiva durante el menor tiempo posible. No hay que asumir que más cantidad implica más alivio. De hecho, suele ser al revés: cuanto más tomamos, más expuestos estamos a sus efectos secundarios. Por otra parte, y así lo advierte el cardiólogo, no debemos combinar ibuprofeno con ejercicio intenso debido a que el esfuerzo físico ya representa un desafío para los riñones y músculos y este fármaco podría emporar el daño.

Alternativas naturales que sí cuidan tu salud

Afortunadamente, existen opciones naturales que pueden ayudar a aliviar el dolor y la inflamación sin poner en riesgo tu salud cardiovascular o renal:

  • Cúrcuma y jengibre: Ambos son conocidos por sus propiedades antiinflamatorias. Se pueden consumir en infusiones, cápsulas o como parte de la dieta.
  • Magnesio: Este mineral interviene en la función muscular y nerviosa. Puede ayudar a reducir la frecuencia e intensidad de dolores como los de cabeza o calambres musculares.
  • Terapias de frío o calor local: Aplicar una bolsa de hielo o una manta térmica puede ser muy eficaz para aliviar dolores musculares o articulares.
  • Respiración consciente y técnicas de relajación: El estrés es un amplificador del dolor. Aprender a respirar profundamente y a relajar el cuerpo puede marcar la diferencia, sobre todo en dolores tensionales.
  • Fisioterapia y movimiento guiado: En muchos casos, el dolor crónico mejora con el tratamiento adecuado que incluya estiramientos, fortalecimiento y corrección postural.

Por último, hay que recordar que el hecho de que algo se venda sin receta no significa que sea inofensivo. El ibuprofeno y otros AINEs pueden ser útiles, sí, pero también peligrosos si se abusa de ellos o se usan sin tomar precauciones. Informarse, escuchar al cuerpo y considerar alternativas naturales puede ayudarte a aliviar el dolor sin poner en riesgo tu salud a largo plazo.

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