Sigfredo Romero Zoghbi, oncólogo radioterápico: "El cáncer afecta a un gran número de hombres cada día"

Investigación y Tecnología

Uno de los grandes temores vinculados al cáncer de próstata es la pérdida de control sobre el cuerpo y la intimidad

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Cáncer masculino
Cáncer masculino / Canva

Junio no solo marca el inicio del verano sino que también es el Mes de la Salud Masculina, por lo que se convierte en una gran oportunidad para alzar la voz por una causa muchas veces silenciada: la salud masculina frente al cáncer. Es momento de mirar de frente una realidad contundente y, a la vez, esperanzadora. Uno de cada dos hombres en España vivirá un diagnóstico oncológico a lo largo de su vida. Esta cifra, que puede parecer abrumadora, debe interpretarse no como sentencia, sino como una invitación a actuar.

"El cáncer afecta a un gran número de hombres cada día, por lo que es fundamental normalizar el diálogo sobre la prevención y la detección precoz como parte esencial del cuidado de la salud masculina. Abordar estos aspectos con naturalidad permite actuar a tiempo y mejorar significativamente el pronóstico. Hoy en día, contamos con revisiones médicas periódicas y terapias innovadoras que suponen un verdadero avance en los resultados clínicos", afirma el doctor Sigfredo Romero Zoghbi, oncólogo radioterápico en GenesisCare España.

La prevención como compromiso vital

La prevención no debería ser un concepto abstracto reservado a campañas sanitarias, sino que es una forma activa de quererse, de apostar por el presente y por el futuro. Cada año, cerca de 150.000 hombres reciben un diagnóstico de cáncer. Son cifras que podrían llenar un estadio, pero no son solo números: son vidas, familias, proyectos que merecen ser protegidos.

Abordar la salud masculina con naturalidad y rigor es un acto de responsabilidad. Significa hacerse revisiones periódicas aunque no haya síntomas, cuidar los hábitos diarios, y entender que el envejecimiento no debe ir de la mano del abandono del autocuidado. Como señala el doctor Sigfredo Romero Zoghbi, oncólogo radioterápico de GenesisCare España, tomarse en serio la prevención es, también, una forma de proteger a quienes nos rodean. El cáncer, especialmente el de próstata, no debería ser sinónimo de largas ausencias del trabajo ni de rupturas en la rutina diaria. Hace apenas unos años, la radioterapia implicaba más de seis semanas de sesiones diarias, pero hoy hay técnicas como la radioterapia estereotáctica corporal (SBRT) las cuales han transformado radicalmente ese paradigma.

Gracias a esta innovadora técnica, es posible tratar el cáncer de próstata localizado en solo cinco sesiones ambulatorias. Es un cambio de escala que no solo representa un avance técnico, sino menos desplazamientos, menos interrupciones y más control sobre la vida. En un estudio realizado por GenesisCare con más de 250 hombres tratados con SBRT, el 95% seguía libre de recaída tres años después. Las complicaciones graves eran mínimas y la calidad de vida se mantenía intacta. Y aún hay más. Con tecnologías como MRIdian® MR Linac, es posible visualizar el tumor en tiempo real y ajustar el tratamiento al milímetro, como si de un GPS quirúrgico se tratara. Estos avances permiten preservar funciones clave como el control urinario o la actividad sexual, aspectos íntimos que a menudo son fuente de preocupación silenciosa para muchos hombres.

Hablar: la medicina invisible

El silencio ha sido, durante demasiado tiempo, uno de los grandes enemigos del bienestar masculino. Solo dos de cada diez hombres comparten su diagnóstico de cáncer de forma abierta. Muchos lo guardan, en un intento de proteger a sus seres queridos o por miedo al estigma. Pero ese silencio, lejos de ser escudo, puede convertirse en carga. Hablar de la enfermedad, buscar apoyo psicológico y emocional, compartir el miedo y la esperanza, puede marcar la diferencia. Los hombres jóvenes comienzan a romper este patrón, a entender que pedir ayuda no los debilita, sino que los humaniza. La virilidad no reside en la negación del dolor, sino en la valentía de enfrentarlo con todas las herramientas disponibles. Uno de los grandes temores vinculados al cáncer de próstata es la pérdida de control sobre el cuerpo y la intimidad. El miedo a la disfunción eréctil o al deterioro de la vida sexual puede pesar tanto como el diagnóstico en sí.

Sin embargo, la medicina actual ya no impone renuncias tan drásticas. Técnicas como la SBRT permiten conservar esas dimensiones esenciales del bienestar sin renunciar a la eficacia del tratamiento. Los grupos de apoyo, los psicooncólogos, los foros donde otros hombres comparten su experiencia son espacios donde se redefine el concepto de masculinidad. Se empieza a hablar de forma abierta de los cambios, de los miedos, de las formas de adaptarse sin perder la autoestima. Porque el tratamiento contra el cáncer no debe costar la identidad.

Hábitos que salvan vidas

Abandonar el tabaco, moderar el consumo de alcohol, incorporar ejercicio físico y seguir la dieta mediterránea no solo mejora la salud general, sino que actúa como una barrera real frente a varios tipos de cáncer. A partir de los 50 años, o antes si hay antecedentes, es fundamental incluir revisiones periódicas como el test de PSA, el tacto rectal o la colonoscopia. Detectar a tiempo es ganar años de vida. Incluso simples gestos como la autoexploración testicular desde la adolescencia pueden marcar una diferencia crucial.

La detección precoz no solo mejora los pronósticos, también permite aplicar tratamientos más eficaces y menos invasivos. Como prueba, los resultados del estudio SBRT: solo un 6,8% de los pacientes presentaron toxicidad urinaria significativa y apenas un 1,2% sufrió disfunción sexual severa. Datos que hablan por sí solos. Este junio, más que celebrar el inicio del verano, celebremos el compromiso con la vida. Hablemos sin miedo, actuemos con determinación y construyamos un presente donde cada hombre tenga las herramientas para enfrentar el cáncer sin perder su dignidad, su esperanza ni su voz.

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