Ojo a estos síntomas, podrías tener un déficit de vitamina A
Nuestras uñas y cabello nos 'avisarían' volviéndose más frágiles
Estos son los alimentos que no debes añadir a tu cena si quieres dormir mejor
La vitamina A es fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, por lo que un déficit de ella se traduciría en que nuestro sistema inmunitario no pudieran desempeñar sus funciones, incrementándose así las posibilidades de que padezcamos enfermedades con más frecuencia. En los niños, la carencia de esta vitamina podría provocar que su desarrollo se ralentice.
Hay algunos síntomas que nos avisan de la carencia de vitamina A, como por ejemplo la ceguera nocturna, uno de los primeras señales que 'manda' nuestro cuerpo cuando sus índices están bajos, lo que producirá que nuestro ojo no pueda producir los pigmentos necesarios para que veamos correctamente. Nuestra piel también nos 'avisaría' de un déficit de vitamina A, volviéndose seca y escamosa, ya que no recibirían el colágeno necesario.
Nuestras uñas y el cabello también se volverían frágiles como consecuencia de una carencia de vitamina A, lo que también provocaría que nos sintiéramos más cansados, así como que sufriéramos dolores de cabeza con más frecuencia. Si el déficit se alarga en el tiempo, los mareos, las náuseas, la debilidad muscular, perder parte del sentido del gusto u olfato o la ceguera serían algunos síntomas que se podrían experimentar.
El déficit de esta vitamina en muchas ocasiones viene provocado por una mala alimentación. De hecho, es muy común que lo sufran los habitantes de los países que están en vías de desarrollo. Aunque en los países en los que se tiene acceso a una gran variedad de alimentos la carencia de la vitamina A suele estar relacionada con enfermedades del intestino, del hígado o del páncreas, que alterarían su absorción.
Cómo prevenir la carencia de esta vitamina
Una dieta variada y saludable reducirá las posibilidades de que tengamos un déficit de vitamina A, ya que esta la contienen las verduras, como el brócoli, las espinacas, la col o las zanahorias, y las frutas como la naranja, la papaya, la sandía o el pomelo. La leche, el queso y algunos tipos de pescado, por ejemplo, el salmón y el arenque, también se recomiendan consumir.
Aunque tampoco debemos excedernos en el consumo de alimentos ricos en vitamina A, pues algunos síntomas como el debilitamiento y dolor en los huesos, la diarrea o las náuseas podrían hacer acto de presencia. La ingesta diaria recomendada de esta vitamina se sitúan en unos 900 microgramos al día en los hombres y en 700 en las mujeres.
Si se experimenta alguno de los síntomas mencionados y pensamos que podríamos un déficit en vitamina A, lo mejor es acudir al médico, para que este realice el diagnóstico adecuado y, si viera conveniente, recetara algún suplemento.
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