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¿Vives en una jaula invisible? Señales claras de control coercitivo en tu relación de pareja

¿Vives en una jaula invisible? Señales claras de control coercitivo en tu relación de pareja

¿Vives en una jaula invisible? Señales claras de control coercitivo en tu relación de pareja

Cuando reflexionamos sobre la violencia en las relaciones de pareja, generalmente nos viene a la mente el abuso físico o emocional evidente. Sin embargo, existe otra forma de abuso que a menudo pasa inadvertida debido a que no siempre involucra tácticas como el gaslighting, la devaluación directa o la violencia física.  Cuando una persona experimenta una constante vigilancia en su relación de pareja, siente que cada acción está bajo control y ha perdido parte o la totalidad de su independencia, es posible que esté enfrentando un problema de control coercitivo. Esta forma de maltrato psicológico implica que el agresor emplea tácticas manipuladoras y de control dentro de la relación, ejerciendo poder sobre la víctima e incluso recurriendo a la humillación o intimidación, aunque la mayoría de veces suele emplear acciones sutiles en entornos íntimos. 

En este sentido, aunque muchas personas que ejercen el control coercitivo también pueden ser física o sexualmente abusivas con sus parejas, otras utilizan exclusivamente tácticas de control coercitivo sin recurrir a la violencia física. Uno de los problemas más preocupantes de esta forma de maltrato es que las personas que conocen a la pareja o a la familia no sean conscientes de las señales de control coercitivo, ya que quienes lo ejercen suelen proyectar una imagen carismática y encantadora. Además, la persona sometida a él puede no ser consciente de estar siendo controlada o manipulada hasta que su autoestima, sentido de seguridad y autonomía se hayan erosionado por completo. El control coercitivo se manifiesta en los llamados 'vínculos traumáticos', que a menudo se encuentran en relaciones abusivas alimentadas por altos niveles de narcisismo. Estas dinámicas se basan en ciclos de recompensa positiva y castigo intermitente.

SEÑALES DE ALARMA

  • Aislamiento social: La persona controladora intenta aislar a su pareja de familiares, amigos y otros seres queridos. Puede prohibirle o dificultarle el contacto con personas fuera de la relación, lo que crea dependencia emocional y dificulta la búsqueda de apoyo.
  • Control excesivo: La persona controladora tiene una necesidad constante de controlar todos los aspectos de la vida de su pareja, como la forma de vestir, las amistades, las actividades y los horarios. Esto limita la autonomía y la libertad de la otra persona.  De manera gradual, la persona puede empezar a asumir el control y supervisar todas las acciones de su pareja, incluyendo sus planes y las personas con las que se relaciona. El propósito es asegurarse de que la pareja pase el menor tiempo posible lejos de casa y de su influencia.
  • Manipulación emocional: La persona controladora utiliza tácticas manipulativas para mantener el poder y el control sobre su pareja. Puede utilizar el chantaje emocional, la culpa, la vergüenza o la humillación para influir en las decisiones de la otra persona. 
  • Vigilancia constante: La persona controladora puede ejercer un control excesivo sobre la vida privada de su pareja, como revisar constantemente su teléfono, correo electrónico o redes sociales, seguir sus movimientos o instalar cámaras de vigilancia en la casa.
  • Amenazas y violencia: El control coercitivo a menudo puede llevar a la violencia física o verbal. La persona controladora puede amenazar con hacer daño a su pareja, a sí misma o a otras personas si la relación se termina o si la persona controlada no cumple con sus demandas.
  • Desvalorización y menosprecio: La persona controladora puede menospreciar constantemente a su pareja, criticando su apariencia, habilidades, logros o cualquier aspecto de su vida. Esto socava la autoestima de la persona controlada y refuerza el control del agresor.
  • Pérdida de autonomía:  La autonomía de una persona puede verse limitada de varias maneras. Algunas tácticas comunes incluyen: negarse a dejar que alguien trabaje o que lo despidan, restringir el acceso al transporte, decirles a los amigos de la persona que no están en casa si llaman, devaluar la elección de amigos de la otra persona, encontrar fallas en sus pasatiempos o insistir en que proporcionen un recibo para validar dónde estaban.
  • Limitación financiera: La persona controladora puede ejercer un control económico sobre su pareja, limitando su acceso a recursos financieros, negándole el acceso a cuentas bancarias o forzándola a depender económicamente de ella.

¿Cómo salir del control coercitivo?

Salir del control coercitivo puede ser un proceso difícil y desafiante, pero es posible. Aquí hay algunos pasos que puedes considerar para comenzar a liberarte de esas cadenas:

  1. Reconoce la situación: El primer paso es tomar conciencia de que estás viviendo en una relación de control coercitivo. Reconoce los signos y patrones de comportamiento manipulador y abusivo.

  2. Busca apoyo: No enfrentes esta situación sola. Busca el apoyo de amigos cercanos, familiares o profesionales de confianza, como terapeutas, asesores o grupos de apoyo. Compartir tu experiencia con personas que te brinden apoyo emocional y consejos puede ser fundamental en tu proceso de recuperación.

  3. Prioriza tu seguridad: Si sientes que estás en peligro físico o emocional, considera buscar ayuda de organizaciones especializadas en violencia doméstica. Ellos pueden brindarte orientación y recursos para garantizar tu seguridad.

  4. Crea un plan de escape: Desarrolla un plan de seguridad detallado antes de tomar cualquier acción. Esto puede incluir recopilar pruebas de abuso, asegurar tu independencia financiera, tener un lugar seguro donde ir o buscar ayuda legal si es necesario. Asegúrate de mantener este plan en secreto para evitar represalias.

  5. Establece límites y di "no": Comienza a establecer límites claros con tu pareja controladora. Aprende a decir "no" y a defender tus derechos y decisiones personales. Recuerda que tienes derecho a tu propia autonomía y a vivir una vida libre de abuso y control.

  6. Busca terapia o asesoramiento: Considera buscar terapia individual o de pareja para ayudarte a procesar y superar el impacto emocional del control coercitivo. Un profesional capacitado puede brindarte herramientas y estrategias para reconstruir tu autoestima y establecer relaciones saludables en el futuro.

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