La nutrición enteral es una forma de suministrar nutrición directamente en el tubo digestivo a pacientes que no pueden consumir alimentos de manera convencional debido a problemas de deglución, cirugías, enfermedades crónicas o situaciones en las que se requiere un soporte nutricional adicional.

Se suele administrar en forma de líquido mediante sondas nasogástricas, que se introducen a través de la nariz hasta el estómago, o sondas de gastrostomía, que se colocan directamente en el estómago a través de una pequeña incisión en la pared abdominal. Se podría utilizar el método en polvo, pero se corre el riesgo de contaminación al necesitar más manipulación. 

A pesar de ser una metodología no invasiva, es necesario que se le realice al paciente un ensayo adecuado de las posibilidades de ingesta oral, por lo que se establecerá, en primer lugar, un protocolo que incluya cambiar a una dieta cuyos alimentos tengan una consistencia diferente, así como la densidad de los nutrientes o el horario en el que se harán las comidas ya que la selección de la dieta debe estar basada en las necesidades fisiológicas, la capacidad digestiva y la estimación de los requerimientos nutricionales del paciente.

Este enfoque permite proporcionar los nutrientes necesarios para mantener la salud y la función del cuerpo cuando la alimentación oral no es posible o adecuada. Sin embargo, su implementación y monitoreo deben llevarse a cabo bajo la supervisión de profesionales de la salud para garantizar la seguridad y la efectividad del tratamiento nutricional enteral.

Ventajas de esta metodología 

• Más fisiológica
• Más fácil de preparar y administrar ya que se necesitan menos medios técnicos y de personal
• Más fácil de controlar
• Ejerce un importante estímulo metabólico y tiene un efecto regenerador sobre los tejidos y la mucosa digestiva
• Favorece la adaptación del intestino a la alimentación oral
• Menos traumática y mejor aceptada por el paciente
• Más económica

Tipos de dietas que hay 

Hay tres tipos de dietas que se pueden llevar a cabo en la nutrición enteral:

• Dietas poliméricas: aportan la proteína de manera intacta. Los hidratos de carbono están en forma de oligosacáridos y los lípidos suelen estar constituidos por triglicéridos de cadena larga. Se presentan en forma líquida y tienen una densidad calórica que va desde 1 kcal./ml. hasta 2 kcal./ml. Es la que más se suele aplicar y se suele hacer en el caso de que el paciente mantenga una capacidad motora, digestiva y de absorción suficiente. 
• Dietas peptídicas: son fórmulas donde el aporte nitrogenado se realiza en forma de oligopéptidos, los hidratos de carbono son hidrolizados de almidón de maíz y las grasas suelen ser grasas vegetales. Tienen una mayor concentración de partículas disueltas en suero y suele tener un precio más elevado. Este tipo de dietas se administra a pacientes con patología intestinal y nutrición enteral transpilórica. Son casos que suelen presentarse en neonatología en el que el recién nacido tiene residuos gástricos constantes, vómitos o reflujo gastroesofágico
• Dietas especiales: se adaptan a las necesidades metabólicas y nutricionales de algunas patologías concretas entre las habituales se encuentran insuficiencia hepática, insuficiencia renal, problemas respiratorios, situaciones de estrés, pacientes diabéticos y pacientes inmunodeprimidos.