Cáncer de pulmón en mujeres: una emergencia silenciosa

El cáncer de pulmón ya mata a más mujeres que el de mama en España. Su avance, ligado al tabaquismo y a la falta de estrategias preventivas con enfoque de género, plantea retos urgentes

Pese a estar estrechamente ligado al tabaquismo, entre un 15 % y un 20 % de las mujeres diagnosticadas con cáncer de pulmón en España nunca ha fumado.
Pese a estar estrechamente ligado al tabaquismo, entre un 15 % y un 20 % de las mujeres diagnosticadas con cáncer de pulmón en España nunca ha fumado. / Archivo

16 de julio 2025 - 17:37

Por primera vez en España, en el año 2024, el número de muertes por cáncer de pulmón en mujeres ha superado al de muertes por cáncer de mama. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2024 fallecieron 6.679 mujeres por cáncer de pulmón, frente a 6.578 por cáncer de mama. Esta inversión en el patrón de mortalidad femenina por cáncer no es un hecho aislado, sino el resultado de una tendencia que lleva años gestándose.

El aumento mantenido del número de casos nuevos y muertes por cáncer de pulmón en mujeres está estrechamente ligado a la incorporación del tabaco en la vida de muchas españolas a partir de los años 70 y 80. El cáncer de pulmón tiene un periodo de latencia prolongado: pueden pasar décadas desde el inicio de la exposición al tabaco hasta que aparece el tumor. El pico de consumo de tabaco que vivimos en las décadas pasadas en las mujeres empieza ahora a traducirse en un crecimiento continuo de nuevos diagnósticos (incidencia) y defunciones (mortalidad).

Según estimaciones de la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN), en 2025 se diagnosticarán en España 11.064 nuevos casos de cáncer de pulmón en mujeres. Esta cifra multiplica por 2,4 los casos de hace apenas 20 años. La incidencia sigue creciendo, mientras que, en los hombres, aunque las cifras absolutas siguen siendo mayores, la tendencia es descendente. Esta evolución divergente refleja el impacto diferencial del tabaquismo entre ambos sexos y de la ausencia histórica de estrategias específicas de prevención en mujeres.

Además, el consumo de cigarrillos electrónicos y vapeadores está ganando terreno, especialmente entre adolescentes y mujeres jóvenes, lo que plantea nuevos desafíos. Aunque a menudo se perciben como alternativas menos dañinas, la evidencia científica alerta sobre su papel como puerta de entrada a la nicotina y al daño pulmonar. Numerosos estudios señalan que estos productos no son inocuos y pueden facilitar el inicio, la persistencia y la recaída del consumo de tabaco.

Frente a este panorama, el cáncer de pulmón sigue siendo una enfermedad infrarrepresentada en las políticas de salud pública orientadas a las mujeres. A diferencia del cáncer de mama, no existe en España un programa de cribado sistemático para su detección precoz. Aunque varios países europeos han comenzado a implementar programas piloto con tomografía computarizada de baja dosis (TCBD) en personas de alto riesgo (fumadores y exfumadores mayores de 50 años), en España el diagnóstico de cáncer de pulmón suele llegar en fases avanzadas, cuando las opciones terapéuticas son más limitadas y la supervivencia es baja. Actualmente, la tasa de supervivencia a cinco años del cáncer de pulmón se sitúa en torno al 15–20%, frente a más del 80% en el caso del cáncer de mama.

La Comisión Europea, en el marco de su Plan Europeo contra el Cáncer, recomendó en 2022 ayudar a los Estados miembros a explorar la implementación de programas de cribado de cáncer de pulmón en población de alto riesgo utilizando TC de baja dosis. Estas recomendaciones se basan en evidencia científica sólida que muestra una reducción significativa de la mortalidad, especialmente cuando el cribado se combina con programas de cesación tabáquica. El proyecto europeo SOLACE, cofinanciado por el programa EU4Health, está desarrollando directrices y herramientas para la implementación de estos programas con criterios de equidad, calidad y eficiencia económica.

En el ámbito científico, estudios recientes han documentado el aumento sostenido de la mortalidad por cáncer de pulmón en mujeres en Europa y América Latina. Un estudio de 2022 sobre tendencias en 31 países europeos mostró que, mientras la mortalidad masculina por este tumor descendía gracias a políticas antitabaco implementadas desde los años 80, la femenina seguía aumentando en más de dos tercios de los países, con un incremento anual del 4,1 % en España entre 2000 y 2017. Otro estudio señaló que los subtipos de cáncer de pulmón más frecuentes en mujeres (como el adenocarcinoma) tienen características biológicas y moleculares distintas a los de los hombres, lo que subraya la necesidad de aplicar una perspectiva de género también en la investigación y en la práctica clínica.

Además, entre un 15 % y un 20 % de las mujeres diagnosticadas con cáncer de pulmón en España nunca ha fumado, lo que apunta a otros factores de riesgo, como la exposición pasiva al humo del tabaco, la contaminación atmosférica, factores hormonales o predisposición genética.

La situación actual exige una respuesta institucional clara, con enfoque de género, basada en la mejor evidencia científica disponible. No podemos seguir tratando el cáncer de pulmón como una enfermedad "masculina" ni seguir diseñando estrategias preventivas sin considerar los patrones de exposición, diagnóstico y supervivencia en mujeres.

Por ello, es imprescindible reforzar la investigación específica en cáncer de pulmón en mujeres. Necesitamos comprender mejor las vías biológicas implicadas, desarrollar biomarcadores diagnósticos y terapéuticos específicos, promover la participación equitativa en ensayos clínicos y garantizar que los resultados de la investigación se desagreguen por sexo. Solo así podremos diseñar estrategias de prevención, detección y tratamiento que sean verdaderamente eficaces y justas.

El cáncer de pulmón en mujeres ha dejado de ser un problema emergente: es una urgencia silenciosa que demanda atención, recursos e intervención inmediata.

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