El deán de la Catedral de Sevilla es quien preside el Cabildo, el que precede a todos los demás. Según el nuevo código por el que se rige esta institución, es elegido por los canónigos y confirmado por el arzobispo. Hoy, fiesta de San Juan Bautista, que como monseñor Saiz Meneses, arzobispo de Sevilla, recordó en la homilía precedió a Cristo, ha tomado posesión como nuevo deán Francisco Ortíz Bernal.

El párroco de Los Pajaritos -qué gran labor hace este grupo parroquial en ese barrio solo recordado cuando salen las vergonzantes cifras de la pobreza en España - estuvo no sólo por su familia y por miembros de la parroquia, sino por todas las hermandades de Benacazón, su pueblo. De un modo u otro, en el Altar Mayor de la Catedral estaban junto a él además de los obispos auxiliares Teodoro León y Ramón Valdivia.  Precisamente Francisco Ortiz sustituye en el cargo a Teodoro León, que fue deán desde 2013 hasta que fue ordenado obispo auxiliar.

Uno de los momentos del acto de la toma de posesión en el coro.

La puesta en escena de la liturgia que envuelve los nombramientos eclesiásticos siempre llama la atención de los turistas que en esos momentos visitan la catedral. Y una ocasión como esta, con canto del coro catedralicio y procesión hasta el altar mayor  de arzobispo, obispos auxiliares y canónigos no ha pasado desapercibida para ellos. Alguno ha habido que ha dejado la mochila en el suelo y ha seguido la misa con verdadero interés.

Durante la homilía, el arzobispo ha recordado que hay que aprender de San Juan Bautista, que precedió a Cristo "con actitud de precursor", algo que se concreta en tres acciones: "preparar el camino, señalar al Mesías y desaparecer de la escena dejando todo el protagonismo a Cristo".

Los miembros del cabildo abrazan al nuevo deán y al arzobispo.

El arzobispo de Sevilla ha indicado que todos somos precursores unos de otros, “en la familia, en distintos ámbitos de la sociedad, y en la Iglesia, también. Somos después destituidos por otros que vendrán después”. “En estos tiempos de inconsistencia, de liquidez, de egocentrismo, de narcicismo -añadió-, sea cual sea nuestra misión pastoral, hemos de ser precursores que preparan el camino al Señor, que propician el encuentro con Él y desaparecen discretamente”.

Tras la Eucaristía, todos los canónigos esperaron al arzobispo en la sacristía de los Cálices y se dirigieron al coro precedidos por el pertiguero. Allí se constituyó la sala capitular, ad casum para la toma de posesión del nuevo deán. Un vez leído el acta, el nuevo deán acompañado

El nuevo deán, acompañado de las dos dignidades más antiguas de cada coro, del secretario y del maestro de ceremonias y situado ante el facistol frente a la cátedra del arzobispo prometió su cargo y posteriormente ocupó su nuevo asiento en el coro como deán. Con el deseo del arzobispo de que durante los cinco años que dura su cargo tenga "la ayuda del Señor" y su bendición a los familiares más cercanos y canónigos que pudieron asistir a esta ceremonia, impartió su bendición y recibieron tanto el nuevo deán como el arzobispo y lo dos obispos auxiliares, el abrazo de todos los miembros del cabildo catedralicio.