Uno de los principales atractivos de la exposición de los misterios de Sevilla en el Casino de la Exposición, es poder contemplar al primitivo Crucificado de las Cinco Llagas de la Hermandad de la Trinidad, desconocido para la mayoría de los cofrades. Es la única imagen de Cristo en esta muestra que reúne las figuras secundarias de ocho pasos y que, en este caso, está acompañado de las imágenes de San Juan Evangelista, José de Arimatea, María Magdalena, María Salomé, María Cleofás y Nicodemo.

Esta imagen de Cristo es la más antigua de las que ha procesionado con la corporación del Sábado Santo, al menos que se conserve, puesto que en las reglas de 1555 ya se hablaba de un “crucifijo grande” que cerraba el cortejo y que era portado por “un cofrade de los más altos”. Era, por tanto, la única imagen presente en esa procesión, como se recalca en el catálogo editado con motivo de esta exposición, producido por Páginas del Sur (Grupo Joly).

Es en el siglo XVII cuando se empieza a configurar este paso de misterio mediante la conformación de calvario clásico. Habrá que esperar ya a la segunda mitad del siglo XX para asistir a la incorporación de las imágenes de Nicodemo y José de Arimatea. El Crucificado de las Cinco Llagas es una escultura policromada de tamaño natural “de compleja historia material reflejada en los elementos constitutivos”, puesto que está realizado en madera, pasta y telas encoladas. La cabeza es su pieza más antigua y puede fecharse en torno a la primera mitad del siglo XVII. Como se cuenta en el capítulo dedicado a este misterio, “una sustancial remodelación sufrió la fisonomía de esta efigie en 1746, al añadírsele “medio cuerpo nuevo”, lo que conllevó que hubiera de repolicromarse por completo. Sabemos que, por entonces, el Cristo aún lucía una cabellera de pelo natural”.

La imagen fue restaurada en 1825 por el escultor Cesario Ramos y, antes de la Semana Santa de 1884, por Manuel Gutiérrez Reyes. En el siglo XX, hay registradas nuevas intervenciones por parte de Ángel Rodríguez Magaña en 1907 y 1918; y por Carlos Bravo Nogales en 1950, quien lo restauró y volvió a policromar, dotándolo de la encarnadura que conserva hasta hoy.

“El Cristo nunca tuvo mucha consideración en la hermandad. En el paso no desentonaba. Presenta varias capas de policromía que impiden un análisis más profundo. Ha sido una acierto que se conserve”, apunta Andrés Luque Teruel, profesor titular de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla.

La endeble calidad artística y el preocupante estado de conservación de esta imagen justificaron que la hermandad se planteara reemplazarla. El 4 de marzo de 1981 se bendijo la nueva talla de Crucificado realizada por Manuel Hernández León, sustituyéndose al año siguiente por otra del mismo escultor pero un poco más pequeña. Esta imagen tampoco acabó por calar en la hermandad que, en 2002 la sustituyó por otro Crucificado tallado por Luis Álvarez Duarte.

El sayón de la trompeta de la Exaltación

El paso de la Exaltación antes de 1960.

El paso de misterio de la Hermandad de la Exaltación fue reformado en el año 1960, cuando se incluyeron las tallas de Juan Abascal Fuentes. Hasta entonces figuraba en la delantera un sayón que tocando una trompeta tenía la misión de convocar al pueblo. También se podía ver otro sayón que portaba la sentencia.

Antiguo Cristo de la Lanzada y la Hiniesta

El Cristo de la Vera Cruz.

El Cristo de la Vera Cruz de Mairena del Alcor es una imagen cuya cabeza de barro está atribuida a Cristóbal Ramos. Fue titular de la Lanzada entre 1850 y 1928. Posteriormente, salió en 1935 con la Hermandad de la Hiniesta, que había perdido sus imágenes. En 1937 fue adquirido por la Vera Cruz.

La Magdalena del misterio del Calvario

La imagen de María Magdalena que fue del Calvario.

En 1886 la Hermandad del Calvario, tras su fundación, conforma un misterio compuesto por el Crucificado, la Virgen de la Presentación y las imágenes de San Juan Evangelista, la Magdalena, María de Cleofás y María de Salomé. La Magdalena, obra de Ángel Álvarez, procesiona hoy con el Cristo de la Expiración de Huelva.