El Palquillo

Finaliza la restauración del retablo mayor de la capilla del Baratillo

  • La empresa Gestionarte ha intervenido esta obra barroca durante los últimos siete meses.

El retablo restaurado.

El retablo restaurado. / M. G.

La restauración del retablo mayor de la capilla de la Piedad, sede canónica de la Hermandad del Baratillo, ha llegado a su fin. En la tarde de este miércoles se ha presentado el resultado de la intervención que ha realizado la empresa Getionarte bajo la dirección de Benjamín Domínguez, licenciado en Bellas Artes especialista en conservador-restaurador de bienes culturales. La cofradía ha contado con la colaboración de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla para recuperar esta obra.

Los profesionales de Gestionarte realizaron previa y durante la intervención una completa investigación científica para conocer la historia del retablo y determinar sus afecciones para la posterior restauración. Para ello se utilizó la información obtenida de las evidencias materiales encontradas sobre las piezas, los resultados de los análisis físico-químicos de las muestras de policromía extraídas, el estudio radiológico, o los análisis con luz ultravioleta.

Cuatro eran las causas principales del deterioro:

  • Los defectos de construcción: en parte por el aprovechamiento de las piezas del retablo primigenio, pero sobre todo por la exigua calidad de algunas piezas de la zona superior o las esculturas laterales (materiales, técnica, ensamblajes o abuso de clavos y telas encoladas.
  • Deficiencias en el inmueble: el terremoto de Lisboa de 1755 y problemas de cimentación habían generado un desplome de casi 2 centímetros hacia el muro norte de la capilla, propiciando un desequilibrio de cargas y múltiples desajustes en las piezas.
  • Las actuaciones de reforma acometidas sobre el retablo: reparaciones, instalaciones eléctricas… que habíann modificado estética y constructivamente la calle central, con el consiguiente deterioro de las piezas.
  • La funcionalidad litúrgica: sobre el retablo se han colocando velas, flores, colgaduras, manteles y un largo etcétera de elementos que, año a año, han venido lesionando, sobre todo, el revestimiento polícromo. También el anclaje de elementos efímeros o el acceso a las imágenes han propiciado su deterioro.

Para erradicar todas estas afecciones, Gestionarte ha llevado a cabo las siguientes tareas: 

El retablo antes de la restauración. El retablo antes de la restauración.

El retablo antes de la restauración. / D. S.

  • Limpieza y desescombro: se ha desescombrado la zona posterior del retablo, eliminado los diferentes sistemas de cableado eléctrico y se ha limpiado toda la superficie y depósitos de mortero que cubrían el pabellón superior.
  • Trabajos sobre la fábrica de la iglesia: tanto en la bóveda como en el apoyo de mampostería que le sirve de base a la calle central. Con ello se ha recuperado la fisonomía original del retablo y el apoyo horizontal que garantice la estabilidad. También se han sustituido todos los elementos de madera que conformaban la base del camarín, afectados gravemente por xilófagos.
  • Consolidación del soporte: se han revisado cada uno de los ensambles, uniones y apoyos, actuando consecuentemente de forma individualizada para cada caso concreto. Para los casos en los que estaba justificado, se han reintegrado volumétricamente aquellos elementos que lo requerían o se han repuesto en su lugar las piezas que se hallaban desprendidas y/o desajustadas. En otros supuestos se han colocado elementos de refuerzo/seguridad en acero inoxidable para controlar a futuro la estabilidad del retablo. Similar proceso se ha seguido en el pabellón de telas encoladas, consolidando y reintegrando volumétricamente todas las zonas perdidas y/o deterioradas.
  • Recuperación de la disposición original de las piezas del banco del retablo: se habían modificado en 1904 y 1960 respectivamente, y presentaban un avanzado estado de deterioro y una evidente falta de consistencia. Se ha cambiado el sistema de anclaje de la mesa de altar, permitiendo en la actualidad su separación, registro y mantenimiento posterior. Se ha descubierto que las piezas faltantes a ambos lados del sagrario estaban reubicadas en una peana, por lo que se han repuesto en su lugar original.
  • Limpieza de los revestimientos, dorados y policromía: se han eliminado repintes, restos de hollín y cera, redorados al mixtión, o adhesivos… devolviendo el cromatismo real de las piezas. 
  • Reintegración volumétrica y cromática: se ha recuperado el cromatismo en las zonas afectadas siguiendo un criterio de "discernimiento a corta distancia" llevado a cabo con la técnica del rigattino -rayado- para culminar con la aplicación de una capa protectora.

El retablo mayor de la Capilla de la Piedad comenzó a realizarse en 1706 por Juan de Valencia y se extendió, mediante sucesivas reformas e ampliaciones, hasta 1762.

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