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Manolo García y Pepe Moreno: "Si contáramos las cosas que hemos vivido en los años cuarenta en Semana Santa, algunos no se lo creerían"

Manolo García y Pepe Moreno: "Si contáramos las cosas que hemos vivido en los años cuarenta en Semana Santa, algunos no se lo creerían"

Para hablar de Pepe y Manolo, como aquí se les conoce, hay que hablar de barrio. Dos Hermanos Mayores que coincidieron temporalmente en mandato, y que conservan su amistad años después de que las puertas de sus despachos se cerrasen. Estar con ellos es el constante aprendizaje sobre una Sevilla donde el tiempo es lo que pasa desde que sale el Señor de la Salud, hasta que entra la Esperanza.

- ¿Qué es la Semana Santa?

PEPE: La Semana Santa es devoción, cariño, amor… sobre todo amor, porque las Hermandades creo que debemos de difundir el amor que es la palabra más hermosa que Dios nos ha enseñado, y luego como Semana Santa en la calle… pues la ciudad más bonita del mundo rodeada de las cosas más bonitas del mundo. Hacer una estación de penitencia es algo muy grande y muy bonito. La vida la tengo relacionada totalmente con la Semana Santa.

P: La Semana Santa la vivo diferente totalmente que cuando tenía la responsabilidad, era una forma de vivirla como Hermano Mayor, que tenía una responsabilidad muy grande, porque la cofradía en la calle con tantas personas hasta que no se recogía no se quedaba uno tranquilo, pero actualmente la vivo muy feliz, en mi Hermandad me quieren mucho, me respetan mucho, pero yo siempre en un segundo plano, pero disfruto como un sevillano más viendo a mí Hermandad, y por donde van ellos voy yo, pero en segundo plano. La vivo muy a gusto, muy tranquilo, y que la gente me reconozca y me quieran en mi Hermandad para mí es una felicidad.

P: A mí la Semana Santa me sigue gustando igual, y la ilusión de la Cuaresma, de qué va a llegar, eso hace al que sea cofrade y cristiano vivir una emoción enorme de espera pero, claro, a nuestra edad ya nos incomodan ciertas cosas, que no tenemos habilidad para poder desarrollarlas, porque ya ir andando, a mí que me gusta la Semana Santa en la calle, por desgracia no puedo desarrollarlo como antes que era un ‘jartible’, como se suele decir, yo ahora me tengo que conformar y lo que vea bienvenido sea. Entonces, vuelvo a lo de antes, la masificación te evita disfrutar de muchos momentos, pero por otro lado es buenísimo que haya esa masificación, y que esto no se acaba, es la muestra de que los cristianos, a través de las Cofradías, demostramos que esto va en aumento y esto no se va acabar. En Sevilla siempre habrá cristianos y cofrades. 

- ¿Cómo se vive una madrugada siendo Hermano Mayor?

MANOLO: Cambia, cambia el tema, cuando se tiene una responsabilidad como Hermano Mayor de una cofradía, sea la que sea, pero una cofradía como la Hermandad de la Macarena que pone en la calle tres mil hermanos…es una responsabilidad muy grande, y más hoy en día que tiene los tiempos acotados y que tiene que cumplir con los horarios, ya no por ti,  por el resto de las Hermandades de la madrugada que si tú te retrasas pues retrasa también a ellos. Es una responsabilidad muy grande.

P: Yo de Hermano Mayor la verdad es que me transformaba, era una carácter no en plan ‘malaje’, pero sí serio, porque yo soy una persona abierta, alegre, y todo el mundo está acostumbrado a eso, pero me preguntaban mucho desde el Jueves Santo cuando cerrábamos la puerta, ya dentro de un rato empezaba esto. La responsabilidad me hacía estar serio, hablar poco, porque era una situación muy complicada, y volvía a la normalidad al otro día cuando habíamos entrado y se volvía a normalizar todo, no había sucedido nada, y me volvía otra vez la alegría. Pero la responsabilidad de un Hermano Mayor y una Junta de Gobierno es muy grande el día que le toca salir, en este caso a nosotros pues nos tocaba en la madrugada.

- ¿Qué recuerdos conserváis de la Semana Santa de vuestra infancia? 

P: Mi abuelo vivía en la calle Alhóndiga, allí dormíamos los nietos, y se vestían de nazareno algunos primos míos y yo con mi padre, que me quitaba las ganas de que saliera de nazareno cuando era un niño bastante pequeño. Pero ya veía yo a mi primo vestido de nazareno, y eso no se podía aguantar. Hasta que ya decidí la primera vez vestirme de nazareno, me vestí en Triana que vivía yo y con un tío mío, nos vinimos andando, y esa fue la gozada más grande del mundo, llegar vestido de nazareno a San Román, porque lo deseaba tanto que para mí fue la cosa más grande que me pudo pasar, vestirme de nazareno en mi Hermandad.

M: Eran otros tiempos, e indiscutiblemente ha cambiado tanto que si se contaran las cosas que hemos vivido en los años cuarenta o por ahí algunas personas que viven hoy en día la Semana Santa no se lo creerían. Yo recuerdo que cuando tenía diez o doce años,  de hecho hay una fotografía mía con varios hermanos más de la Macarena, era un niño, y me montaron en un coche de caballos cuando terminó la procesión, eso hoy es impensable, no se lo puede uno ni creer. He pasado muy buenos ratos en la Hermandad, tanto cuando fui Diputado Mayor de Gobierno, como cuando era un ‘soldado raso’, la verdad es que he disfrutado mucho de la Hermandad.

P: En los tiempos primeros míos todavía en mi hermandad se nombraba la cofradía, hoy en día ya se sabe dónde va cada uno, creo que ya no sucede eso, pero el sentimiento y la emoción cuando iban nombrando a las personas y veías que los apellidos eran conocidos de la Hermandad de los Gitanos de familias de toda la vida...y, cuando yo escuchaba esos nombres, me empezaba acordar de los que faltaban de cada uno. Pero me convenzo de que todos venimos, en la Hermandad de los Gitanos, tenemos todos el parentesco del pasado. Por eso mi ilusión sería que creáramos de una vez ya, y que seamos, porque es lo que somos, la familia de la Hermandad de los Gitanos.

- ¿Qué es la Hermandad de la Macarena para Pepe Moreno?

P: Bueno, lo que más me gusta es que hablar de la Macarena es algo tan grandioso que te gusta todo, todo, es que desde cómo desfilan esos pasos… La Macarena es grandiosa, la Hermandad de la Macarena es grandiosa, no puede uno poner un pero, no existen peros, existe nada más que la grandiosidad. Esos armaos, yo soy un admirador totalmente de los armaos. Los armaos para mí es algo de Sevilla, eso del grandioso, los armaos es una torre más de Sevilla. Son tantas cosas… ese palio, ¡por Dios! Y ese andar del Cristo de la Sentencia, a mí me gusta de la Macarena todo.

P: Después hay un recuerdo que ya no es tan bonito, porque es desagradable, que es el agua. Cuando yo vi, desde el sitio donde iba avanzando con la cabeza para abajo, con la vara tendida porque no quería ni portarla, viendo a mis imágenes mojándose…ahí sí vi el momento más histórico, yo creo, entre la Macarena y los Gitanos. Cuando el Señor de la Salud avanzaba los armaos de la Macarena se abrieron para que Él pasara, y ese momento, te lo estoy contando y me está dando frío, creo que es de los momentos más bonitos e históricos que pueda haber entre las dos Hermandades, entre muchos que hay entre las dos Hermandades.

P: Luego recuerdo grande, grande con la Macarena se lo debo a Manolo García, porque nos llovió un año, y hay un momento que se baja la Virgen del paso y se destoca de su manto. Yo eso no lo sabía, y me citó a mí y a todos los que habíamos estado relacionados: Ricardo Laguillo, Javier Criado..., todo el que había estado relacionado, tanto en el Salvador como en la Anunciación. Estábamos allí todos sin saber qué era, pero cuando a mí se me acercó el prioste, y a Ricardo Laguillo que fue mi compañero, y era que íbamos a coger a la Macarena… yo con el rabillo del ojo miraba y decía ''¿Esto es posible lo que está pasando? ¿Era la Macarena la que está aquí a mi lado?'' Y qué pasa, que cuando dimos ya esos pasos, hasta que nos dijeron ''ya'' rompimos a llorar como dos niños chicos, porque estos momentos yo se los había escuchado narrar a nuestro amigo y querido Pascual González en su pregón, y yo decía ''¡Qué momento está contando este hombre'', y resulta que yo viví ese momento, y eso te lo agradeceré toda la vida, porque eso son cosas que no son miles de personas las que lo han vivido, somos unas cuantas de personas gracias a la oportunidad que nos dieron.

M: Tengo un recuerdo que no se me olvidará. Me viene un hermano de la Hermandad de la Esperanza de Triana, y me dijo ''Manolo, Vicente se está muriendo'' bueno, cuando dice eso está hablando de Vicente Acosta, ''y yo le he escuchado decir que le gustaría ver a la Virgen de la Esperanza Macarena en una bajada cuando la cambian para ponerla en el paso, que no lo ha visto nunca'' Me lo dijo, y yo llamé a Vicente, y le dije ''Vicente, si no tienes quién te traiga yo te mando un coche. Esta noche cambiamos a la Virgen y quiero que tú estés aquí.'' Fue un momento emocionante, ver a ese hombre, Hermano Mayor de la Esperanza de Triana, con esa ilusión y con ese fervor que fue a ver a la Virgen de la Esperanza Macarena…fue un momento impresionante, y como esos hay muchos, muchos, después de  tantos años.

P: Ese momento es que es algo que existe y lo conocemos por la narración que han hecho, pero yo que la he vivido en mis carnes… ¿Eso cómo lo voy a olvidar yo? Si eso fue algo grandioso, grandioso.

- ¿Qué es la Hermandad de los Gitanos para Manolo García?

M: La Hermandad de los Gitanos, que Pepe la multiplicaba por diez, porque yo recuerdo a la Hermandad de los Gitanos cuando estaban en San Román, yo lo recuerdo porque, y aunque esté feo decirlo, después de la guerra pasaron tanta fatiga… tanta, que no tenían ni para poner el monte de claveles en el paso de Nuestro Padre Jesús de la Salud, y mi padre con Ramito, que era compadre de él, pagaban una canastilla grande de claveles para que el Señor de la Salud no fuera sin ninguna flor, lo recuerdo, eran los años cuarenta y poco, ¿no? Creo que estaba tu tío Manolo de Hermano Mayor, esas cosas a mi no se me olvidan.

M: La visita a la iglesia de la Hermandad de los Gitanos fue algo extraordinario, ver llegar a la Virgen de la Esperanza al son de 'A ti Manuel', y entró con 'Reina de San Román', ver entrar ese paso de palio de la Virgen de la Esperanza para llegar hasta los pies de Nuestro Padre Jesús de la Salud y de la Virgen de las Angustias fue algo impresionante… esa iglesia de la Hermandad de los Gitanos, tan grande como es, llena y llena de público… Yo quiero recordar que eran, por lo menos, las cuatro de la madrugada o por ahí, y aquello lleno de personas para ver ese encuentro, para mí fue uno de los momentos más emotivos que recuerdo.

- ¿Y después de haber sido Hermanos Mayores?

P: Esto tiene un empiezo y un final y, entonces, cuando llega el final hay que tener la satisfacción del tiempo que ha transcurrido. Para algunos habremos sido mejor, para otros regular, para otros muy bien, cada uno tiene su opinión, porque somos personas públicas que tienen que enjuiciar cada uno lo que crea.

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