El capataz Alberto Gallardo Aguilar ha muerto este 14 de agosto, víspera del Día de la Asunción, a los 89 años. Histórico capataz de la ciudad, se retiró en el año 2005, cuando dejó el martillo de su Virgen de las Angustias de la Hermandad de los Gitanos. Con una manera muy peculiar de mandar a su cuadrilla, se hizo célebre por su frase "¡Olé los que huelen a canela y clavo!".

Alberto Gallardo nació en Sevilla el 5 de abril de 1934 en el número 11 de la calle Sol, muy cerca de la Parroquia de San Román. Se inició como costalero a las órdenes de Alfonso Borrero Pavón en la década de  los 50. Tras permanecer más de 30 años bajo las trabajaderas, dio el salto como capataz. Estuvo al frente de distintos pasos, aunque en los últimos años se quedó sólo con los martillos de la Virgen de las Angustias y de la Divina Pastora de Cantillana. 

Se retiró de los martillos en el año 2005, con la enorme satisfacción de haber dejado a u hijo al frente de la cuadrilla de hermanos costaleros. Ese mismo años fue distinguido con el galardón El Llamador de Canal Sur Radio y la cuadrilla de costaleros recibió el Premio Demófilo de la Fundación Machado.

Alberto Gallardo llegó a ser campeón de lucha libre.