Sayones y romanos: Secundarios con mensaje en la Semana Santa de Sevilla

En los pasos de la Semana Santa todo está medido y la puesta en escena tiene una gran fuerza para conseguir dar expresión a las imágenes

En el paso de misterio de San Esteban, el Cristo de la Salud y Buen Viaje recibe las burlas de tres sayones ante la mirada de un soldado romano
En el paso de misterio de San Esteban, el Cristo de la Salud y Buen Viaje recibe las burlas de tres sayones ante la mirada de un soldado romano / Juan Carlos Muñoz

En esta Cuaresma extraña de 2020 donde lo primordial es quedarse en casa, hay tiempo para casi todo. Una manera de paliar la nostalgia es centrarse en los detalles, poner a prueba la memoria y reflexionar sobre la riqueza simbólica de los pasos de Semana Santa. Cuando los artistas imaginan un cuadro o un grupo escultórico todo tiene su propio significado. Nada está porque sí. Los pasos no escapan a esta norma, menos aún si se tiene en cuenta que el fin último es evangelizar.

Aquí los "malos" son extremadamente feos, casi de un modo grotesco. Algo que contrasta con el rostro sereno, incluso bello, de los santos, Cristo o María. Un grupo importante de estos secundarios que se repiten en casi todos los pasos son los sayones. Son personajes a los que los sevillanos, en un tiempo donde la vida en los barrios era como la de los pequeños pueblos, le pusieron apodos como al Perragorda del paso de Cristo de San Esteban y que quedan en la memoria, como el Bizco, el Tuerto de los espárragos, etc.

Un lugar importante entre estos personajes son los sayones, figurasa que representan a los diferentes personajes judíos que intervienen en la Pasión. Sayón tiene dos acepciones en el diccionario. Por un lado es el verdugo que ejecutaba las penas a que eran condenados los reos y, por otro, el hombre de aspecto feroz. Cualquiera de estas definiciones se ajustan a estos personajes de la Semana Santa.

Hay numerosos ejemplos para apreciar esta forma de representar lo malo con un concepto heredaro del kalos kagathos (lo bello es bueno) de la filosofía griega. Los sayones aparecen con sus caras desencajadas y enfados permantentes salvo cuando llega Castillo Lastrucci, que deja atrás el histrionismo excesivo y se centra en una representación más real basada en la expresión y con una cuidada anatomía. El paso de Jesús Despojado de sus Vestiduras, la Coronación de Espinas de la hermandad del Valle son ejemplos en los que los sayones comparten la escena con Cristo.

Malco el de 'la bofetá'

El misterio de la hermandad del Dulce Nombre, conocida como La Bofetá, señala el momento en el que Jesús está ante Anás y responde a una de sus preguntas de una forma que no gusta a uno de sus guardias, quien lo abofetea. De un modo tremendamente escénico Castillo recoge el momento justo antes de que Jesús reciba el golpe. Hay cierta confusión porque según el Evangelio, Malco era ese personaje a quien, durante el prendimiento de Jesús, Pedro le corta una oreja y no hay referencia al nombre de quién era el guardia de Anás.

Malco en el paso de misterio de Jesús ante Anás
Malco en el paso de misterio de Jesús ante Anás / D. S.

Pero en esa tradición de Sevilla y la fascinación por ponerle nombre a todos los vecinos, incluidos los que salen en Semana Santa, hay otro Malco, en este caso como sirviente de Anás en el paso de misterio del Carmen Doloroso, donde se representa las negaciones de San Pedro.

Judas

Pero si hay un malo malísimo en la Semana Santa ese es Judas Iscariote. Incluso en algunos pueblos andaluces se quema, apedrea o lincha un muñeco que representa a Judas Iscariote, por su traición a Cristo. Este monigote representa todo lo malo que ha pasado en el año.

Judas a punto de besar a Jesús en el paso de misterio de la hermandad de la Redención
Judas a punto de besar a Jesús en el paso de misterio de la hermandad de la Redención / José Ángel García

En la Semana Santa, es un personaje que aparece en varias ocasiones. No en vano ahí está el Beso de Judas, de la hermandad de la Redención. Es una muestra del gran escenógrafo y creador de momentos que fue Castillo Lastrucci. Judas muestra un rostro lleno de crispación que constrasta con la dulzura de rasgos de Jesús.

Si se sigue la narración del evangelio, el siguiente momento, cuando apresan a Jesús es el del paso del Prendimiento, de la hermandad de Los Panaderos. Aquí Judas aparece como secundario en un lateral del paso, con la bolsa de monedas y llevándose la mano a la cabeza en una actitud completamente desesperada al caer en la cuenta de la traición cometida.

El rostro de Judas es tremendamente expresivo también en el misterio de la Sagrada Cena. Su bolsa tiene una curiosidad que se repite cada Domingo de Ramos Dentro hay 30 monedas de plata.

Los esclavos negros

Tres son las hermandades que tienen esclavos negros en sus pasos de misterio. Eran los más apreciados durante el imperio romano, por eso están ligados a los que aparece Pilatos. Uno de ellos es el de la Presentación al Pueblo de San Benito.

Esclavo
Esclavo / Ruesga Bono

Una imagen secundaria de mucha importancia es el esclavo negro etíope realizado en madera tallada y policromada al óleo por el imaginero Antonio Castillo Lastrucci en 1940 y que le costó a la Hermandad de la Esperanza de Triana dos mil pesetas. En 1972 dejó de procesionar y fue cedida a la Hermandad de Jesús Despojado, en la que salió dos décadas. En el paso de la Sentencia de la Hermandad de la Macarena, es quien lleva la palangana en la que Pilato se lavará las manos.

Aunque no parece demasiado acorde con la historia, también hay un esclavo negro en el paso de la Hermandad de San Gonzalo, donde porta el libro de las Profecías ante Caifás.

Una de romanos

Menos fiel a la realidad histórica es la inclusión de romanos en muchos de los pasos que salen en las procesiones, cuando hasta que Cristo no llegó a la Torre Antonia por segunda vez para ser torturado y cargado con la cruz, éstos no intervinieron en nada.

El misterio de la Sagrada Lanzada el pasado Miércoles Santo.
El misterio de la Sagrada Lanzada el pasado Miércoles Santo. / Juan Carlos Vázquez

Algo similar ocurre con las representaciones del sanedrín, el consejo supremo nacional y religioso de los judíos desde el siglo III a. C. hasta el siglo I d. C. Eran los únicos que podrían juzgar al rey, ampliar los límites del Templo y de Jerusalén, y eran los que resolvían toda pregunta relacionada con la interpretación de la ley. Ahora bien, no podía condenar a nadie a muerte. Los interrogatorios a los que Jesús es sometido tanto por el sanedrín (el tribunal judío que se reúne en las casas del sumo sacerdote -Caifás- y su suegro y anterior sumo sacerdote -Anás-) como por el gobernador romano Poncio Pilatos (en el Pretorio de Jerusalén -posiblemente en la torre Antonia-), Herodes Antipas (tetrarca de Galilea) y finalmente de nuevo por Pilatos, se plantean para incriminar al reo en delitos religiosos y políticos (principalmente, para hacerle confesar que se consideraba rey de los judíos).

Algunos de estos romanos tienen nombre propio, como Longinos. La tradición cristiana ha dado este nombre al centurión que atravesó el costado de Cristo con una lanza. La leyenda de Longino se originó en la Baja Antigüedad y el Medievo. Otros tienen un nombre dado por la tradición sevillana, como Rafael el del misterio de las Tres Caídas de la Esperanza de Triana.

Según Schoenbauer: "En este tiempo aún reconocían los romanos la instalación judía del Sumo Sacerdote". En el año 6, Roma quitó al Sanedrín el derecho de ejecutar las sentencias de muerte. Por eso, el sanedrita que lee la sentencia en el misterio de la Macarena es una muestra más de la escenegrofía cofradiera sevillana.

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