Comienza la Semana Santa de la Pandemia, que la de 2020 fue la del confinamiento. La segunda Semana Santa consecutiva sin procesiones, pero con las iglesias abiertas y las imágenes expuestas a la veneración de los fieles. La Semana Santa de las exposiciones. De los conciertos, de las papeletas de sitio simbólicas. De las colas... Ocho días para visitar los templos, rezar y admirar los montajes que han regalado numerosas cofradías. Algunos de ellos sobresalientes.
Que hay ganas de cofradías es algo innegable. Los cofrades se han echado a la calle en los últimos días para disfrutar de todas las actividades culturales y cultuales que se están llevando a cabo. El buen tiempo con el que ha arrancado esta primavera y la relajación de las restricciones sanitarias desde el pasado 19 de marzo, ha permitido la realización de conciertos al aire libre y también la ampliación de los aforos para asistir a las celebraciones religiosas en los templos.
Hoy será el día de visitar los Terceros y disfrutar del misterio de la Sagrada Cena en una disposición que recuerda al célebre fresco de Leonardo. Acudir al Salvador, donde las imágenes de la Borriquita lucen de manera extraordinaria en el altar mayor. De disfrutar en San Juan de la Palma con la Virgen de la Amargura y el Señor del Silencio en un singular montaje con el antiguo canasto del “acorazado potemkin”. O de ir hasta el castizo barrio de San Julián, donde el Cristo de la Buena Muerte, la Virgen de la Hiniesta y María Magdalena se pueden ver juntos sobre el paso del Crucificado.
Pero también debe ser una semana de responsabilidad. Las cofradías y los cofrades van a tener mil ojos encima para juzgar su comportamiento durante estos días. Hay que extremar las precauciones para que nadie señale a la Semana Santa como la responsable del aumento de los contagios, que ya se vislumbra desde hace algunos días. La organización de todos los actos por parte de las cofradías está siendo exquisito. Dentro de los templos se cumplen escrupulosamente los aforos y todas las normas. Pero nadie puede responsabilizar a estas corporaciones de lo que ocurra de puertas hacia afuera.
¿Acaso tiene competencia un hermano, que es un ciudadano de a pie, para organizar una cola y decirle a otras personas cómo tienen que comportarse? Está claro que no. Esa es una tarea de la Policía, y estamos seguros que a través del Cecop, el Ayuntamiento hará lo necesario para que todo se desarrolle con la máxima pulcritud posible. Cada uno debe asumir su responsabilidad, y la de las hermandades es la de organizar los cultos de la manera más solemne posible. No es otra. Hay algunas corporaciones y responsables de templos que ya se han sentido bajo la lupa examinadora en los últimos días, después de que han dedicado dinero y esfuerzo para contratar incluso seguridad privada para controlar los accesos.
No queda otra que armarse de paciencia y ponerse a la cola. Que las habrá, sobre todo, hoy Domingo, el Jueves, el Viernes y el Sábado Santo. Colabore y contribuya para que todo se celebre con normalidad. Y entienda también a ese abnegado hermano que le pide amablemente que mantenga la distancia o que espere unos minutos para entrar porque ya hay demasiada gente.
A pesar de que no habrá procesiones, la ciudad se ha vestido con sus mejores galas. Los balcones lucen sus colgaduras, los barrios, como San Julián, el Cerro o Triana, se llenan de fotos, y los naranjos están repletos de azahar. Muchos de los escaparates de los comercios del centro están engalanados gracias a una acertada iniciativa del Ayuntamiento.
Planifique bien su visita a las iglesias y tenga en cuenta que la mayoría de las hermandades celebrarán por la tarde los actos sustitutivos de las estaciones de penitencia, permitiéndose sólo el acceso a los hermanos. Es una buena ocasión para acudir en la Catedral a la celebración de la misa del Domingo de Ramos, la Misa Crismal, el Martes Santo; o el Triduo Sacro. Pero sobre todo, viva esta Semana Santa histórica con prudencia y paciencia, que ya queda menos para lo que todos deseamos.
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