Vía Crucis de las Cofradías de Sevilla 2024

El Señor que abraza a Sevilla

Vía Crucis en la Catedral / Juan Carlos Muñoz

“Ponemos a toda la hermandad en esas manos que hoy no sólo nos acogen a nosotros sino que acogen a toda Sevilla y a sus hermandades”. El Señor de las manos abiertas, ese Cristo dulce que acoge, acompaña y consuela, ha presidido un lucido y concurrido Vía Crucis Penitencial de las Hermandades de Sevilla. Este primer lunes de cuaresma se ha vestido, valga el tópico, de Lunes Santo. Una luz y un calor primaveral que por momentos han hecho pensar que las filas de nazarenos con antifaces morados y verdes iban a remontar la calle Santiago camino de la Campana y de la Catedral.

En la antigua Plaza de López Pintado, que como la de Molviedro sólo cuenta con una iglesia y su hermandad como último reducto de sevillanía, sólo faltaban los músicos de la agrupación musical o el azahar en los naranjos. No, no era Lunes Santo, pero era primer lunes de cuaresma y esta cofradía que todavía se puede considerar joven, aunque sobradamente madura, estaba dispuesta para vivir otro destacado capítulo en su ya fecunda historia.

Las palabras pronunciadas por Fernando Borrego, director espiritual de la corporación, son las más adecuadas para iniciar esta crónica en la que el absoluto y principal protagonista es el Señor de las manos abiertas. Ese Cristo que esta tarde ha ido recogiendo a toda Sevilla para que lo acompañara en su Vía Crucis Penitencial, tan bien cuidado y organizado por la hermandad. Ha tenido tanto celo la Hermandad de la Redención que ha llegado a la Catedral con bastante antelación. De hecho, el cortejo salía con cierta velocidad, por lo que al llegar al entorno de la Alfalfa tuvo que ralentizar su caminar. Nada que ver con otros traslados que llegaron prácticamente sobre la bocina. Quizás esta rapidez ha hecho que fueran más las personas que se congregaron en las calles más próximas al Templo Metropolitano. Como también ha sucedido en otras ocasiones, el rezo de las estaciones ha sido multitudinario, algo de lo que, sin duda, se alegran tanto en el Arzobispado como en el Consejo de Cofradías.

El Señor ante el convento de San Leandro en su recorrido de ida. El Señor ante el convento de San Leandro en su recorrido de ida.

El Señor ante el convento de San Leandro en su recorrido de ida. / Juan Carlos Muñoz

Pero decíamos al principio que este primer lunes de cuaresma ha sido completamente primaveral. De Semana Santa bien metida en el mes de abril. Un cielo completamente despejado, con un intenso azul de los que tan bien pinta Nuria Barrera; y una temperatura que según los registros históricos se ha situado hasta 6 grados por encima de la media histórica. Seguro que muchos cofrades y hermanos del Beso de Judas firmaban ya un Lunes Santo así. Las puertas de la iglesia de Santiago el Mayor, ese fabuloso e histórico templo recuperado extraordinariamente por la corporación del Lunes Santo, se abrían puntualmente cuando apenas pasaban diez minutos de las cuatro de la tarde.

El Señor de la Redención en la Alfalfa. El Señor de la Redención en la Alfalfa.

El Señor de la Redención en la Alfalfa. / Juan Carlos Muñoz

Los traslados de cada vía crucis dejan un puñado de estampas únicas y el del Señor de la Redención no iba a ser menos. Muy acertado el exorno floral de unas andas que con tanto gusto estrenó la hermandad hace unos años para su vía crucis de cuaresma. Gran detalle el de la corporación presidida por Manuel del Cuvillo con los usuarios de Autismo Sevilla, que han tenido el honor de pintar algunos de los codales de los guardabrisas. La especial vinculación entre la Redención y la Hermandad Matriz del Rocío ha quedado patente una vez más en el relevo protagonizado por los rocieros almonteños. Junto al Señor de las manos abiertas estaban, por ejemplo, el actual presidente Santiago Padilla, y su antecesor, Juan Ignacio Reales, quien lidera además la comisión organizadora de la coronación canónica de la Virgen del Rocío, acontecimiento que se vivirá en julio del próximo años.

La de la Redención es una de las cofradías más pujantes de la ciudad. Ha crecido exponencialmente en número de hermanos y se ha podido comprobar la juventud de los mismos en el cortejo. Es una corporación con una edad media muy baja lo que le otorga una gran fuerza y pujanza en cualquiera de sus fines. Más de 800 papeletas habían retirado los hermanos para este acontecimiento histórico del Vía Crucis de las Hermandades. De ellas, casi 400 han acompañado al Señor portado cirios. Una cifra nada desdeñable.

Numerosas personas acompañan al Señor en su llegada a la Catedral. Numerosas personas acompañan al Señor en su llegada a la Catedral.

Numerosas personas acompañan al Señor en su llegada a la Catedral. / Juan Carlos Muñoz

Uno de los momentos más destacados del traslado de ida a la Catedral se ha vivido en el convento de San Leandro. Allí, las religiosas agustinas han recibido y rezado al Señor. Por cierto, los naranjos de la Pila del Pato aún permanecían bastante cargados de naranjas. O bien no ha pasado todavía por allí el dispositivo de recogida o bien no se aplicaron demasiado en esta tarea. Tras San Leandro, las andas del Señor se desviaron levemente para enfrentarse a la parroquia de San Ildefonso. El Señor de la Redención y el Señor Cautivo frente a frente. Dos devociones de Sevilla. Una histórica. Y otra que estaba escribiendo su historia.

El termómetro de la farmacia de Alfalfa marcaba 23 grados cuando la cruz de guía salía desde la calle San Juan. En este momento el cortejo ha frenado su velocidad, que no el ritmo, que son dos cosas distintas. Desde ahí, el traslado se ha hecho demasiado lento. En el Salvador, el público degusta a partes iguales churros y helados. Cosas de la globalización. Todavía no eran las seis de la tarde cuando del Señor bajaba por Álvarez Quintero en busca de la Plaza de San Francisco. Allí se ha producido otro de los momentos del traslado. Los fotógrafos captaban la imagen del Señor ante el cartel de la Semana Santa de Salustiano. El cortejo dejaba atrás la tarde y la plaza más noble y principal de la ciudad para adentrarse en la estrechez de Hernando Colón y en la noche. Entre dos luces, la cruz de guía entraba por la Puerta de los Palos a la hora fijada. Al Señor de la Redención se le hacía de noche en los últimos metros del recorrido. Las campanas de la Giralda certificaban la entrada en la Catedral. Eran las 19:50 cuando daba comienzo, con diez minutos de adelanto, el rezo del vía crucis.

El Señor de la Redención durante el rezo del vía crucis en la Catedral. El Señor de la Redención durante el rezo del vía crucis en la Catedral.

El Señor de la Redención durante el rezo del vía crucis en la Catedral. / Juan Carlos Muñoz

En su reflexión final, el arzobispo, monseñor Saiz ha instado a los cofrades a dejarse conmover e interpelar por el sacrificio del Señor en la cruz: “Ábranle el corazón. No tengáis miedo.

Tras las ofrenda a la Virgen de los Reyes, el Señor de la Redención ha emprendido el regreso a Santiago por un bello e íntimo recorrido que le ha llevado a visitar las parroquias de Santa Cruz o San Nicolás.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios