“El Papa sabio, bondadoso y valiente”. Así definía monseñor Saiz Meneses, arzobispo de Sevilla, al Papa Benedicto XVI hace unos días. La Iglesia Católica se sobrecogió el pasado 31 de diciembre con el fallecimiento a los 95 años del pontífice que renunció a la silla de Pedro en febrero de 2013. Tras la misa exequial celebrada en Roma el pasado 5 de enero, la Archidiócesis de Sevilla ha querido despedir con todo boato al pastor en una solemne eucaritía celebrada en la tarde de este martes y a la que han acudido numerosos fieles. La misa ha estado presidida por monseñor Saiz y concelebrada por el arzobispo emérito de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, así como otros sacerdotes.

Funeral celebrado en el altar mayor de la Catedral de Sevilla.

En su homilía, monseñor Saiz ha destacado las cualidades del pontífice fallecido, como su profunda espiritualidad, su altura intelectual, la búsqueda infatigable de la verdad o su entrañable humildad. “En la vida del Papa Benedicto percibimos también la vivencia de la unión con Jesucristo, como el único Salvador, que nos ha amado y se ha entregado por cada uno de nosotros. Nuestra vida sólo tiene sentido desde la unión con Él, desde la identificación con Él”, ha apuntado el arzobispo.

Autoridades presentes en el funeral, con el alcalde, Antonio Muñoz, a la cabeza.

Monseñor Saiz ha señalado como una de las características principales del magisterio y del ministerio de Ratzinger “la búsqueda, la defensa, la cooperación apasionada con la verdad, con toda la fuerza de su corazón y de su intelecto”. El arzobispo ha repasado la importancia de las distintas encíclicas publicadas por Benedicto XVI. Por último, como uno de los pilares de su pontificado, ha incidido en su actitud profunda y abierta de diálogo: “Esta ha sido una de las claves de su pontificado, en el que planteó el dialogo ecuménico e interreligioso dentro de la fidelidad a la propia conciencia y a la vez impregnado de sinceridad, realismo, paciencia y perseverancia”.