CRÓNICA DEL VIERNES SANTO

Viernes Santo en el cielo

  • Gran ambiente y agradables temperaturas en la penúltima jornada de visitas a las hermandades.

Viernes Santo en pandemia: La Soledad de San Buenaventura, en imágenes

Viernes Santo en pandemia: La Soledad de San Buenaventura, en imágenes / Juan Carlos Vázquez (Sevilla)

Cielo de Viernes Santo en Sevilla. Mirar hacia arriba era reencontrarse con el celeste y blanco, de nubes y claros, que son telón de fondo para una de las jornadas más clásicas de la Semana Santa. Las siete hermandades de la jornada vivieron de forma intensa, la antepenúltima jornada de visitas a los templos. Simón de Cirene no cargó la cruz del Señor de las Tres Caídas en San Isidoro, ni sonó Margot en Molviedro tras el palio de Montserrat. Viernes Santo sin la Soledad Franciscana por Carlos Cañal y sin el muñidor de la Mortaja anunciando la muerte de Cristo. Faltó la silueta del Cachorro por el Puente de Triana, recortada en el contraluz de la tarde, o el reflejo de las túnicas de raso morado que cruzan la cava en busca del Altozano.

En esa calle, la de Castilla, el Santísimo Cristo de la Expiración recibía miles de visitas durante todo el día, con largas colas que rodeaban por completo a la Basílica y a sus edificios colindantes. Una estampa única. El Crucificado de Francisco Antonio Ruíz Gijón bajó de su paso, sobre el que fue venerado hasta el Miércoles Santo, para ocupar el presbiterio del templo, despojado de su corona de espinas y sin las potencias de oro. La Virgen del Patrocinio seguía en el altar mayor, en una estampa que podrá verse hasta el Domingo de Resurrección. Un número reducido de hermanos asistieron in situ al acto de oración que sustituyó a la estación de penitencia, a la hora de salida de la cofradía.

Toma de temperatura en la Parroquia de la O Toma de temperatura en la Parroquia de la O

Toma de temperatura en la Parroquia de la O / PABLO LASTRUCCI

A unos metros de distancia, la Parroquia de la O mantuvo sus puertas abiertas durante toda la jornada, interrumpiendo la veneración a las siete de la tarde, para rezar el vía crucis presidido por la cruz de guía más antigua que conserva la cofradía. Horas antes, una representación de la Banda del Sol hizo una ofrenda floral a Nuestro Padre Jesús Nazareno, tras interpretar dos toques de clarines mientras que el Padre Óscar, director espiritual, reservaba al Santísimo Sacramento para preparación de los Santos Oficios. Los hermanos y devotos accedieron al templo tras tomarles la temperatura y aplicarse en las manos gel hidroacohólico.

Hermandad de la Carretería Hermandad de la Carretería

Hermandad de la Carretería / PABLO LASTRUCCI

El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, aprovechó la mañana del Viernes Santo para viajar a Málaga, y asistir a un acto organizado por la Agrupación de Cofradías, enmarcado dentro de la celebración del centenario de esta institución, cuya presentación tuvo lugar en Sevilla el pasado 6 de octubre. Por la tarde tuvo tiempo para visitar algunas cofradías sevillanas, como la del Cachorro y la Soledad de San Buenaventura. El arzobispo, Monseñor Juan José Asenjo, también hizo su particular ruta por los templos en su última Semana Santa antes de dejar el cargo, acompañado por una representación del Consejo de Hermandades de Sevilla, encabezada por su presidente, Francisco Vélez de Luna.

Segundo día de los Santos Oficios, que fueron respetados en cada uno de los templos, compaginándolos con los cultos propios previsto para este día. Por ejemplo, en el antiguo Convento de la Paz, en la calle Bustos Tavera, de cuatro a ocho de la tarde, la hermandad de la Sagrada Mortaja celebró ocho turnos de media hora para poder rezar ante Nuestro Padre Jesús Descendido de la Cruz y María Santísima de la Piedad, cuyo misterio se encontraba colocado en el presbiterio del altar mayor, escoltado por los dieciocho ciriales que preceden el paso cada Viernes Santo, y recreando el momento de la entrada de la cofradía. Los aforos y el control de acceso a todos los templos fue vigilado por las propias hermandades y por agentes de la Policía Local. En el Convento de San Buenaventura, la Virgen de la Soledad, vestida por José Antonio Grande de León, era acompañada esta vez por el Cristo de la Salvación, titular que no procesiona, recreando un Stabat Mater.

La Virgen de la Soledad y el Cristo de la Salvación en San Buenaventura La Virgen de la Soledad y el Cristo de la Salvación en San Buenaventura

La Virgen de la Soledad y el Cristo de la Salvación en San Buenaventura / Juan Carlos Vázquez (Sevilla)

La calle Real de la Carretería, Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad y San Juan Evangelista, acompañaban al Santísimo Cristo de la Salud en el altar mayor, exornado con lirios morados e iluminado con los candelabros de guardabrisa de su paso de misterio. María Santísima de la Luz ocupaba el altar lateral. Cerca de la Puerta de Triana, en la calle Cristo del Calvario, el Santísimo Cristo de la Conversión, imponente crucificado obra de Juan de Mesa en 1620, había bajado de su altar para conformar el misterio en el centro de su capilla, esta vez acompañado por Nuestra Madre y Señora de Montserrat, los ladrones San Dimas y Gestas, San Juan Evangelista y Santa María Magdalena. En esta última hermandad se celebró un acto penitencial a las ocho de la tarde, cerrando sus puertas a esa hora.

Un joven toma una fotografía en la capilla de Montserrat Un joven toma una fotografía en la capilla de Montserrat

Un joven toma una fotografía en la capilla de Montserrat / PABLO LASTRUCCI

Agradables temperaturas en un Viernes Santo que hubiese sido pleno de cofradías en la calle. Gran jornada para la hostelería, que está cerrando una Semana Santa esperanzadora. Caían las luces de la tarde y los naranjos perfumaban la calle de Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas, en el barrio de la Alfalfa. De la parroquia de San Isidoro debía haber hecho su salida a las ocho menos cuarto la cofradía de nazarenos que radica en este templo. La Hermandad de las Tres Caídas levantó un altar a la espalda de la puerta principal, la de salida, con un dosel que bajaba desde el coro hasta el suelo. Por la tarde se celebró, con aforo limitado, el canto de la copla "En las Zarzas del Camino", seguida del solemne vía crucis y finalizando con el canto de la copla "Reina de San Isidoro". Estos actos, y los celebrados por algunas de las hermandades del día, pudieron ser seguidos por streaming, a través de los medios oficiales de la corporación.

Imágenes llamativas, y en algunos casos inéditas, las que está dejando esta Semana Santa sin procesiones. Sin duda, entre ellas serán recordadas las que este Viernes Santo se dieron en la capilla de Los Estudiantes y en la Iglesia del Salvador. Los dos crucificados de Juan de Mesa, el de la Buena Muerte y el del Amor, permanecieron cubiertos con velos morados. Se trata de una antigua tradición que cubría a las cruces y esculturas desde el quinto domingo de cuaresma hasta el final del Viernes Santo o hasta la vigilia pascual.

Las imágenes de El Cristo de la Buena Muerte de los Estudiantes velado Las imágenes de El Cristo de la Buena Muerte de los Estudiantes velado

Las imágenes de El Cristo de la Buena Muerte de los Estudiantes velado / Juan Carlos Vázquez (Sevilla)

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