El Carmen Doloroso defiende la dignidad del nazareno frente a los debates sobre la limitación de cortejos en la Semana Santa de Sevilla

Concluida la Semana Santa de Sevilla 2025, el debate sobre la seguridad en el discurrir de las hermandades y el volumen de sus cortejos ha vuelto a ocupar un lugar destacado en el ámbito cofrade. En un contexto marcado por las crecientes medidas de control de aforo y las restricciones impuestas en el casco histórico, ha sido la imponente presencia de nazarenos en las calles lo que ha centrado ahora la discusión.

Este 2025 ha sido un año de cifras históricas: la hermandad de la Macarena ha superado las 4.500 personas en su cortejo, de los cuales más de 4.000 eran nazarenos, mientras que una docena de corporaciones, entre ellas la Esperanza de Triana, la Estrella, San Gonzalo o el Amor, han repartido más de 2.000 papeletas de sitio. En total, se estiman que 80.000 personas han realizado estación de penitencia este año en Sevilla, a falta de los datos oficiales del Consejo de Cofradías y Hermandades.

La masiva afluencia de público, el incremento de la nómina de nazarenos y los retrasos acumulados en la Carrera Oficial —con demoras de más de una hora el Domingo de Ramos o la Madrugada, y de veinte minutos en el Miércoles Santo— han reavivado una controversia que cada año toma mayor fuerza: ¿debería limitarse el número de nazarenos en la Semana Santa de Sevilla?.

"El nazareno es el actor principal"

Frente a esta creciente corriente de opinión, la Hermandad del Carmen Doloroso ha querido manifestar su postura de manera clara y rotunda, defendiendo el papel esencial del nazareno en la estación de penitencia. En palabras de la corporación, "en tiempos de creciente secularización, la participación masiva de nazarenos debería ser motivo de profunda satisfacción". Desde la hermandad se advierte que quienes abogan por restringir su número "olvidan tanto la historia como el verdadero sentido de la estación de penitencia", subrayando que el Señor y la Virgen "son los grandes protagonistas de la Semana Santa; pero el nazareno es su actor principal".

Así, la corporación del Miércoles Santo alerta contra una visión puramente espectacular de la Semana Santa, recordando que "el testimonio público del nazareno" es el corazón mismo de este acto de fe. A su juicio, considerar al nazareno como un "obstáculo molesto" es signo de una preocupante superficialidad. Por todo ello, la corporación reivindica que "defender la dignidad del nazareno es, hoy más que nunca, defender el alma misma de nuestra Semana Santa".

El Consejo reconoce la preocupación

Aunque las voces que plantean la necesidad de estudiar una solución respecto al número de nazarenos son cada vez más numerosas, el Consejo de Hermandades y Cofradías, presidido por Francisco Vélez, se muestra prudente. A principios de abril, Vélez admitía que "el número de nazarenos es preocupante", pero reconocía también que "no hay soluciones a corto plazo". El presidente señalaba que se trata de una cuestión que "habrá que estudiar", advirtiendo que "si continúa esta deriva, habría que plantearlo a medio o largo plazo".

La Sed puso límite a su cortejo de la Virgen de Consolación

Entre las medidas singulares adoptadas durante la Semana Santa de 2025, destaca la decisión de la Hermandad de la Sed de establecer un límite en el número de nazarenos que acompañaron a su titular mariana, la Virgen de Consolación. Con más de 2.200 papeletas expedidas en esta edición, la corporación anunció en su perfil oficial en X que, "por motivos organizativos y de seguridad", se había fijado un máximo de 85 nazarenos por tramo en el cortejo de la Virgen.

Desde la hermandad explicaron que se trataba de "una decisión tomada después de haberse agotado todos los puestos dentro del cortejo de Virgen y siendo imposible aumentar el número de nazarenos", dado que la estructura organizativa no permitía garantizar la seguridad de un mayor volumen de participantes. Por su parte, el cortejo del Cristo de la Sed no estuvo sujeto a esta limitación, manteniéndose abierto a todos los hermanos que deseasen participar en su estación de penitencia.