Un nazareno cruza el puente. Va de una orilla a otra para luego volver acompañando a sus titulares en estación de penitencia. Destaca en el paisaje urbano aunque camine veloz y en silencio. Atraviesa el gentío que lo espera horas más tarde. O, como en esta imagen del puente de Triana en un Lunes Santo, recorre solitario uno de los lugares más concurridos de Sevilla. Un mirador privilegiado a la ciudad y la Semana Santa, que es puente entre la cuaresma y la pascua cada primavera.
Puente
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Un nazareno de San Gonzalo cruza a Triana un Lunes Santo
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