El Himno de San Antonio, un clásico de las agrupaciones musicales

Ya tratamos, hace algunas semanas, el origen y evolución del género de las agrupaciones musicales, un estilo genuinamente sevillano que se exportó al resto de la geografía. Aunque atravesó momentos de ligero declive, por fortuna permanecen presentes en nuestra semana mayor y se apuesta cada vez más por su cuidado y preservación.

Aquella vez hablábamos de La Santa Espina, una sardana que se adaptó para los cortejos procesionales, y en esta ocasión recordamos una obra clave: el Himno de San Antonio, cuya adaptación responde al contexto de la época, en que las marchas de aires militares aún resonaban en las partituras y repertorios. No pocos autores se sirvieron de cantos litúrgicos para dotar a las procesiones de un sentido más profundo y favorecer así la espiritualidad del público y la identificación con lo que observaba. Todos conocemos, por ejemplo, el Tantum Ergo, Perdona tu Pueblo o el Christus Vincit. En este grupo incluimos, por méritos propios, el Himno de San Antonio.

Una marcha que deviene de la adaptación que Antonio Godino Villar realizó, en compás de ¾, para el responsorio de San Antonio de Padua. Los primeros pasajes de la marcha, antes de la célebre introducción de las liras, flautas y xilófonos, proceden de la marcha Compasión, integrada en el repertorio de la 2ª Comandancia Móvil de la Guardia Civil, de Eritaña.

La letra

La letra del Himno de San Antonio, una oración hecha alabanza, corresponde a la firma de fray Julián de Espira. El responsorio forma parte del O fficium rhythmicum s. Antonii, que tiene su origen en 1233, dos años después de la muerte del Santo. Se canta en la Basílica de San Antonio en Padua y cada martes en muchas iglesias en todo el mundo.

Si buscas milagros, mira, muerte y error desterrados, miseria y demonios huídos, leprosos y enfermos sanos.El mar sosiega su ira, redímense encarcelados, miembros y bienes perdidos, recobran mozos y ancianosEl peligro se retira, los pobres van remediados, cuéntenlo los socorridos, díganlo los paduanos.El mar sosiega su ira, redímense encarcelados, miembros y bienes perdidos, recobran mozos y ancianos.Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. Ruega a Cristo por nosotros, Antonio bendito y santo, para que dignos así, de sus promesas seamos.

Este responsorio permanece indeleble en un retablo cerámico ubicado en la fachada del convento de San Antonio de Padua, junto a otro azulejo del propio santo.

En este vídeo podemos escuchar su interpretación a cargo de la Agrupación Musical Jesús Despojado, que el año 2010 reunió a varios antiguos componentes para celebrar los treinta años de su fundación. Acompañó, aquel Domingo de Ramos, a Jesús Despojado hasta la Plaza de la Campana, un hito memorable que a día de hoy aún se recuerda.