Los sones de una sardana para misterio de la Presentación al Pueblo de San Benito

Las primeras agrupaciones musicales adaptaron la sardana "La Santa Espina" como marcha procesional

Formaba parte de los repertorios clásicos junto a otras como Alma de Dios o La Salve

La marcha procesional más alegre y desconocida del compositor Manuel Font de Anta

El misterio de San Benito con la marcha La Santa Espina

La Semana Santa, sin excederse ni corromper sus límites religiosos, trasciende cualquier plano imaginable hasta convertirse en un espacio de encuentro, de libertad y de fusión entre tierras y culturas, como un fenómeno inabarcable durante los días que se desarrolla. Artistas, diseñadores, imagineros, músicos... Todos ellos han hecho posible una evolución constante de la fiesta.

Hasta mediados de los años cuarenta, las procesiones eran acompañadas en su mayoría bien por bandas de música, en pasos de palio y en algunos misterios, o por bandas de cornetas y tambores, estilo predominante que tuvo su base en el género implantado y nacido en el seno del Real Cuerpo de Bomberos de Málaga, estilo denominado como el de la "Policía Armada". En cambio, alcanzándose el ecuador del siglo pasado, en el Cuartel de la Comandancia de Eritaña, en Sevilla, a las órdenes del Subteniente José Martín, nace la primera formación bajo el sello de "agrupación musical", que se diferenciaba de las cornetas y los tambores y mantuvo siempre la relación con el cuerpo de la Guardia Civil.

A los instrumentos usuales de aquella época se les incorporaron otros tantos que, de manera definitiva, cambiarían el rumbo de la música procesional: trompetas, saxofones, trombones, platillos e incluso gaitas, como consecuencia de la influencia de un mando oriundo de Galicia. Las primeras composiciones que formaban parte de los repertorios eran cantos litúrgicos o populares españoles, como el caso de Alma de Dios, que procede de una zarzuela, o La Santa Espina, el caso que nos ocupa.

Aunque a día de hoy se antoja imposible escucharla en la calle, la marcha La Santa Espina es, tal cual leen, la adaptación de una sardana catalana, con letra de Ángel Guimerá e instrumentalizada por Enric Morera. Fue estrenada en 1907 en Barcelona, pero estuvo prohibida durante la dictadura de Primo de Rivera y en las primeras décadas del franquismo. En cambio, está considerada como una de las marchas clásicas del género de las agrupaciones musicales, antes de la fundación de otras bandas que continuaron este estilo.

La banda de Eritaña en el barrio de la Calzá tras la Presentación al Pueblo
La banda de Eritaña en el barrio de la Calzá tras la Presentación al Pueblo

En el vídeo observamos al misterio de la Presentación al Pueblo de San Benito, por la calle Imagen, acompañado por su agrupación de la Encarnación una tarde de martes Santo. Se interpreta la marcha La Santa Espina, cuyos acordes nos evocan una estrofa de aquella sardana que hoy se convierte en melodía directa para alcanzar a Dios y la paz y amistad entre los pueblos: Dios pasó en primavera, y todo cantaba a su paso. Canta la tierra todavía entera, y canta que cantarás...

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