El Palquillo

El inconfundible gótico flamígero en el nuevo sobretecho de palio de la Virgen del Buen Fin de la Lanzada

  • La cofradía presentó esta nueva pieza para el paso de palio de la dolorosa titular

  • Sigue las líneas góticas que Jiménez Espinosa imprimió en los pasos procesionales

Detalle del nuevo sobretecho de la Virgen del Buen Fin

Detalle del nuevo sobretecho de la Virgen del Buen Fin / Hermandad

La Hermandad de la Lanzada presentó recientemente el nuevo sobretecho de Palio, obra de Ramón León Losquiño. Donado por un hermano insigne, esta obra viene a engrandecer aún más una obra singular, como es el palio gótico de María Santísima del Buen Fin.

Sobretecho del palio de la Lanzada Sobretecho del palio de la Lanzada

Sobretecho del palio de la Lanzada / Hermandad

El mismo se ha diseñado en el estilo característico que la hermandad posee en todos sus enseres tanto de culto como procesionales, basados todos en el gótico flamígero que el autor del paso de cristo y virgen, Don Luis Jiménez Espinosa, plasmó en ellos. Es el altar mayor de la catedral el que sirvió a este gran artista como inspiración de sus diseños para los citados pasos procesionales. Tanto los doseles de las numerosas capillas que inundan el retablo como sus columnas y sobre todo la gran viga de imaginería que actualmente lo remata.

Descubrimiento del nuevo sobretecho de palio de la Virgen del Buen Fin Descubrimiento del nuevo sobretecho de palio de la Virgen del Buen Fin

Descubrimiento del nuevo sobretecho de palio de la Virgen del Buen Fin / Hermandad

En este sobretecho, como pieza emblemática para su diseño, se ha incorporado la cruz atravesada por la lanza que es símbolo de la hermandad, rodeado por una cenefa inspirada en la del gran rosetón de la catedral de Sevilla que se sitúa sobre la puerta de San Cristóbal (o del Príncipe), en el brazo sur del crucero. Su decoración se alarga tanto superior como inferiormente para cubrir el espacio rectangular del techo.

La obra de Jiménez Espinosa

Este autor, nacido en Olivares, diseñó en el año 1944 el paso de misterio de la Sagrada Lanzada. Un autor que a su vez se encargaría de la talla junto a Manuel Guzmán Bejarano, Antonio Vega, Antonio Martín y Manuel Morillo. Se estrenó en el año 1950, si bien no salió completamente terminado hasta el año 1955. En el 1996 se iniciaría un proceso de nuevo dorado a cargo de Arosa y Calvo. Se trata sin duda de unos de los pasos más grande de la Semana Santa sevillana, contando con unas dimensiones de 2,26 x 5,06 x 1,59 metros, siendo portado por 48 costaleros. Cuenta con las esculturas de doce ángeles oferentes, tallados por Rafael Barbero y Luis Ortega Bru e inspirados en los existentes en el sepulcro del Cardenal Cervantes de la Catedral de Sevilla.

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