La Virgen de la Esperanza Macarena ya se encuentra en su paso de palio a la espera de una nueva Madrugada de Viernes Santo. Con esta estampa la espera se consuma.
Un momento que se ha convertido en un clásico del Domingo de Pasión es cuando la dolorosa de la Resolana amanece bajo palio. Tras dos años sin cofradías en la calle, este instante era uno de los más anhelados, pues supone la constatación de la vuelta a la normalidad.
Para esta ocasión la Virgen de la Esperanza luce el manto de la coronación (tiene tres en su ajuar), que fue bordado por Esperanza Elena Caro en 1964, siguiendo un diseño de Fernando Marmolejo. Esta magnífica pieza -considerada uno de los mejores exponentes del bordado cofradiero del siglo XX- ha sido restaurada recientemente en el IAPH, donde ha sido sometida a un proceso de limpieza y restitución de hilos y sedas deteriorados por el paso del tiempo.
La Virgen de la Esperanza, preparada para la Madrugada de 2022.
También porta la saya de las corbatas, a juego con dicho manto, la cual fue estrenada en 1965. Salió también del obrador de Caro y fue diseñada, de igual modo, por Marmolejo. Fue restaurada el año pasado por Cyrta y la lució la Virgen en el altar que se montó en la Semana Santa de 2021, cuando no se pudo realizar estación de penitencia por la pandemia del Covid.
Desde este domingo y durante varios días se podrá contemplar a esta imagen mariana de devoción universal sin los cirios de la candelería, lo que ofrece una visión única y propia de las últimas vísperas. La Semana Santa se toca ya con las manos.
