Así pasaba el misterio de San Benito por la calle Imagen con Arahal en los años 90 de la Semana Santa de Sevilla

No cabe un alfiler en la calle Imagen. El ensanche de la zona, a finales de los años cincuenta, nos privó de una estética diferente y personal, pero la ciudad ganó en comodidad y funcionalidad. A su izquierda, la torre de San Pedro, que sí ha resistido a los envites del urbanismo, se viste de Martes Santo para recibir, desde el populoso e incondicional barrio de la Calzá, a la cofradía de San Benito, que busca la Carrera Oficial. El paso de la Presentación al Pueblo, uno de los más esperados y celebrados de la Semana Santa, desvía puntualmente su ruta para citarse con Santa Ángela, detenida para siempre en la arenisca blanca de Antonio Gavira. Apenas llevan treinta años encontrándose, pero el momento se asume como un clásico de nuestra fiesta.

Son los años 90. La Semana Santa materializa un crecimiento sin precedentes que se gestó en la década anterior, en los ochenta, cuando todo un país decidió abandonar de una vez el paisaje negro de la posguerra y prepararse para el nuevo siglo. La Semana Santa, hija siempre de su tiempo, no permaneció impasible y ajena a los cambios sociales que se desarrollaban en todas las esferas. Más libertad, menos complejos, menos condicionantes, más naturalidad. En el vídeo, grabado por mi padre con una de las primeras Sony que salieron al mercado -incipiente estallido del mundo audiovisual casero- observamos, desde la trasera, el inconfundible perfil del misterio de San Benito, que se gira como decimos para saludar a Santa Ángela.

Precisamente un año antes de la bendición del monumento a la Santa sevillana, se fundaba en la localidad de Arahal la Agrupación Santa María Magdalena, santo y seña del género de las agrupaciones musicales y que hoy se extiende por toda la geografía española. Antes de la creación de las nuevas agrupaciones de la capital, Arahal comparecía en casi todos los días de la Semana Santa. El Beso de Judas, San Bernardo, Montesión, la Hiniesta (la única que hoy la conserva) y San Benito. Suena, ni más ni menos, que Dolores y Misericordia, compuesta por el recordadísimo Manuel Rodríguez Ruiz. Una estampa de otros tiempos que se mantiene viva en la pátina de la nostalgia. Falta el puente, falta Pascual... Pero nunca faltará San Benito la tarde del Martes Santo.