La Pastora de Santa Marina anima a no olvidar la figura de fray Isidoro de Sevilla

Una figura clave para la religiosidad hispalense y que dio al orbe católico una nueva y personalísima advocación. El hermano mayor de la Pastora de Santa Marina, Andrés Martín, ha compartido una carta en la que anima a no olvidar la figura de Fray Isidoro de Sevilla, especialmente en el contexto de la inminente celebración de la función principal y la coronación canónica que tendrá lugar el mes de septiembre.

"Este domingo celebraremos, D.m., la Fiesta Principal de Instituto, como colofón solemne a la Novena que venimos ofreciendo en honor a la Divina Pastora. Un culto que este año cobra un sentido extraordinario al hallarnos inmersos en el camino hacia la Coronación Canónica de nuestra amantísima titular, el próximo 27 de septiembre. Mañana, un año más, será un día grande, de profunda oración y de gozosa gratitud por la presencia viva de la Virgen en nuestras vidas, en nuestra hermandad y en Sevilla. Nos uniremos como familia que camina guiada por el cayado de la Divina Pastora, pidiéndole que siga pastoreando nuestras almas y nuestras necesidades", señala.

En este momento de especial gracia quiero llamaros "a no olvidar la figura de Fray Isidoro de Sevilla, aquel humilde capuchino que, movido por un celo ardiente, hizo nacer esta devoción que tanto bien ha sembrado en la Iglesia a nivel mundial. Hoy, más de tres siglos después, somos sus herederos y testigos de cómo aquella inspiración del cielo sigue floreciendo cada día en la calle Amparo. Os animo con todo mi corazón a participar de esta celebración, a llenar nuestra iglesia, a rezar, a cantar, a emocionarnos... Porque cada uno de nosotros forma parte de este tiempo irrepetible que el Señor y su Santísima Madre han querido regalarnos. Que la Divina Pastora nos bendiga, nos reúna y nos fortalezca siempre en la fe y la caridad", finaliza.

La advocación de la Divina Pastora se genera a raíz de la inspiración de fray Isidoro de Sevilla mientras rezaba en el coro bajo del convento de Capuchinos, germinándose así una devoción extendida prácticamente por toda la cristiandad, y en la que se representa a la Virgen como pastora de todas nuestras almas y de la Iglesia.