El barrio alfarero se prepara para su Semana Santa, que en tiempos remotos no pasaba del puente de barcas, al hacer sus cofradías la estación de penitencia en la parroquia de Santa Ana.
¡Cuánto tiempo ha pasado y cuánto ha cambiado el barrio! Pero su esencia religiosa sigue igual. El Cristo de la Tres Caídas continúa su camino al Calvario, guiado por el romano montado en el caballo que tanto gusta a los trianeros.
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