Sábado Santo en Sevilla: Un cierre con protagonismo foráneo

El público llegado de fuera se hace notar de manera importante en otra jornada sin grandes apreturas en la que las cinco cofradías realizaron su estación de penitencia con lucidez

Las cofradías del Sábado Santo, en directo

Programa de la Semana Santa de Sevilla 2025

Así ha sido la salida de la Hermandad de la Trinidad / José Ángel García

EL Sábado Santo de hace un año hacíamos en estas páginas un triste balance de la Semana Santa que se nos iba de las manos. La borrasca Nelson había destrozado por completo la Semana Mayor de la ciudad, pero las cinco cofradías del Sábado pudieron salir contra todo pronóstico. Lo de este año ha sido todo lo contrario. Las hermandades se han echado a la calle sin tener que estar pendientes de las dichosas lluvias, que han dejado a ocho cofradías sin salir en toda la semana, nada que ver con el pobrísimo balance de 2024. El sol ha sido la tónica general de un día en el que, para no perder la costumbre, también han caído algunas gotas, pero muy insignificantes.

Así salió la Hermandad del Santo Entierro

Asistimos a un Sábado Santo en el que se ha confirmado el descenso de público que hemos tenido durante todos los días. Siempre ha estado a rebosar esta última jornada santa, pero se ha vuelto a disfrutar de una ciudad agradable para moverse. Llama la atención el excesivo celo de los semáforos de ocupación que publica Emergencias Sevilla, servicio del Ayuntamiento, en redes sociales. Por ejemplo, indicaban que había alta ocupación en calles como Laraña, Orfila, Javier Lasso de la Vega, la Plaza del Duque, Jáuregui, la Plaza Padre Jerónimo de Córdoba o Ponce de León. Había gente, sí, pero para nada como para alertar a las personas para que no se acercaran hasta allí. En Jáuregui o Ponce de León se podía caminar prácticamente sin problemas la lado de la Virgen de la Esperanza de la Trinidad mientras la Oliva de Salteras tocaba Virgen de Montserrat.

Así ha pasado por las Setas la Hermandad de los Servitas

Hay que ser mucho más consecuentes a la hora de enviar estos mensajes que al final lo único que consiguen es intimidar a muchas personas que prefieren no salir a las calles. Estamos alejando al pueblo de sus cofradías. Lo vimos de manera importante en la procesión magna de diciembre. Este es el meollo de la piedad popular. Los fieles arremolinados en torno a sus devociones. Tampoco ayudan nada las imágenes que se vivieron el Viernes Santo. La Policía Nacional se lució, por ejemplo, a la entrada de San Isidoro. No permitió que el público se situara junto a la rampa, como siempre se ha hecho. Demasiado celo. Demasiada distancia. Todo muy innecesario. Muy poca sensibilidad.

Así salió la Virgen de la Soledad de San Lorenzo

¿Y dónde está el público de Sevilla? Seguro que muchos cofrades se han ido a Utrera a disfrutar de un Santo Entierro Grande histórico. Se ha visto a muy poca gente respetando el luto de la jornada. Pocos trajes y mucho pantalón vaquero y botines. Semana Santa patrocinada por Converse. La sensación es que ha habido una legión de turistas. La mayoría llegados de otras provincias españolas, pero también de más allá de nuestras fronteras. En este punto conviene hacer una reflexión. En una fiesta en la que la estética es fundamental, el público debe acompañar y ahora mismo chirría mucho. Lo venimos diciendo durante toda la semana. Camisetas de fútbol, pantalones cortos, botas de trekking, mochilas, chanclas... En una fiesta en la que el actual urbanismo no acompaña –ahí están las imágenes del Cristo de Burgos pasando el Miércoles Santo bajo unas horripilantes setas iluminadas cual discoteca– el foráneo de esta guisa resta mucho. Por lo general el foráneo –nacional o de importación– vive la Semana Santa como un producto más de consumo, cuando en Sevilla tiene un significado mucho más profundo. Es el rito, la herencia, la familia, la fe cotidiana. “Mi virgen, mi Cristo”, que dicen los niños desde que aprenden a hablar. El público actual (y aquí no sólo se incluye al guiri) acude a ver las cofradías con la misma actitud consumista con la que puede ir a las Fallas o a realizar el Camino de Santiago. Turigrinos los llaman allí. Aquí habrá que buscarles un nombre.

Así ha sido la salida de la hermandad del Sol / José Ángel García

En lo puramente cofradiero, la Hermandad del Sol ha vivido un Sábado Santo en el que se comenzó a vislumbrar la vuelta de tuerca que se le quiere dar a la cofradía. Habrá que esperar al año que viene para ver las nuevas túnicas, mucho más acordes para una hermandad que viene de un barrio alejado del centro, pero comprobamos el estilo musical que se le ha imprimido al paso de palio, más alegre sin salirse de lo clásico, o los cambios en la canastilla del paso del Varón de Dolores. La cofradías del Plantinar aspira a crecer y atraer a un mayor número de fieles. Contamos desde un balcón que ha llevado apenas 96 nazarenos. La hermandad también ha ganado en su discurrir por el Paseo de Catalina de Ribera y los Jardines de Murillo, donde, la tapia almenada del Alcázar y la fuente en honor a esta aristócrata medieval que tan importante fue para la ciudad sigue tristemente apuntalada.

La Soledad de San Lorenzo en la plaza.
La Soledad de San Lorenzo en la plaza. / José Luis Contreras

Otra hermandad que está sumida en cambios estéticos es la de la Trinidad. Hemos visto imos la nueva imagen de Nicodemo del misterio del Cristo de las Cinco Llagas realizada por Fernando Aguado basándose en la anterior. El misterio del Sagrado Decreto, mucho más atinado en su andar, experimentará un importante cambio tras aprobar los hermanos la ejecución de las nuevas imágenes por parte de Navarro Arteaga. Acierto seguro. Por cierto, cómo nos gusta escuchar las marchas clásicas de las Cigarreras detrás del paso alegórico.

El paso alegórico del Trinunfo de la Santa Cruz tras salir de San Gregorio.
El paso alegórico del Trinunfo de la Santa Cruz tras salir de San Gregorio. / Rafa del Barrio

Ha gustado mucho el exorno del paso de la Virgen de los Dolores de los Servitas. Muy aromáticos los jacintos malvas. Ha habido menos representaciones, al menos en número en el Santo Entierro. Y la Soledad. La Dolorosa ha puesto de nuevo el broche de oro a una Semana Santa un tanto descafeinada de público y fría en todos los sentidos. El epílogo lo buscaremos en Santa Marina.

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