Setenta y cinco años de la imagen de Santa Marta en Sevilla: de la gloria a la penitencia
Efeméride
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Una imagen serena, de honda belleza, cargada de significado y que se enmarca perfectamente en un conjunto marcado por el dramatismo y la gravedad. Este pasado lunes se han cumplido tres cuartos de siglo de la bendición de Santa Marta, imagen que da nombre y génesis a toda una cofradía. Han bastado esos setenta y cinco años para convertirla no solo en un icono del Lunes Santo, sino de toda la Semana Santa hispalense.
Cuando a finales de la década de los cuarenta el Reglamento Nacional del Sindicato de Hostelería proclama a Santa Marta como su patrona, y motivados también por otras cuestiones de índole similar, nace en un grupo de cofrades hosteleros la intención de fundar una hermandad en honor a esta santa. El gremio ya venía celebrando los 29 de julio de 1946 y 1047 diferentes cultos en honor a Santa Marta en el convento de la Encarnación, y en 1948 don Tomás Castrillo Aguado, Vicario General y Provisor del Arzobispado emite el decreto de erección canónica de la Hermandad de Gloria de Santa Marta en la iglesia parroquial de San Bartolomé.
La primera imagen de la santa, procedente de los talleres de Olot, pronto caló hondamente en aquellos cofrades dedicados plenamente a obras de caridad, si bien paulatinamente creció el deseo de transformar su hermandad en una corporación penitencial, cuestión que llega a buen puerto en septiembre de 1949. Todo ello aún en los muros de San Bartolomé, donde la hermandad hacía uso de la capilla de la cabecera de la nave de la epístola.
La llegada de la actual Santa
El 15 de abril de 1950 la junta de gobierno acuerda encargar una imagen "de mayor entidad artística y relevancia espiritual que la anterior", con el objeto de que pueda procesionar en gloria y pasión. En mayo se firma un primer contrato con el imaginero onubense Sebastián Santos, toda una figura de la época, rubricado por el entonces mayordomo José Luis Ruiz Muñoz.
En aquel contrato se solicitaba que la imagen tuviera un tamaño algo mayor del natural. En total el coste ascendió a 12.000 mil euros, siendo bendecida cuatro meses después, el 28 de julio de 1950, en la antigua judería. La ceremonia corrió a cargo de don Francisco García, párroco de San Bartolomé, presidiendo los primeros cultos al día siguiente. El 24 de noviembre de 1952 fue trasladada en andas hasta la parroquia de San Andrés y meses después, en marzo de 1953, salió por primera vez en estación de penitencia con el resto de las imágenes.
En esta imagen de Santa Marta, como curiosidad a apuntar, presenta un clara inspiración hebraica en su inconfundible nariz. Las manos "aparecen con las uñas desgastadas por el servicio doméstico, y los pies, calzados con sandalias, simulan un leve caminar por los senderos de Judea en pos del Redentor, al que acompañaría, sin duda, hasta el Sepulcro", apunta la hermandad. Durante el año, la imagen porta en sus manos los atributos característicos de la iconografía: el acetre del agua bendita en la derecha y el hisopo en la izquierda. El Lunes Santo, en cambio, se nos muestra con tres clavos en el camino del Señor de la Caridad hacia el lugar donde habría de resucitar tres días después.
Setenta y cinco años, por tanto, de la presencia de esta santa de Betania, hermana de Lázaro, en cuya casa se hospedó Jesús de Nazaret según relatan los Evangelios y cada Semana Santa, en silencio y rotunda, convierte y participa a la ciudad en el sepulcro de Dios hecho primavera.
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