Un singular paño de la Virgen de Valme, expuesto en el Museo del Romanticismo de Madrid
Provincia
La obra, datada en el siglo XIX, responde a la representación iconográfica propia de la época de la protectora nazarena
Se trata de una pieza bordada con hilo metálico y aplicación de pasamanería, y pertenece al propio complejo cultural
Santa Ana de Dos Hermanas acompañará al Divino Perdón durante un tramo de la salida extraordinaria
El Museo Nacional del Romanticismo, ubicado en el antiguo palacio del marqués de Matallana en la capital de España, exhibe hasta el próximo 21 de septiembre una desconocida y singular obra textil que representa la invocación del rey San Fernando a la Protectora de Dos Hermanas, la Virgen de Valme. En concreto, se trata de un paño de cañamazo bordado con hilo metálico y aplicación de pasamanería, que pertenece a la colección del propio museo, y aparece titulado como “Fernando III de Castilla ante la Virgen de Valme”.
La pieza se encuadra dentro de la exposición temporal “Cosas tenidas por pequeñeces”, que se inauguró el pasado 30 de mayo y se podrá visitar hasta el 21 de septiembre al recorrer este museo dependiente del Ministerio de Cultura, que conserva una importante colección de objetos históricos y artísticos centrada en la vida cotidiana y las costumbres del siglo XIX, con especial atención a la corriente estética del Romanticismo.
“El rey santo invoca –Valme María– a la Virgen, que le promete la victoria frente a los musulmanes en Sevilla”. Así comienza la descripción de la cartela que acompaña al paño expuesto, posiblemente realizado por alguna joven de la alta burguesía madrileña del siglo XIX que se iniciaba en las labores del bordado y que, a buen seguro, conocería la historia de la Virgen de Valme gracias a los escritos coetáneos de Cecilia Böhl de Faber (Fernán Caballero).
En este sentido, cabe recordar que la primera edición de su novela “La familia de Alvareda” vio la luz precisamente en Madrid, en el año 1856. Esta obra, ambientada en Dos Hermanas, comienza con un recorrido que se detiene en las ruinas de la Ermita de Valme, y, además, en su capítulo VI incluye la “Crónica popular y verbal de Dos Hermanas”, donde la escritora relata las tradiciones vinculadas al origen de la entonces villa nazarena, mencionando el milagroso hallazgo de la imagen de la patrona Santa Ana por las dos hermanas Elvira y Estefanía Nazareno, que dieron nombre a la población y gentilicio a sus moradores; así como, en particular, el episodio de la súplica del Santo Rey a la Virgen en el cerro de Cuartos, implorando su valimiento para devolver la ciudad de Sevilla a la fe cristiana en 1248: “¡Valme, Señora, que si te dignas hacerlo, en este lugar te labraré una capilla, en la que a tus pies depositaré como ofrenda, el pendón que a los enemigos de España y de nuestra Santa Fe conquiste!”. Y la piadosa tradición añade que, entonces, ordenó al maestre de Santiago, Pelay Pérez Correa, que clavara su espada en el suelo, brotando al momento un manantial –la “Fuente del Rey”– que sirvió para calmar la sed de los soldados cristianos.
En el paño que expone el Museo del Romanticismo aparece el Santo Rey en un paraje natural idealizado, de rodillas ante la imagen de la Virgen, apreciándose en la parte inferior izquierda la espada clavada en tierra. Las comisarias de la exposición señalan en la cartela descriptiva que: “La escena combina la leyenda sagrada con los atributos de la monarquía (cetro, espada y corona) y motivos anecdóticos –un perro y un ave entre la maleza–”.
La representación iconográfica de la Virgen –portando al Niño con su brazo izquierdo– se corresponde con la que muestran los grabados y litografías que se difundieron a partir de 1859, tras la reconstrucción de la Ermita por los duques de Montpensier, un hecho que tuvo especial notoriedad en la prensa nacional, siendo también recogido por Fernán Caballero en los apéndices que incorporó a la segunda edición de “La familia de Alvareda” (1861), junto con la crónica de la restauración del Pendón de San Fernando, llevada a cabo por los mismos infantes en 1857.
Es en este contexto donde hay que enmarcar la confección de este valioso y hasta ahora desconocido paño bordado, que es reflejo de una época de gran importancia para la historia y devoción a la Virgen de Valme.
La exposición
La muestra –comisariada por Selina Blasco y Patricia Molins– pretende desvelar el florecimiento de las prácticas textiles en el siglo XIX y su protagonismo indiscutible en los ambientes domésticos del Romanticismo. Así, toman protagonismo piezas que reflejan la intimidad, la educación, el ocio o la sentimentalidad de las mujeres de la burguesía de la época, elaboradas en una gran heterogeneidad de materiales y técnicas: bordado, dibujo, daguerrotipia, aplicaciones de cabello, conchas o flores, entre otras. Obras, por tanto, especialmente delicadas en lo referente a su conservación, y en muchos casos inéditas y restauradas para la ocasión.
Hace unos meses, en este mismo año 2025, el Museo de Bellas Artes de Sevilla expuso también las primeras imágenes de la Ermita de Valme tras su reedificación a expensas de los duques de Montpensier, que corresponden a la misma época y fueron realizadas por el fotógrafo Francisco de Leygonier.
También te puede interesar
Lo último