La Pura Raza Española (PRE) es una de las más valoradas en el mundo. Los motivos más evidentes saltan a la vista: en estos caballos el equilibrio entre la templanza y la belleza es más que evidente. Ambas virtudes se deben al empeño por mantener una sangre limpia, sin cruces y con una calidad genética que pasen de padres a crías sin alteraciones. La Real Asociación Nacional de Criadores de Caballos de Pura Raza Española (Ancce) tiene gran parte de la culpa de que esta preservación se realice hasta el cuidado extremo con una sede prácticamente desconocida para los sevillanos.

Desde las oficinas de Los Bermejales se trabaja a destajo para emitir los pasaportes de los ejemplares o gestionar los cambios de titularidad. En su laboratorio, pionero en el mundo, se realizan los análisis de ADN necesarios que requieren los servicios registrales: controles de identificación genética, de filiación (maternidad y paternidad) e incluso de los genes que intervienen en el color de la capa con el objetivo de dirigir los apareamientos en función del color que se desee en la descendencia.

El año pasado se registraron 12.607 nuevos ejemplares de Pura Raza Española y se dieron de alta 2.943 nuevas ganaderías

¿La finalidad de la labor que realizan unos 30 profesionales desde la capital hispalense? Preservar la pureza de la raza a nivel mundial y desarrollar un programa de cría. La institución analiza las muestras de sangre de los ejemplares de caballos PRE que nacen en cualquier rincón del mundo con el objetivo de formar parte del precio Libro Genealógico del Pura Raza Española.

Una especie de bases de datos que se publica anualmente y funciona como el único registro oficial autorizado para emitir a nivel nacional e internacional la documentación de cualquier ejemplar de Pura Raza Española. "Hay unos 275.000 ejemplares en más de 67 países y todos ellos se registran aquí. Realmente cuando se sangran allí, se les pone el microchip y se hace la reseña, la sangre viene a los laboratorios de Sevilla para su análisis", indica Arancha Rodríguez, directora del Libro Genealógico del caballo PRE, durante una visita a las instalaciones del organismo. Además, señala que también se emiten pasaportes para "los animales de todos los países del mundo, con su correspondiente bandera para identificar su procedencia".

Un ejemplar del Libro Genealógico del Pura Raza Española.

El año pasado se registraron 12.607 nuevos ejemplares de Pura Raza Española y se dieron de alta 2.943 nuevas ganaderías. De este modo, el censo de la raza se sitúa en 275.018 ejemplares, pertenecientes a 46.345 ganaderías activas de 67 países. El PRE representa el 70% de todos los équidos registrados de España. De los nuevos ganaderos registrados, el 46% son de fuera de España: en su mayoría de Estados Unidos, Italia y Alemania.

En media hora son capaces de extraer hasta 96 muestras de ADN con un maquinaria puntera

Más allá de este registro que evidencia que esta raza "es la que más animales inscribe de todo el mundo", el laboratorio cuenta con equipamiento de última generación y realiza los análisis genéticos de filiación de todos los ejemplares de PRE que se registran, procedentes de todos los países del mundo. Es el primer y único de España acreditado para el "Análisis de marcadores genéticos implicados en la capa equina". Esta acreditación, con el respaldo de la Entidad Nacional de Acreditación, lo sitúa como un laboratorio analítico de vanguardia, que garantiza un servicio con los estándares de calidad más elevados. En media hora son capaces de extraer hasta 96 muestras de ADN con un maquinaria puntera. La misma que se utiliza en los hospitales para extraer pruebas de ARN. En los diferentes frigoríficos se pueden encontrar muestras de todos los animales registrados, es decir, de hasta 300.000 caballos.

Arancha Rodríguez, directora del Libro Genealógico del PRE; y José Juan Morales, presidente de Ancce.

Además, la institución es la encargada del desarrollo del programa de mejora genética de la raza para contribuir a la morfología, conformación y funcionalidad de los Caballos Españoles. Para ello se realizan controles de rendimientos y se valoran genéticamente los ejemplares para diferentes aptitudes. "Realmente aportamos datos de los ejemplares toda la vida. Estudiamos los resultados de cada animal y luego los de sus hijos para saber qué información transmite a su descendencia", apostilla Arancha Rodríguez.