Sevilla

Aceptar la idea obligaría a cambiar el PGOU de Sevilla de forma integral

  • Los terrenos están calificados en el 'libro urbano' de Sevilla como suelo inundable y no urbanizable

El principal problema que tendrá que superar el proyecto que, con el padrinazgo del CSIC, está planteando el grupo de profesionales y expertos en sostenibilidad que defienden la conversión de Tablada en un inmenso lago no tiene que ver tanto con el aspecto más interesante de la iniciativa -su factor ecológico- sino con la pertinaz legislación urbanística. Y, más en concreto, con la norma máxima del urbanismo de Sevilla. El Plan General de Ordenación Urbana.

Aprobado hace apenas tres años -en 2006-, el documento que rige los destinos de la ciudad calificó los terrenos de la antigua dehesa como suelo no urbanizables. Esta clasificación implica que no pueden construirse en ellos más que dotaciones o edificaciones sin fines lucrativos. Por ejemplo: un parque metropolitano. De hecho, ésta era la apuesta del PGOU. Aunque, incluso en el caso de que no se hiciera parque alguno, en ningún caso el Plan General permite construir. Tablada se concibe como una reserva verde estratégica para Sevilla.

La iniciativa apadrinada por el CSIC contempla, al menos en sus bocetos iniciales, la creación de una fachada urbana hacia el lago o marisma que ocuparía la mayor parte de la superficie de la antigua base militar formada por edificios en altura de nueva planta. Torres. Los usos no están definidos. Pero parece obvio que, en caso de querer acordar la iniciativa con las inmobiliarias titulares de los terrenos, ésta sería la vía para compensarlas por ceder el suelo que sería anegado de agua. La ciudad ganaría el lago; las promotoras, derechos de edificabilidad de los que ahora carecen.

El problema es que el PGOU no permite tal opción. Cabe de la posibilidad de modificar el Plan General para dar acomodo a la idea. Aunque esta opción presenta dos graves problemas: en primer lugar, su dificultad legal; en segundo término, su enorme impacto político. El Plan General tiene previsto su propio proceso de revisión. Si se tratase de una modificación puntual, habría que cumplir un procedimiento reglado y contar con el aval de la Junta de Andalucía. En el supuesto que nos ocupa, tal proceso es inviable: al ser Tablada parte de un futuro sistema general -espacio libre- no cabe más opción que una revisión integral del documento. Dicho de otra forma: tocar Tablada obligaría a alterar todo el modelo de ciudad del PGOU. Algo que, aunque legalmente podría llegar a plantearse, tendría un coste político considerable para el gobierno local (PSOE e IU), que ha hecho bandera del Plan de Sevilla desde antes de su aprobación. Cambiarlo sólo por Tablada se antoja difícil.

Sí podrían plantearse, sobre la idea de la conversión de Tablada en una laguna fluvial, otras fórmulas de compensación, aunque siempre fuera del ámbito de la antigua dehesa. En otros suelos en los que las inmobiliarias puedan patrimonilizar la inversión que en su día hicieron en estos terrenos. Esta fórmula sería más aceptable, aunque dependerá del grado de plusvalía que el Consistorio quiera otorgar a las empresas inmobiliarias.

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