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Plaza de España · Murcia

Con Audrey Hepburn en los talones

  • Nuria Cobo. Alma fenicia, hija de emigrantes que cambiaron los olivos por los zapatos. Cartel viviente de fiestas primaverales, su cuna murciana es metáfora de su impronta de zapatera genética.

COMO el banco de Murcia es el más literario de toda la plaza de España, con la letra y música de una de las Cantigas del rey Alfonso X el Sabio, Nuria Cobo (Murcia, 1970) llega imaginando una novela y un ensayo. "Recorrer la plaza de España con tacones, llena de turistas y escolares, buscando el banco de Murcia, parece el comienzo de una novela", dice la empresaria que se define a sí misma como "zapatera genética". De escribir la novela, hay dos candidatos unidos a Cartagena: la ciudad donde nació Arturo Pérez-Reverte, donde dejó las clases para darse a conocer como escritora María Dueñas.

El ensayo es lo que Nuria ve al repasar el mapa de Murcia y sus topónimos. "Este mapa es un homenaje a la emigración. A la capacidad de superación de mis padres, la mejor de mis escuelas". Arcadio Martínez y Manuela Cobo, sus progenitores, nacieron en Úbeda. Paisanos de Sabina y Muñoz Molina, se fueron a Madrid sin pasar por Granada. A ganarse la vida, esos andaluces de Jaén del poema de Miguel Hernández empujados al destierro laboral por el maleficio de la viuda: al abuelo paterno de Nuria, un ácrata de Sierra Mágina, lo fusilaron en el 36. En Madrid nace su hermano, que ahora está al frente de tres tiendas Nuria Cobo en Cádiz. Hacen el equipaje y de Madrid se van a Elche para trabajar en el sector del calzado.

Nuria Martínez Cobo nació en Murcia en 1970. Nuria Cobo -"mi padre, Martínez, se lo ha tomado estupendamente"- nace en Sevilla, en la tienda de Méndez Núñez esquina con Rosario. Murciana por casualidad, "allí estaba la clínica privada más próxima a Elche de la que mis padres eran socios". Casual y causal, la Huerta en particular, el Levante en general los asocia con la génesis de la cultura del esfuerzo. "Mi lado emprendedor y comercial viene de ahí. Soy capaz de vender cualquier cosa. Pero la sensibilidad y el buen gusto se los debo a Sevilla. A Sevilla y sus mujeres".

Sevilla es la cuarta escala laboral de su familia. "Nos vinimos en 1981, pero el 23-F todavía lo vivo en Elche. No hubo colegio ese día". No llegaba a una ciudad desconocida. "Mi padre venía mucho como representante de calzados de la firma Kelme. Mi madre nos cogía a los dos niños y veníamos desde Elche a Sevilla. Me entusiasmaba esta ciudad, sabía que estaba para mí".

Niña de Nervión, la familia se traslada a Los Remedios. Alumna del Colegio Aljarafe. Tres décadas después, tiene un grupo, Amigas para Siempre, siete compañeras de aquellas aulas. La última vez que se reunieron las convocó una de ellas, Laura Rojas-Marcos, en la presentación de su último libro. El Lunes Santo siempre acompaña con alguno de sus hijos, el año pasado con Alejandro, éste con Alberto, a la Virgen de Guadalupe de la hermandad de las Aguas.

Cartel viviente de fiestas primaverales, la Feria es su delirio. "Soy una fatiga del traje de flamenca, me visto todos los días de Feria. A mis hijos les transmití este entusiasmo por la ciudad. Somos unos privilegiados por vivir en un sitio cuya plenitud es la primavera. ¡Tiene tanto que ver esta ciudad! Me indigna que sean flexibles con los horarios comerciales y cierren los museos los domingos por la tarde. ¿Les quieren dar sólo consumismo a nuestros hijos y no darles cultura?".

La imaginaria autora de la novela y el ensayo llega a la plaza de España con unos zapatos modelo Allyma. "El nombre lo puse en honor de una amiga. Son unos zapatos estilo Audrey Hepburn de puntera fina". Es una catedrática en la materia. "El mejor calzado para ir a la Feria es el que te sujete bien los pies, estés cómoda y te sientas atractiva". La modelo ocasional de las Cantigas del rey sabio tiene tienda presencial y reina en las redes virtuales. Tiene Twitter, página web y un blog del calzado. Cada banco de la plaza de España es un mercado potencial de su impronta cartagenera y cartaginesa. Zapatera genética que viste a los nuevos romanos con alma de fenicia.

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