El Ayuntamiento ampliará la protección del legado de la Expo en su 30 aniversario
El Ayuntamiento quiere dar este mes los primeros pasos para aprobar un catálogo más extenso de edificios y también jardines
La intención municipal es avanzar de la mano de los empresarios para mejorar la conservación de un recinto que es "punta de lanza" de la transformación que persigue el gobierno de Muñoz
A dos meses de que se cumplan 30 años de la inauguración de la Exposión Universal del 92, la isla de la Cartuja es un territorio lleno de vida pero que adolece de un plan de protección que vele por un legado que transformó Sevilla y que sigue siendo ahora una herramienta muy potente para que la ciudad de un nuevo salto. Los jaramagos que se convirtieron en símbolo del abandono en la postExpo quedaron hace ya años atrás en una tecnópolis prácticamente colmatada y que reúne hoy a más de 530 empresas y 23.000 trabajadores. Pero hay grietas y baches que evidencian que el recinto requiere de una mayor inversión, una puesta a punto para abanderar la revolución digital y sostenible que quiere impulsar el Ayuntamiento de Sevilla, decidido a incluir además a esta zona en los recorridos turísticos.
Este mismo mes la intención es dar los primeros pasos para aprobar una ampliación del catálogo de protección de bienes y espacios libres de un recinto donde actualmente sólo hay una docena de edificios de la Expo del 92 con alguna protección. Ya se hizo un estudio en 2017. La intención es hacer algo similar al catálogo de patrimonio regionalista del barrio de Nervión. Se incluirán pabellones y también jardines en un listado que ya ha sido presentado a las empresas y al parque tecnológico y también a la asociación Legado Expo, un colectivo sin ánimo de lucro ni afiliación política que busca la protección y la difusión de la memoria de la Muestra Universal.
Hasta ahora sólo gozan de protección, además del Monasterio de la Cartuja, que es un bien patrimonial, los los edificios incluidos en el catálogo periférico del PGOU vigente. Éstos son, por ejemplo, el Estadio de la Cartuja, el Puente del Alamillo, los pabellones de Francia y España, el Teatro Central, el pabellón de Finlandia, el World Trade Center de la Expo, el Pabellón de la Navegación y la Torre Schindler y el edificio de Red Eléctrica. Por otra parte, el Catálogo General de Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, desde 2007, incluye también seis pabellónes: a los de España, Francia, Finlandia y la Navegación se suman también el de España y Hungría.
Hace poco más de un año, fue derribado otro de los pabellones del 92 que quedaba en pie, el de la ONU, para construir una residencia de estudiantes. Una pérdida irrepabable del patrimonio que fue denunciada por Legado Expo y que a partir de ahora se espera que ayude a frenar el nuevo catálogo.
La intención del Ayuntamiento de Sevilla es buscar nuevas fórmulas para mejorar el recinto. De momento, las cuentas municipales para 2022 recogen sólo una partida de 350.000 euros para la mejora del asfaltado en el entorno de Ingenieros, en el acceso norte del PCT y en otros espacios libres que rodean Isla Mágica. Y también se sigue trabajando en un proyecto para la renovación del alumbrado con criterios más eficientes energéticamente desde la Gerencia de Urbanismo. Son nuevos parcheos que se suceden con cuentagotas anualmente pero que son claramente insuficientes para un recinto que se salva por la intervención de la entidad de conservación, cuotas que aportan los propitarios de los edificios que se encuentran dentro del perímetro cerrado del parque. Al otro de la valla es otro cantar.
No obstante, los déficits en Cartuja van más allá de la imprescindible mejora de este escaparate internacional que, no en vano, el próximo otoño acogerá un congreso que fue ya aplazado por la pandemia y que reúne a un total de 350 parques tecnológicos de 73 países del mundo. Y sólo centraron una parte de la reunión mantenida este martes entre una veintena de representantes del Círculo de Empresarios de Cartuja, el propio PCT y el nuevo alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, y su equipo en una primera reunión de trabajo que se ha saldado con satisfacción y un alto grado de participación. Entre otras cuestiones, todas las partes han coincidido en la necesidad de mejorar la visibilidad de la isla, sus conexiones con la ciudad y una mayor integración que, sin duda, facilitarían nuevos puentes o pasarelas que invitaran al sevillano a cruzar a esa orilla. Cuestiones que se esperan solucionar a medio plazo cuando la Cartuja acoja proyectos pioneros como el Qnat, con un elevado grado de ejecución, o el #eCity Sevilla.
El objetivo de la cita era analizar la situación actual de Cartuja para diseñar un plan que deje sus frutos en los próximos meses, según el deseo de los empresarios. Y hay también otras propuestas, entre ellas, diseñar actividades para dar a conocer el parque entre los sevillanos y también pafra proyectarlo al exterior, con el objetivo común de captar nuevas inversiones y retener y atraer talento.
Muñoz también ha confirmado un nuevo proyecto de valoración turística a los fondos europeos Next Generation. El potencial turístico de Cartuja, en conexión con el casco histórico de Triana, las riberas del Guadalquivir y el sector Sur del PCT, y teniendo presente Isla Mágica como bisagra entre ambas zonas es fundamental. "En los últimos años Cartuja se ha configurado también como un gran distrito cultural con distintos equipamientos de primer nivel", ha recordado Muñoz que presentará un proyecto a la segunda convocatoria que abra el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, previsiblemente en verano, para respaldar iniciativas de turismo sostenible, y que a su vez cuentan con la financiación de la Unión Europea.
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