Cae en Sevilla un estafador que se intentó esconder en la Casa de Pilatos

El detenido, conocido como el Parrita, lideraba una banda que se hacía pasar por empleados de empresas de paquetería para sustraer objetos

La operación culminó con cuatro arrestos, uno de ellos tras una persecución por los tejados del centro de Sevilla

La detención del estafador tras un intento de huida por los tejados de la Casa de Pilatos. / DGGC

La Guardia Civil detuvo el pasado 31 de mayo a un estafador que intentó huir por los tejados de varios edificios del centro y se intentó esconder en la Casa de Pilatos. Fue en este histórico recinto donde finalmente se produjo el arresto. Este delincuente, apodado el Parrita y reclamado por la Audiencia Nacional por falsificar billetes, lideraba una banda de estafadores muy activa en la provincia de Sevilla.

El grupo ha quedado desmantelado en la operación Barter de la Guardia Civil de Sevilla, en la que han sido detenidas tres personas e investigada una cuarta. Todos los implicados son vecinos de la capital andaluza y a ellos se les imputan los delitos continuados de estafa, falsificación de documento mercantil, usurpación de estado civil y pertenencia a grupo crimina. Eran especialistas en estafar haciéndose pasar por trabajadores de conocidas empresas de paquetería.

En un comunicado emitido este jueves, la Guardia Civil ha informado de que la operación se inició en abril. En ese mes se presentó una denuncia en La Algaba, donde una persona había sido estafada de una forma muy peculiar. La denunciante había anunciado en una página web la venta de dos teléfonos móviles. Una persona se había interesado en comprarlos y le dijo que los recogería a través de una empresa de paquetería.

Al día siguiente, uno de los implicados se hizo pasar por operario de esta empresa y recogió los móviles. En ningún momento la víctima de la estafa sospechó de que este empleado no era tal ni de que la estaban jugando. El caso recayó en el Equipo de Investigación de la Guardia Civil de La Rinconada.

Después de esta primera denuncia, el instituto armado recibió otras por estafas similares en diferentes localidades de la provincia, como Santiponce y Aznalcóllar, así como en la propia capital. Se inició entonces una investigación. Los agentes supieron que había un grupo de personas que hacían uso de documentación falsa y aportaban direcciones inexistentes para obtener tarjetas de telefonía a nombre de terceras personas. Así eran identificados una vez que las estafas eran descubiertas y se presentaba una denuncia contra ellos.

Los sospechosos se hacían pasar por personas que en realidad no existían para comunicarse con las víctimas, siempre a través de aplicaciones de mensajería instantánea. Los delincuentes se cuidaban de no colocar ninguna imagen ni tampoco notas de audio que pudieran llevar a la Guardia Civil a identificarlos por la voz. De esta forma, la víctima sólo podía aportar de los delincuentes una identidad falsa que no servía de mucho. Y una descripción del falso trabajador de la empresa de paquetería que les recogía los productos que ofrecían. Los delincuentes se aprovecharon también del estado de alarma, puesto que llevaban siempre mascarillas y guantes.

Los investigadores comenzaron a analizar las conversaciones de los denunciantes con los autores de la estafa y las descripciones de las víctimas, al mismo tiempo que estudiaron las tarjetas de telefonía conseguidas de forma fraudulenta para poder utilizar los móviles sin dejar rastro. Lograron averiguar las identidades de cuatro individuos que formaban un grupo criminal muy activo, especializado en las estafas, que estaba liderado por un conocido delincuente que se encontraba en busca y captura. Tenía en vigor una orden de ingreso en prisión emitida por la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional por haber pertenecido a una banda que se dedicaba a la falsificación de monedas y billetes.

El cabecilla del grupo estaba siendo buscado también por la Policía Nacional, que investigaba varios delitos similares cometidos en Sevilla capital. Los agentes de ambos cuerpos unieron esfuerzos e intercambiaron información para poder detener al sospechoso. Policías y guardias coincidieron en que estaban ante una persona muy escurridiza y muy difícil de localizar y detener.

Los investigadores supieron que los estafadores iban a vender un objeto que habían conseguido en una de sus estafas. Se trataba de un visor monocular térmico, que habían puesto a la venta en webs y aplicaciones de compraventa de objetos de segunda mano. El propietario encontró el anuncio del artículo y lo comunicó a los agentes.

La transacción se iba a llevar a cabo en la Plaza de Pilatos. La Guardia Civil estableció un dispositivo de vigilancia en este enclave, así como en calles próximas como San Esteban, Caballerizas o Imperial. Los agentes lograron recuperar el aparato y detener a uno de los miembros de la banda, pero el cabecilla logró huir a través de los tejados de las viviendas de la zona y se llegó a esconder en la Casa de Pilatos.

Los guardias civiles cercaron el edificio y encontraron al delincuente en el Jardín Grande o de las Logias, donde trataba de ocultarse. En el arresto también participaron agentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional. Fue clave la colaboración vecinal para el arresto del cabecilla de la banda.

La operación se ha saldado con las detenciones de tres varones cuyas identidades corresponden con las iniciales T. N. D., J. D. N. y J. L. M. G., de 24, 44 y 35 años de edad respectivamente, y la imputación de una joven de 19 años, F. S. D. Todos ellos han sido puestos a disposición del juzgado de Guardia.

También se han intervenido tres teléfonos móviles y diferentes tarjetas de telefonía que eran utilizadas para cometer los delitos, y se han recuperado varios objetos de alto valor económico que ya han sido entregados a sus legítimos propietarios, como son el visor monocular térmico, una máquina de bordado profesional, o dos terminales móviles entre otros, efectos valorados en más de 10.000 euros

La operación ha sido llevada por el Equipo de Investigación de La Rinconada. La Guardia Civil continúa investigando la posible implicación de los detenidos en otros delitos similares ocurridos en la provincia u otros hechos que pudiesen no haberse denunciado hasta la fecha.

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