Sevilla

La Caixa, la Junta y la Fundación Cajasol ultiman el acuerdo sobre las Atarazanas

  • La entidad financiera se encargará de la rehabilitación del astillero medieval, la Administración andaluza de dotarlos de personal y la Fundación de buscar exposiciones

Tras más de un lustro de proyectos y contraproyectos, de dudas y de polémicas, la Junta de Andalucía, La Caixa y la Fundación Cajasol han culminado las líneas fundamentales del proyecto para convertir las Reales Atarazanas en un centro cultural dedicado al "diálogo con el continente americano". "El acuerdo está listo para su firma, pero por respeto al gobierno municipal de Sevilla y de los grupos de la oposición, a quienes se lo presentaremos en breve, aún no queremos comentarlo", comentaban ayer a este periódico fuentes de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

Sin embargo, en las últimas semanas ya han ido trascendiendo algunos de los puntos de dicho acuerdo y ayer la cadena Serdaba por concluidas las conversaciones y avanzaba sus líneas generales, las cuales fueron confirmadas a este periódico por La Caixa. El convenio estima que las tres partes implicadas -la Junta de Andalucía, La Caixa y la Fundación Cajasol- se encargarán de aportar cantidades suficientes para el mantenimiento del edificio mandado a construir por Alfonso X en el año 1252. La división de tareas se establece, grosso modo, de la siguiente forma: La Caixa se encargará de la rehabilitación, la administración autonómica de la gestión diaria y la Fundación Cajasol de la búsqueda de exposiciones para dotar de una programación de calidad a esta joya del patrimonio histórico-artístico sevillano.

En total, la entidad financiera catalana se encargará de la restauración y adaptación como centro cultural de los inmuebles de estilo gótico mudéjar (las naves principales) y Carlos III (el llamado edificio de cabecera, del siglo XVIII). Para esta tarea destinará, como ya se había anunciado, una cantidad de 10 millones de euros. La idea, como ya se había apuntado, es hacer un proyecto sencillo y funcional, que asegure la nueva función de contenedor cultural de las Reales Atarazanas pero que no suponga una intervención demasiado evidente. Con esto se consiguen unos costes moderados y se evitan futuras polémicas tanto con la Delegación de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla como con las plataformas ciudadanas de defensa del patrimonio histórico. El proyecto conserva la idea del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra de derribar los muros que ciegan los arcos de la calle Dos de Mayo para convertir esa parte de las Atarazanas en una plaza pública.

Por su parte, la Junta de Andalucía se encargará de mantener abierto el espacio a diario, dotándolo de personal y de archivos de la Administración autonómica. Como ya anunció la semana pasada el consejero de Cultura, Luciano Alonso, durante la presentación del nuevo proceso de escolarización para el próximo curso, la Junta invertirá en esta misión un total de 1,2 millones de euros anuales.

Por su parte, la Fundación Cajasol (marca absorbida por La Caixa) se encargará de la búsqueda y la gestión de exposiciones que den contenido al espacio cultural. La Fundación dedicará 400.00 euros anuales para la conservación del bien, aunque algunas fuentes rebajan dicha cantidad a justo la mitad, 200.000 euros.

El pasado 30 de diciembre se cumplieron cinco años desde que La Caixa se ofreciera oficialmente para reformar las Atarazanas para ubicar allí uno de sus prestigiosos Caixafórum, proyecto que finalmente se decidió llevar al edificio Podium de la Torre Pelli, dejando este espacio, unos astilleros medievales de 7.000 metros cuadrados en pleno centro de la ciudad, sin un proyecto claro. Con este acuerdo, por tanto, se pondría fin a un lustro que se puede definir como perdido.

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