El rastro de la Historia

El Conde Negro, el jefe de los esclavos afro-sevillanos

El Conde Negro, el jefe de los esclavos afro-sevillanos

El Conde Negro, el jefe de los esclavos afro-sevillanos

La historia de los esclavos negros de Sevilla sigue siendo desconocida para el gran público. Pese a que su rastro es evidente en el arte (La mulata, de Velázquez), la literatura (El celoso extremeño, de Cervantes) y, por supuesto, los documentos que se custodian en los archivos históricos, se suele ignorar que la presencia de estos esclavos en la ciudad, lejos de ser una anécdota exótica, formaba parte de la realidad cotidiana de la misma. Como escribe Eduardo Corona Pérez en su artículo Demografía de la esclavitud en Andalucía, siglos XVI-XVII, "se conoce, por el Libro de la Casa del Arçobispo, que en el año 1565 había en la ciudad de Sevilla 6.327 esclavos de un total de 85.538 personas, el 7,4% del total de la población". Muchos de ellos debieron ser negros. Sevilla, tras Lisboa y Valencia, fue el gran mercado negrero de la Península Ibérica durante los Habsburgo.

Pese a este peso poblacional, apenas se han guardado historias y peripecias personales de estos esclavos negros. Una vida extraordinariamente dura, sometida a trabajos agotadores y despojada de los derechos más elementales de la época, no ayudaba en este sentido. En los últimos años algunos investigadores como Jesús Cosano han recuperado la memoria de estos hombres de color, cuyo rasgo genético fue absorbido por la población y de la que hoy apenas queda la famosa Hermandad de los Negros (más conocida como los Negritos), que sigue existiendo actualmente en la collación de San Roque y que algunos consideran como la más antigua que procesiona en la Semana Santa sevillana (en enconada disputa con El Silencio).

Juan de Valladolid, conocido popularmente como el Conde Negro, había sido portero de cámara de los Reyes Católicos

Sin embargo, algunos pocos personajes sí consiguieron perdurar tanto en la memoria como en el callejero de Sevilla. Tal es el caso del conocido popularmente como el Conde Negro, que da nombre a una rúa paralela a Recaredo que ya consta en el primer plano científico de la ciudad mandado a elaborar por Pablo de Olavide en el siglo XVIII. ¿Quién fue este Conde Negro? Como era de esperar, sus datos biográficos son escasísimos. Sabemos que su nombre verdadero era Juan de Valladolid, vivió en el siglo XV y tuvo que fallecer a principios del XVI. También que fue portero de cámara de los Reyes Católicos, donde debido a su buen hacer fue distinguido por los monarcas con el nombramiento de mayoral y juez de los de su raza en Sevilla. Tanto Jesús Cosano en su libro Hechos y cosas de los negros de Sevilla (la mejor introducción divulgativa que existe sobre la materia), como Chaves Rey, recogen el documento del nombramiento:

"Por los buenos é leales servicios que nos habéis  fecho y facéis cada día, porque conocemos vuestra  suficiencia y habilidad y disposición, facemos vos mayoral é juez de todos  los negros é loros [mulatos] libres o captivos que están o son captivos é horros [libertos] en la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla é en todo su Arzobispado, é que no puedan facer ni fagan los dichos negros y negras, loros  y loras, ninguna fiesta nin de entre ellos, salvo ante vos Juan de Valladolid... y mandamos que vos conozcáis de los debates y casamientos y otras cosas que juzgado entre ellos hubiese, é non otro alguno, por cuanto sois: persona suficiente para ello, ó quien vuestro poder hubiere, y sabéis  las leyes y ordenanzas que deben tener, é nos somos informados que  sois de linaje noble entre los dichos negros".

Esta cédula, emitida en Dueñas el 8 de Noviembre de 1475, deja muy claro tanto el aprecio que Isabel y Fernando tenían por Juan de Valladolid como los amplios poderes que le otorgaban los reyes dentro de su comunidad étnica. De alguna manera, lo nombran jefe de los negros de Sevilla. Cualquier pleito entre los esclavos africanos de Sevilla (siempre que no fuesen delitos mayores) pasaba por sus manos. También las celebraciones colectivas, que según cuenta Chaves Rey presidía con gran aparato y autoridad sobre un estrado, de ahí que fuese conocido con el nombre aristocrático de Conde Negro. Como ejemplo, encabezó a los negros sevillanos en el recibimiento que se hizo a los Reyes Católicos en la puerta de la Macarena, el 24 de julio de 1477.

El lugar de residencia de Juan de Valladolid no fue otro que la zona en la que hoy se ubica su calle, entonces un conjunto de casas caóticas adosadas a la muralla de la ciudad por su cara exterior y vinculadas a un hospital de negros y a la ya citada hermandad fundada a finales del siglo XIV por el cardenal arzobispo Diego de Mena.

Juan de Valladolid fue mayoral de los negros de Sevilla hasta 1503. Según afirma la propia Hermandad de los Negros, cuando se compraron los solares de su actual sede, en 1550, el callejón trasero fue inmediatamente conocido como el del Conde Negro. Hasta hoy en día.