La transformación en un hotel de cinco estrellas del antiguo convento de San Agustín, un monumento (Bien de Interés Cultural) construido en el siglo XIV en las cercanías de la zona de la Florida y oculto tras gigantescos muros, contempla la recuperación de la valiosa portada del claustro que diseñó el prestigioso arquitecto renancentista Hernán Ruiz II. Así lo contempla el Plan Especial de Protección del convento redactado por los arquitectos Cruz y Ortiz.

El proyecto de la invervención aún no está concluido pero el plan de protección, aprobado el mes pasado, ofrece las principales claves de la reforma.

El andaluz Hernán Ruiz autor de la majestuosa portada lo fue también, entre otras joyas de la ciudad, del cuerpo de campanas de la Giralda, de la sala capitular de la Catedral y de la iglesia del Hospital de las Cinco Llagas.

En declaraciones a este periódico, Antonio Cruz explicaba esta semana detalles de su propuesta de intervención en el edificio y recalcaba que el estado actual de esta bella pieza da una idea del abandono del monumento durante décadas. "El abandono que ha venido sufriendo el convento de San Agustín tiene su mayor ejemplo en el desmontado, olvido y hallazgo en 1984 de la portada de su compás. Se plantea la musealización dentro del rehabilitado ex convento, dada la importancia de dicha portada, y la imposibilidad inmediata del regreso a su posición primitiva", relata.

No se baraja la idea de trasladar la portada a otro lugar. "También podría ser admisible la retirada de este elemento para ponerlo en valor en otro lugar de la ciudad, pero el Plan Especial no se pronuncia sobre esta posibilidad", aclara el experto. Las obras de recuperación incluyen la escalera principal situada al Este del refectorio, y la consolidación del artesonado que forma la cúpula que la cubre.

Cruz lamenta que en buena parte del último siglo los restos del antiguo convento han permanecido ocultos y cerrados a la ciudad. Únicamente el refectorio ha tenido uso y conservación porparte de la Hermandad de San Esteban, pero no así el resto de este edificio situado en la calle San Alonso de Orozco (antes Fray Alonso).

El arquitecto Antonio Cruz destaca que el abandono de este edificio se debe en buena parte al hecho de pasar desapercibido a los sevillanos tras los gigantescos muros que dan a la calle San Alonso de Orozco. "La falta de atención sobre este inmueble, entre otros motivos, por el hecho de quedar oculto a la ciudad, ha provocado un paulatino proceso de envejecimiento y deterioro que lo ha conducido a un estado de auténtica ruina y abandono, sobre todo, en las pandas del claustro". Las pandas son las galerías del claustro, como se observa en las imágenes en esta misma página.

La situación de abandono del antiguo convento debe cambiar tras la aprobación inicial, en julio pasado, del Plan Especial de Protección por parte de Urbanismo. El documento está actualmente en fase de alegaciones públicas antes de su aprobación definitiva.

Otra de las claves de la intervención será corregir la estética de las medianeras sin control de los edificios de mayor altura que rodean al monumento. "La discontinuidad entre los restos del convento y las nuevas edificaciones que lo circundan ha hecho que esta pieza arquitectónica haya perdido muchas de sus cualidades originales", explica Cruz.

Y añade que "llama la atención comprobar desde el interior del patio cómo la alta densidad de la ciudad más reciente ha dado lugar a edificaciones de mayor altura, cuyas medianeras aparecen sin control sobre la coronación del claustro. Probablemente estas medianeras resulten el elemento visual más agresivo sobre el inmueble".

La solución propuesta por los arquitectos Cruz y Ortiz es ocultar estas medianeras con un nuevo edificio que acogería las habitaciones del hotel de cinco estrellas. "Ante esta situación, se propone que el desarrollo del programa de habitaciones del hotel se sitúe en una nueva edificación en el solar vacío, y que alcanza la altura de las edificaciones que lo rodea. Esta nueva construcción constituirá un telón de fondo al claustro y ocultará las altas medianeras que lo circundan", explica Antonio Cruz.

Ese nuevo edificio que oculta las medianeras es parte de la propuesta de intervención para hacer compatible el nuevo hotel con el monumento que divide la superficie en dos zonas. Por un lado, el monumento propiamente dicho que será objeto de rehabilitación constituido por los restos del convento, el refectorio y la escalera principal. Y por otro, un solar vacío que ocupa parcialmente la zona donde se situaba la antigua iglesia de San Agustín, adyacente al claustro y delimitado por edificaciones de 5, 6 y hasta 7 plantas de altura.

Según el plan especial, las zonas del claustro y refectorio permanecerán rehabilitadas y servirán de espacios de esparcimiento del hotel y accesibles al ciudadano que quiera hacer uso de los servicios abiertos que el hotel pueda ofrecer.

Antonio Cruz concluye que el plan especial marca que, de una parte, se llevará a cabo la conservación y consolidación de los elementos estructurales del edificio para garantizar su estabilidad, así como la restauración de todos los elementos existentes para llevarlos a su mejor condición. Y de otra, se propone mejorar o paliar la presencia de las medianeras incontroladas que aparecen sobre la coronación del claustro.

El arquitecto pone como ejemplo de lo que su estudio propone para la recuperación de este patrimoniolo hecho en España con los Paradores de Turismo y en Portugal con las Pousadas. El objetivo es rescatar edificios de alto valor patrimonial convirtiéndolos en una seña de identidad de la ciudad, en este caso de Sevilla.

Cruz y Ortiz siguen manteniendo que el inmueble requiere una inversión de 25 millones entre rehabilitación y construcción del nuevo edificio para hotel en el solar junto al claustro. Hay inversores interesados que se conocerán cuando se superen los trámites administrativos.

Cruz explica por qué se han retrasado tanto los trámites desde que en 2007 recibieron la concesión del derecho de superficie sobre el convento para su adaptación al uso hotelero. "En estos años hemos trabajado en un proyecto de arquitectura bajo la supervisión de la Comisión de Cultura que informaba sobre la validez de las intervenciones que se planteaban sobre el monumento.Con este proyecto se solicitó la licencia de obras, y finalmente, la administración dictaminó la necesidad de desarrollar un Plan Especial de Protección sobre el monumento. Esta circunstancia nos ha devuelto a un punto de partida casi inicial que retrasa la planificación de la intervención".