La Corchuela, 'purgatorio de Sevilla'

Episodios sevillanos del siglo XX

La Corchuela fue el símbolo de una "ciudad sin pulso", abandonada a su suerte, y que el paso del tiempo borraría de la memoria ciudadana, así como a las víctimas mortales de las casas en ruina

17 de enero 2010 - 05:03

DURANTE el verano de 1977, todas las fuerzas sociales que habían convertido el cierre de La Corchuela en símbolo de poder popular, quedaron desconcertadas por la nueva e impensable situación creada con el hundimiento de una casa en la calle Imperial, número 43, en las primeras horas de la madrugada del día 27 de agosto, sólo tres días antes de la clausura definitiva del citado refugio. De buenas a primeras, el triunfalismo por haber logrado que el Ayuntamiento cediera a las pretensiones de partidos, sindicatos y asociaciones de vecinos, con el apoyo de los medios de comunicación, fue eclipsado por la dramática situación de las ocho familias -diecinueve personas- que residían en la casa siniestrada, que pasaron la noche del viernes al sábado en plena calle y perdieron todos sus enseres entre los escombros.

Entonces, sucedió algo verdaderamente curioso, un esperpento social. Las mismas fuerzas sociales que habían exigido la clausura de La Corchuela, se convirtieron en críticos del Ayuntamiento por no atender a las familias damnificadas y sin hogar. La situación fue tan tensa que, ante la inexistencia de refugios, las ocho familias fueron alojadas en hostales a cargo del Ayuntamiento, pero sólo por unos días y mientras encontraban acomodo por su cuenta.

Tampoco esta decisión fue admitida por las citadas fuerzas sociales, que exigieron "viviendas dignas" para las ocho familias. Pero esta solución era imposible, pues ya no había una sola vivienda social disponible, como había dejado muy claro la Delegación Provincial de la Vivienda en un comunicado público, en junio de 1977. Con la adjudicación de los pisos del sector B del Polígono Sur a los residentes en La Corchuela, quedaban agotadas todas las posibilidades de pisos subvencionados.

Terminada la erradicación del refugio de La Corchuela, el Ayuntamiento inició gestiones para utilizar la finca de setecientas y pico de hectáreas. Un año después, fue dado a conocer el proyecto para instalar allí un camping, una posada en el caserío, un hipódromo... Al mismo tiempo, el Icona comenzó las tareas para crear un Parque Forestal sobre una extensión de ochenta y cuatro hectáreas.

Pero la polémica fue siempre compañera de La Corchuela y por parte del Ayuntamiento de Dos Hermanas se actualizaron sus antiguos deseos de hacerse con la finca, basándose en que estaba en su término municipal y en presuntas irregularidades administrativas cometidas por el Ayuntamiento de Sevilla. En paralelo, los periódicos acogían frecuentes críticas sobre la situación de abandono de la finca y la falta de criterios del gobierno municipal sevillano sobre su futuro.

Nada más acordarse por la Alcaldía la clausura de La Corchuela, en junio de 1977, Gregorio Cabeza pidió la desaparición de la Secretaría de Viviendas y Refugios por considerar que su tarea había finalizado. Su pensamiento, era contrario al cierre de La Corchuela. Y lo razonó en unas declaraciones publicadas por el diario Abc [23 junio 1977], de las que reproducimos los siguientes párrafos:

"La mayoría de los medios de comunicación y la opinión generalizada del pueblo de Sevilla ha venido reiteradamente pidiendo, cuando no clamando, la desaparición de La Corchuela. Acepto estas voces mayoritarias que no puedo corroborar, ni muchos menos compartir, puesto que si así lo hiciera, tomaría una actitud gravemente perjudicial para los sevillanos humildes. Pienso que la Secretaría de Viviendas y Refugios no debe seguir existiendo ni un día más sin poder continuar su ejecutoria de ir dando soluciones no buenas, pero menos malas que dejar a los sevillanos humildes sin un techo, aunque éste, transitoriamente sea deficitario".

"En Sevilla hay necesidades de viviendas sociales que no admiten dilaciones y marchan en sus planteamientos, desgraciadamente, a muchos codos de distancia de las soluciones que puedan arbitrarse. Por eso, he pedido una y otra vez hasta la saciedad la imperiosa necesidad de disponer de unos alojamientos que resuelvan en el acto situaciones dramáticas y de justicia social inaplazables. [...] La Secretaría de Viviendas y Refugios es enemiga de estos últimos, pero no tiene más remedio que aceptarlos como un mal menor inevitable".

"Comoquiera que, desde ahora, no existe ningún lugar para alojar a aquellas familias que se encuentren en la calle, por desahucios o por hundimientos, creo que el Gobierno de la nación debe poner a disposición del Ayuntamiento de Sevilla, con carácter de urgencia, una subvención especial de quinientos millones de pesetas para invertir en suelo de la capital y construir sin demora un núcleo de alojamientos donde puedan aposentarse las familias que a partir de ahora van a ser desahuciadas y se encontrarán en la calle o debajo de un puente".

No obstante haber pedido la desaparición de la Secretaría de Viviendas y Refugios en junio de 1977, ésta siguió funcionando en precario hasta junio de 1978. Durante el año transcurrido, Gregorio Cabeza coadyuvó a solucionar problemas a las autoridades provinciales y locales, que acudían a su experiencia para poder hacer frente a las múltiples situaciones críticas creadas por las casas en ruina, los desahucios y algún que otro derrumbamiento parcial de inmuebles.

Gregorio Cabeza Rodríguez se incorporó como jefe de Administración al Gobierno Civil de la Provincia, de donde había salido diecisiete años antes en comisión de servicios para hacerse cargo de la citada Secretaría de Viviendas y Refugios, por decisión del entonces ministro sin cartera Pedro Gual Villalbí, nombrado por el Gobierno delegado para Sevilla con motivo de la catástrofe provocada por el arroyo Tamarguillo la tarde y noche del 25 de noviembre de 1961.

La Corchuela había sido el símbolo de una Ciudad de los Refugios sin precedentes en España, un caso único de ruina del caserío antiguo, que oficialmente afectó a 33.578 familias compuestas por 152.455 personas. Pero hubo muchos miles más que no fueron contabilizadas al no haber sido propuestas para adjudicaciones de viviendas subvencionadas. El calvario sufrido por decenas de miles de sevillanos desde 1961 hasta 1977, con prolongación menor en los años siguientes, es uno de los episodios socioeconómicos más trascendentes de la historia de Sevilla durante el siglo XX. En ese periodo de tiempo, se produjeron circunstancias que cambiaron la ciudad y su entorno y afectaron a la población.

ENTREGAS PUBLICADAS 24 y 31 de mayo; 7, 14, 21 y 28 de junio; 5, 12, 19 y 26 de julio; 2, 9, 16, 23 y 30 de agosto; 6,13, 20 y 27 de septiembre; 4, 11,18 y 25 de octubre; 1, 8, 15, 22 y 29 de noviembre; 6, 13, 20 y 27 de diciembre 2009; 3, 10 y 17 de enero de 2010.

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