La tercera ola del coronavirus se estanca en los hospitales sevillanos. Esta situación, que puede tener una lectura positiva, ya que significa que no hay un aumento considerable de la presión hospitalaria pese a que los contagios diarios se mantienen, tiene también su parte negativa, sobre todo, en las unidades de Cuidados Intensivos, donde se sigue sin ver el principio del fin de este tercer embiste de la pandemia.

Sevilla tiene en estos momentos 55 pacientes luchando por su vida en la UCI de alguno de los hospitales de la provincia. Esa es la parte más dura de esta pandemia. La tercera ola llenó las camas de los centros sanitarios y está costando que se vayan vaciando.

Si la curva de contagios ha entrado en una fase de meseta, algo parecido ocurre con la cifra de ocupación hospitalaria en general, pero, sobre todo, en UCI. Durante el mes de marzo apenas ha bajado, prolongando el sobresfuerzo de los sanitarios. Y todo ello con la posibilidad de una nueva ola en el horizonte, según muchos expertos. Algo que, de suceder, pillaría a los hospitales sevillanos con bastantes más pacientes que los que había cuando llegó la ola posnavideña.

Tomando el mes de febrero como punto de inflexión de la tercera ola en los hospitales sevillanos y, en concreto, los días 2 y 13, que fue en los que se alcanzó el pico de ingresos en general y de UCI, con 827 y 131, respectivamente, marzo arrancó como el mes de la recuperación tras un descenso lento, pero constante, en los hospitalizados durante las dos últimas semanas del segundo mes del año. Así se llegó al 1 de marzo con una caída considerable en el número de hospitalizados, logrando bajar hasta los 273, de los que 80 ingresos se correspondían con una cama de UCI, es decir, 554 y 51 menos que los máximos alcanzados apenas tres y dos semanas antes.

Ocupación hospitalaria en UCI por Covid-19 en Sevilla.

La tendencia a la baja se mantuvo los primeros días de marzo, hasta el punto de que, en apenas cinco días - entre 1 y el 5-, los hospitales sevillanos pasaron de atender a casi 280 pacientes a menos de 250. Más notable fue ese descenso en las UCI donde las estancias suelen ser más prolongadas y, aún así, en ese mismo periodo de tiempo, se llegaron a liberar 23 camas. Sin embargo, a partir de entonces, la situación empezó a ser bien distinta. El número de personas en la UCI se ha estancado en torno al medio centenar. Si el 5 de marzo había 57 pacientes en Cuidados Intensivos, ayer martes, 18 días después, todavía eran 55, es decir, tan solo dos menos.

Esta meseta en las cifras hospitalarias es la primera vez que se vive en los centros sanitarios sevillanos desde que estalló la pandemia. Durante la primera ola, el confinamiento domiciliario frenó casi en seco la propagación del virus por lo que los ingresos en UCI se llegaron a estabilizar en poco más de un mes desde que se decretara el estado de alarma. El pasado otoño, el pico se ingresos en la unidad de críticos se alcanzó el 13 de noviembre, con 129 pacientes, y, a partir de ahí, el descenso fue prolongado y sucesivo hasta alcanzar la treintena a finales de diciembre.

El índice de ocupación de camas de UCI y de hospitalización, en general, es uno de los parámetros tenidos en cuenta por las autoridades sanitarias andaluzas a la hora de mantener o levantar las medidas restrictivas y es, quizás, este estancamiento en las cifras de pacientes críticos hospitalizados lo que ha llevado a la Junta a mantener el cierre perimetral de las provincias de cara a la próxima Semana Santa a pesar de la bajada en el número de los contagios y de las tasas de incidencia, que son otros de los seis indicadores aplicados.