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Las 'Fridas' de Fausto toman Cádiz

  • Viajera. Se inaugura en el salón de Unicaja de la capital gaditana la muestra itinerante con la interpretación que el pintor Fausto Velázquez hace de la mexicana Frida Kahlo

Fausto Velázquez, junto a un retrato de Frida Kahlo cuando inauguró su exposición en el Apeadero del Ayuntamiento de Sevilla.

Fausto Velázquez, junto a un retrato de Frida Kahlo cuando inauguró su exposición en el Apeadero del Ayuntamiento de Sevilla. / Juan Carlos Vázquez

Mario Moreno Cantinflas dio el pregón del Carnaval de Cádiz y Antonhy Quinn, mexicano de Chihuahua, interpretó al magnate Aristóteles Onassis en la serie que se rodó junto al Baluarte. Con tan ilustres precedentes, la mexicana Frida Kahlo es desde hoy la reina de la capital más meridional, la más irredenta. Y reinará durante casi dos meses, desde que esta noche Fausto Velázquez inaugura su exposición La vida como obra de arte sobre la diva de Coyoacán en el Centro Unicaja de Cultura de Cádiz. Una exposición itinerante que partió de la sala del Apeadero del Ayuntamiento de Sevilla, recorrió ciudades andaluzas (Málaga, Ronda, Almería, Antequera) y pasará por el pueblo natal del artista, La Algaba, para conquistar el mundo en salas de México D.F., Nueva York, París, Basilea, Tokio, Abu Dhabi y finalmente Madrid, en la Corte de otro Velázquez pintor.

Las Frida Kahlo fue el nombre de una chirigota del último concurso de Carnaval en el teatro Falla. Las Frida Kahlo, también en plural, son la personalísima visión que el pintor sevillano, fino retratista, hace de la que fuera pareja del muralista revolucionario Diego Rivera y que junto a Evita Perón comparte la iconografía de las mitomanías del continente americano. Navidades y Carnaval. Las dos fiestas van a coincidir en Cádiz con la exposición de Fausto Velázquez. Los retratos de Frida Kahlo que salieron de su estudio sevillano plegarán alas cuando llegue la Cuaresma, estación con la que el artista está muy vinculado en su faceta de cartelista de las fiestas populares de La Algaba, donde Curro Romero se cortó la coleta.

La exposición estará en Cádiz en Navidad y Carnavales. Pliega alas los días de Cuaresma

El retratista de Frida es un artista comprometido. Formó parte del Teatro Algabeño, una de las compañías que cambiaron los cánones del teatro convencional junto a Esperpento, Mediodía, La Cuadra o el Teatro Lebrijano, con el que tendieron puentes estéticos y profesionales. El 8 de octubre, una semana después del referéndum ilegal, Fausto Velázquez viajó a Barcelona a la manifestación en la que actuaron como oradores el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y el ex ministro socialista Josep Borrell. Nada tiene de especial, como cantaría Mecano, que un artista de su tierra acuda con la bandera de su patria a una manifestación. El matiz viene después, pues la amiga que lo acogió en Barcelona, una amistad de los tiempos de Bellas Artes en la calle Laraña, es la suegra del diputado Gabriel Rufián, que se encontró en la casa tan incómodo salvoconducto.

La bandera española puede ser revolucionaria. Lució sus colores en la corbata en nombre de todos los exiliados españoles el novelista mexicano Fernando del Paso cuando llegó a Madrid para recibir el premio Cervantes. Frida Kahlo representa los excesos barroquizantes de la revolución que están presentes en la novela de Fernando del Paso Noticias del imperio, una narración apasionada de la viuda de Maximiliano de Habsburgo, el títere centroeuropeo que fue proclamado emperador de México y fusilado en Querétaro por las tropas de Benito Juárez, ejecución que trasladó Manet a un cuadro. La misma ciudad en la que Emilio Butragueño fusiló metafóricamente al portero de Dinamarca en el Mundial de México 86.

Cádiz lleno de Fridas y España de banderas, como otro gol de Iniesta. Fausto Velázquez Clavijo. El nombre y los dos apellidos del artista tienen calle en Sevilla. Fausto por la ópera homónima de Gounod; Velázquez por el pintor; la calle Clavijo es perpendicular a Álvaro de Bazán, donde pasó su infancia Antonio el Bailarín. La calle Fausto está en el barrio becqueriano de Las Golondrinas. En un duodécimo piso de dicha calle, perpendicular a la Avenida del Romanticismo, ondea una bandera de España. El nombre de la avenida le viene como anillo al dedo: tan arriba, modesta, semiescondida, el romántico inquilino de la simbólica buhardilla próxima a la Venta de los Gatos exhibe su patriotismo sin necesidad de fanfarrias y altavoces. Fausto: su nombre evoca por doquier la bandera con la que un mexicano de izquierdas atravesó el Océano Atlántico, ese gigante de agua que surcó el barco Sinaia con los exiliados a los que esperaba en México el presidente Cárdenas. Los cuadros de Frida encarnan la Nueva España.

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