Calle Rioja

Honores al visionario que trajo la Zona Azul

  • Pioneros. Antonio Fernández y Manuel Contreras, presidente y secretario honorario de Asociación Arenal

De izquierda a derecha, Juan Espadas, Antonio Fernández, Manuel Contreras y Roberto Pardo.

De izquierda a derecha, Juan Espadas, Antonio Fernández, Manuel Contreras y Roberto Pardo. / Antonio Pizarro

DON Antonio y don Manuel, como los Machado, aunque su celo por las tradiciones y las cosas bien hechas convierte su simbólica hermandad en quinteriana. Dos chiquillos de 93 y de 88 años recibieron ayer el más cálido de los reconocimientos en el Salón Colón del Ayuntamiento. Antonio Fernández Pérez (Sevilla, 1925) y Manuel Contreras Ordóñez (Sevilla, 1930), son desde ahora respectivos presidente y secretario honorario de la Asociación Torre del Oro, Centro Histórico Monumental y Barrio del Arenal, honores que les impuso el alcalde Juan Espadas.

Se conocieron en la noche de los tiempos cuando Antonio Fernández era chófer del rector de la Universidad José Hernández Díaz, a quien en su etapa de alcalde (1963-1964, calendas de la coronación de la Macarena y el gol de Marcelino a Rusia) Manuel Contreras lo acompañaba en sus visitas al Pabellón Mudéjar. El binomio sigue funcionando. “En nombre de mi secretario, que sigue aquí a mi vera...”, fueron las primeras palabras de Antonio Fernández en su turno de gracias. Orgullo para sus tres hijos, nueve nietos, siete bisnietos y uno en camino. Empezó de la nada, “con 12 años, en la reparación de automóviles del Ejército Sur”, y acabó tres carreras: Bellas Artes, Medicina, Derecho.

La presencia de Carmen Castreño, presidenta del pleno, Juan Carlos Cabrera, delegado de Seguridad, y de Amidea Navarro, concejal del PP y ex delegada de Casco Antiguo, le dio la solemnidad municipal al acto, que rubricó la presencia del alcalde.

“No venimos a pedir nada ni a reivindicar nada”. Roberto Pardo ha tomado las riendas de la Asociación en sustitución del histórico dirigente, de quien recordó batallas como “la lucha contra la movida de los años noventa”, con la que le ganó en lo contencioso-administrativo un pleito al Ayuntamiento que sentó jurisprudencia en otras ciudades. Felicitó a la actual Corporación por librarse de arietes tan perseverantes.Los 93 años de vida de Antonio Fernández Pérez van desde la calle Varflora en la que nació hasta la calle Iris en la que reside actualmente. Cogió el timón de un barrio de barrios donde, como recordó Roberto Pardo, Alfonso X levantó las Atarazanas, Mañara el hospital de la Caridad y Lope de Vega escribió una obra, Arenal de Sevilla, que cumple los cuatro siglos del pintor Murillo.

Los sucesores de don Antonio y don Manuel se encuentran con dos problemas, ambos relacionados con el turismo, la emigración vecinal inducida por los apartamentos turísticos y “la invasión”, que no es de los bárbaros pero se caracteriza por “la mucha cantidad y la poca calidad”.

A Antonio Fernández le gusta mirar hacia delante “porque trabajaba de chófer del rector de la Universidad”. Conductor de Mota Salado, Carlos García Oviedo, Juan Manzano o José Hernández Díaz, “con quien en su etapa de alcalde viajé a Alemania, pasé el muro de Berlín y me traje la Zona Azul, que aprobó el Ayuntamiento veinte años después”. Barrio que es un cartel de Fiestas Primaverales con once hermandades y la Real Maestranza. Nazarenos y toreros de un nuevo Bacarisas.

En el acto, familiares, dirigentes vecinales –Dolores Dávila, Ángel Hueso– o vecinos del Arenal, como Joaquín Moeckel o José Luis del Serranito, que lleva muy avanzado el proyecto del monumento a Diodoro Canorea.

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