El pasado lunes, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, citó a la prensa a las cinco de la tarde en la Plaza de San Francisco. El motivo de la convocatoria era la presentación de un plan denominado Comercio Seguro, encaminado a reforzar la seguridad de las tiendas del centro de la ciudad durante la época navideña. La noche anterior habían desvalijado en el casco histórico de la capital andaluza al menos tres negocios. El fin de semana previo, la Policía Nacional se había quedado sin agentes disponibles para patrullar, debido a la merma de efectivos que padece este cuerpo desde hace unos años y al elevado número de custodias hospitalarias de presos que los agentes se ven obligados a hacer.

Zoido se dio una vuelta por los comercios. Entró en varias tiendas de la calle Sierpes, repartió besos y abrazos como en su época de candidato a la Alcaldía y entregó personalmente unos trípticos publicitarios en los que se podía leer la información del plan Comercio Seguro. El dispositivo, que se implantará en toda España pero que el ministro presentó en Sevilla, supone la puesta en marcha un despliegue específico para las zonas comerciales, con el objetivo de prevenir y evitar la comisión de hurtos, timos, estafas, robos y otros delitos que suelen cometerse coincidiendo con las grandes aglomeraciones de público. Además, la Policía prestará especial atención a los almacenes y establecimientos, que en estas fechas acumulan grandes cantidades de mercancías, para prevenir los robos mediante butrones.

El despliegue previsto obliga a la movilización de un buen número de agentes uniformados y de paisano. Como la Brigada de Seguridad Ciudadana, la unidad de la que dependen los patrulleros, está bajo mínimos, la Jefatura ha tenido que recurrir a los grupos de investigación de las comisarías de distrito para completar la dotación de este plan destinado a proteger el comercio. Cada comisaría de distrito cede dos agentes por día al plan Comercio Seguro. Como el turno contempla el día de trabajo, uno de saliente y otro libre, es necesario que sean seis policías los que se envíen desde cada distrito, para que puedan cubrirse todos los días. Al haber seis comisarías de distrito, puesto que la Policía sigue manteniendo la antigua división territorial de la ciudad en seis grandes zonas, se requieren por tanto 36 agentes en total.

Durante el tiempo que se dediquen a patrullar el centro, estos 36 policías no podrán dedicarse a sus labores habituales en los grupos de Policía Judicial, donde se encargan principalmente de tareas de investigación de delitos. En la práctica, la mayoría de estas labores quedarán paralizadas, puesto que los grupos de investigación tampoco andan sobrados de personal.

El propio ministro del Interior admitió el lunes la falta de policías que padece Sevilla, si bien se autoexculpó alegando que lleva sólo un mes al frente del Ministerio. Además, Zoido calificó el problema de "incidencia puntual" producida por el elevado número de custodias hospitalarias de presos que estaban fijadas para ese fin de semana. El problema es mucho más de fondo, puesto que el asunto de las custodias viene de largo y ahora es cuando más se aprecia su incidencia porque no hay personal suficiente.

La falta de agentes viene principalmente dada por dos factores. La primera es el cambio de turno de trabajo que hay en la Policía, más beneficioso para los funcionarios, pero que libera una serie de horas que, al año, se convierten en varios días de descanso más que con el turno antiguo. El segundo factor, y más importante, que explica la ausencia de policías en las calles es la exigua tasa de reposición que existe en el cuerpo como consecuencia de la crisis económica. A promociones muy numerosas, con 5.000 nuevos agentes, le siguieron otras muy cortas, que no han servido ni siquiera para cubrir las jubilaciones.

A Sevilla, por ejemplo, no llegan policías recién salidos de la academia de Ávila desde hace más de cuatro años. Vienen agentes en periodo de prácticas o bien por concurso general de méritos, pero los que llegan no son suficientes para equilibrar la plantilla. A ello se le une una decisión difícil de entender por parte del jefe superior que acaba de jubilarse, Francisco Perea, que ha estado derivando todas las incorporaciones a los distritos y otras unidades, dejando sin refuerzo a la Brigada de Seguridad Ciudadana, que se ha ido quedando cada vez más mermada hasta llegar a la situación vivida el pasado fin de semana, cuando hubo varias horas sin patrulleros disponibles y se dejaron de atender una serie de servicios.

En el fondo, según algunas fuentes consultadas por este periódico, subyace un enfrentamiento interno en el seno de la Jefatura Superior, que ha derivado en el debilitamiento de una de las unidades que más nutridas de policías ha de estar siempre. Prueba de ello es que la Jefatura ha sustituido recientemente al jefe de la brigada de Seguridad Ciudadana para retirar del puesto al anterior responsable, Francisco Vidal, a quien se considera un hombre cercano al anterior Director Adjunto Operativo, Eugenio Pino, también jubilado recientemente. La situación de interinidad que atraviesa la Jefatura, sin jefe superior designado desde que Perea se jubilara hace ya casi un mes, no ayuda en nada a resolver el problema.

Mientras tanto, el ministro del Interior promete a los comerciantes un plan muy ambicioso que obliga un despliegue de medios de los que la Policía actualmente no dispone. El dispositivo para vigilar el comercio no sólo se compondrá de patrulleros, sino que también saldrán a la calle la unidad de caballería, los guías caninos y hasta la brigada de Subsuelo. Durante la presentación del plan, Zoido destacó el importante papel de este sector en la economía española y "el especial compromiso de la Policía por ofrecer a los comerciantes los mayores niveles de seguridad, un servicio más próximo y una atención más eficaz tanto de forma presencial como a través de las distintas plataformas en redes sociales, como @interiorgob y @policia, desde donde se ofrecerán pautas de seguridad especial para disfrutar de una Navidad segura".

Este dispositivo especial se activa simultáneamente en toda España y estará vigente hasta el próximo 9 de enero, principalmente en las grandes ciudades y en las vías de mayor actividad comercial, mercadillos tradicionales, y zonas de ocio y diversión. También se llevará a cabo un intercambio de información operativa y se proporcionarán al comerciante y al ciudadano consejos y medidas de seguridad que deben adoptarse para evitar convertirse en víctimas. Además, reforzará la coordinación con la Policía Local y los vigilantes de seguridad privada de las zonas comerciales.