'La Roldana', la sevillana que logró esculpir para la realeza

Luisa Ignacia Roldán, también conocida como 'La Roldana', es conocida por su papel como escultora de temática religiosa en la España del siglo XVII y principios del XVIII. Fue además una mujer que logró un reconocimiento que pocas mujeres de la historia del arte consiguieron en aquella época, llegando a ser escultora de cámara (la primera en lograrlo) para dos reyes que ocuparon el trono español.

La vida de 'La Roldana'

Luisa Ignacia Roldán nació en algún punto de 1652, se cree que en agosto por la fecha de su bautizo. Fue la cuarta de los nueve hijos que tuvo el matrimonio formado por el escultor Pedro Roldán y Teresa de Jesús de Mena y Ortega.

Se conoce poca información sobre su infancia, pero se cree que se habría formado en el taller familiar junto a sus hermanos. Tradicionalmente se le ha atribuido la coautoría de la estatua de San Fernando que se encuentra en la Catedral de Sevilla junto a su padre, aunque según la Academia Real de la Historia no hay pruebas documentales que permitan comprobarlo.

Luisa Roldán abandona el taller paterno en el año 1671, cuando se casa con Luis Antonio de Arcos, quien fue también discípulo de Pedro Roldán, y con el que tuvo 7 hijos (de los cuáles cuatro fallecieron de niños). La pareja comienza a trabajar de forma independiente, aunque al estar prohibido por ley que las mujeres firmen contratos, es solo Luis Antonio de Arcos quién figura en estos documentos.

La pareja consiguió hacerse hueco en Sevilla, recibiendo encargos de la zona y de otras provincias. Uno de los más importantes es el 'Ecce Homo' que fue encargado por la Catedral de Cádiz y que fue una creación tanto de Luisa como de Luis Antonio, como establece un documento. Por analogías con esta pieza, se le atribuye también a 'La Roldana' el 'Ecce Homo' de la iglesia cordobesa de San Francisco. Otra de las obras que se consideran de su autoría (o al menos a su taller) en su etapa sevillana es la 'Virgen de la Estrella'.

La familia de Roldán y de Arcos se mudaría a Cádiz y en 1689 se trasladan a Madrid. La primera obra de lo que se conoce como su periodo madrileño es 'El descanso en la huida a Egipto' de 1691.

Apenas un año más tarde, Luisa Roldán consiguió un hito que ninguna otra mujer había logrado hasta el momento: ser nombrada escultora de cámara del rey. Trabajó tanto para Carlos II como para Felipe V, esto tras la llegada de los borbones al trono español.

Del año de su nombramiento son también dos de sus esculturas de madera más importantes: 'San Miguel' (por orden de Carlos II para ser colocado en El Escorial) y 'San Ginés de la Jara'.

Otro reconocimiento que logró por su trayectoria profesional se produjo el mismo día de su muerte: el 10 de enero de 1710 fue nombrada académica de Mérito por la Accademia di San Luca en Roma.