Hasta el último minuto. La Univesidad Loyola no ha tirado aún la toalla en el propósito de impartir en el nuevo curso académico las titulaciones de Medicina y Enfermería, como tiene contemplado en su plan de expansión presentado a comienzos de este año. Se trata de una posibilidad que a día de hoy resulta bastante difícil, pero no imposible, siempre que la respuesta que esperan de las administraciones públicas implicadas en dicho permiso llegue antes del 15 de septiembre. 

El curso pasado acabó con un jarro de agua fría en la primera universidad privada de la comunidad autónoma. La Agencia para la Calidad Científica y Universitaria de Andalucía (Accua), perteneciente a la Junta de Andalucía (pero independiente en sus decisiones), estimó que los grados en Medicina y Enfermería que pretende impartir por primera vez la Loyola en el curso 2023/24 no reúnen los requisitos necesarios. Sí dio el visto a bueno a las titulaciones en Biotecnología y Fisioterapia. 

La universidad recurrió tal decisión ante el Consejo General de Política Universitaria (CGPU), órgano dependiente del Ministerio de Universidades. De los dos recursos presentados (uno por cada titulación), sólo se ha contestado al de Enfermería, proyecto que ha devuelto a la Accua, que aún no ha respondido. Respecto a Medicina, la CGPU todavía no se ha pronunciado. 

Cautela máxima

Desde la Loyola se mantiene una cautela máxima sobre este espinoso asunto. No habrá declaraciones oficiales por el momento. En la universidad, que inicia este lunes las clases, se es consciente de que existen escasas posibilidades de que las dos titulaciones puedan empezar a impartirse en el ejercicio académico 2023/24. Sólo sería factible si la respuesta de la Accua y de la CGPU (en caso de que fueran favorables) se recibieran antes del 15 de septiembre, fecha en la que se estaría todavía en plazo para poner en marcha estos grados sanitarios que tanta demanda estudiantil han generado.

Más de un millar de alumnos habían solicitado plaza en la nueva Facultad de Ciencias de la Salud que la institución jesuita inaugurará la próxima semana. A los que lo hicieron para las titulaciones denegadas se les envió una carta al poco tiempo de conocerse la decisión de la Accua. En ella se les informaba de la situación en la que se encuentra la tramitación. La universidad insiste en que no se matriculó a ningún estudiante en dichas enseñanzas superiores y que, por tanto, tampoco se ha recibido ningún dinero por parte de los interesados. Sólo se celebró en abril un examen para quienes aspiraban a ocupar una plaza en el nuevo centro.  

Pero lo cierto es que resulta bastante complicado que, al menos, la Accua cambie su postura sobre las propuestas presentadas por la Loyola. Según fuentes consultadas por este periódico, la agencia andaluza tendrá que pronunciarse otra vez respecto al grado de Enfermería, del que ya emitió un informe desfavorable en mayo. Si la CGPU decide también devolver la titulación de Medicina al ente autonómico, la situación sería idéntica. No obstante, desde la universidad privada se insiste en que "todavía no se han sustanciado los procesos de reclamación". Fuentes de la Consejería de Universidades, por su parte, insisten en que la contestación de ambos recursos dependen aún del ente estatal.

La inauguración de la nueva facultad

Las clases en la Loyola comienzan este lunes. El pasado viernes se recibió a los alumnos de nuevo ingreso. Y el día 13 tendrá lugar la ceremonia de apertura oficial del curso universitario, en la que se inaugurará el nuevo edificio donde la institución académica ha invertido 30 millones de euros tras dos años de obras. Al frente de la Facultad de Ciencias de la Salud están Antonio Núñez, como decano, y Herminia Romero, como vicedecana. Cuando se encuentre a pleno rendimiento dará cabida a 1.800 alumnos. 

El interés por los estudios sanitarios se ha disparado tras la pandemia del Covid, tanto en la enseñanza superior como en la FP. Una demanda que ha inflado la nota de corte de esta carrera en la Hispalense, situación que no ha pasado desapercibida para los centros privados. Además de la Loyola, la futura Fernando III (que se levantará en el campus de CEU San Pablo, en Bormujos) contempla impartir grados sanitarios, entre ellos, Medicina. 

La Loyola no cejará en su empeño de que tanto esta titulación como la de Enfermería acaben formando parte de su oferta académica los próximos años. Para las prácticas de los estudiantes se han cerrado acuerdos con centros de salud privada como Quirónsalud, Viamed, Clínica de Fátima, San Agustín y Vithas, entre otros. Una de las novedades que incorpora es la simulación clínica desde los primeros años de grado. Por tal motivo, se dispondrá de un área que recreará un paritorio, un quirófano, una sala de críticos, sala de UCI, triaje, cinco consultas y una sala multifusión. Un equipamiento del que ahora mismo sólo disponen los hospitales, los MIR y los profesionales que realizan cursos especializados.