Andalucía es un país de ciudades. En ningún otro territorio de los que integran España existe un entramado tan complejo y, al mismo tiempo, tan equilibrado y tan bien "acabado" de ciudades grandes, medianas y pequeñas, con capacidad, históricamente demostrada, para desarrollar un papel en su entorno más inmediato y en el mundo de su tiempo. Ciudades con una personalidad diferenciada y común al mismo tiempo, como integrantes de ámbitos políticos, culturales y económicos más amplios. Ciudades con una identidad producto del acopio y la mezcla, del mestizaje, de la acumulación de los posos que en cada una de ellas se han ido decantando con el paso de los largos tiempos de sus vidas respectivas y con la aportación de las muy diversas culturas que por ellas han pasado.

Pues bien: en el mundo globalizado actual, hoy es el tiempo de las ciudades. Son las ciudades las llamadas a promover el desarrollo mediante la adopción de iniciativas económicas de diversa índole. Son las ciudades las que han de afirmarse como ámbitos idóneos para la difusión de la cultura y para la práctica de la tolerancia y el civismo. Son las ciudades las que han de convertirse en principales defensoras del medio ambiente y del urbanismo sostenible, porque es en las ciudades donde pueden producirse las mayores agresiones ambientales y donde pueden cometerse las mayores barbaridades urbanísticas. Son las ciudades las que deben plantear la realización de grandes infraestructuras y la dotación de mejores servicios y equipamientos públicos, porque en las ciudades se concentra la mayoría de la población y porque es en las ciudades donde se evidencian con mayor crueldad las consecuencias de la desigualdad social creciente. Son las ciudades, en fin, las que deben convertirse en las mejores defensoras del patrimonio histórico y artístico, porque es en las ciudades donde se ha producido el mayor almacenamiento de dichos patrimonios.

En Andalucía, Málaga y Sevilla, Sevilla y Málaga, tienen que jugar un importante papel ante el futuro. Ambas son las ciudades más pobladas y más potentes de nuestra tierra. Son capitales de dos provincias que, las dos juntas, suman el 24% del territorio, el 42% de la población, el 44% del PIB, el 45% de visitantes y el 50% de pernoctaciones del total de Andalucía. Málaga y Sevilla son, ambas, ciudades con potencial a escala española, europea y global. Si empiezan a andar caminos juntas, abrirán un futuro mejor para sus habitantes y para toda Andalucía.

No tiene que ser difícil. Las comunicaciones han mejorado y mejorarán en el futuro. Por otra parte, a lo largo del eje Málaga-Sevilla están asentadas diversas ciudades medias con historia, patrimonio, atractivo para los visitantes, buenos servicios públicos y con iniciativa económica contrastada: Alcalá de Guadaira, Arahal, Osuna, Estepa, Antequera… Ciudades que también pueden beneficiarse, por un lado, y aportar iniciativas, por otro, para el mejor conocimiento y para la colaboración entre todos.

A corto plazo, conviene pensar en que, cuando sea una realidad la conexión del Ave Sevilla-Málaga por Almodóvar del Río y esté terminada la nueva vía Antequera-Granada, nos encontraremos con una nueva realidad: las cuatro capitales más pobladas de Andalucía -Córdoba, Granada, Málaga y Sevilla- interrelacionadas -todas entre sí- en un tiempo medio de 1 hora y media. Nuevos caminos que se abren…

Málaga y Sevilla, Sevilla y Málaga…Somos ciudades mestizas, distintas pero fruto de una historia común y mezclada. Sigamos mezclándonos para abrir nuevos caminos.