En la Semana Mundial de la Novela (del 13 al 20 de octubre) recordamos a uno de los sevillanos que marcaron el género de la picaresca: Mateo Alemán, recordado gracias a la novela 'Guzmán de Alfarache'. Este escritor nació en la ciudad de Sevilla en septiembre de 1547. 

Una vida intensa

Hijo de Hernando Alemán (médico-cirujano de la cárcel de Sevilla desde 1557) y Juana de Nero (o Enero), hija de un comerciante florentino, Mateo Alemán vivió en Sevilla, donde comenzó su vida académica, hasta que se mudaría a Salamanca para poder estudiar medicina. Una carrera que no terminaría.

De vuelta a Sevilla, Mateo Alemán contrae una serie de deudas con un mercader, lo que le lleva a realizar un acuerdo con el capitán Alonso Hernández de Ayala por un préstamo, si no conseguía devolver el dinero y sus intereses, Alemán debía casarse con Catalina de Espinosa. La pareja se separaría posteriormente. 

Mateo Alemán trabajaría como recaudador en la zona de Sevilla y su arzobispado, mientras que en Madrid fue nombrado contador de resultas en la Contaduría Mayor de Cuentas. Reside en Sevilla desde 1573 y apenas siete años más tarde sería encarcelado por deudas. 

Es en su estancia en prisión donde toma inspiración de otros reos, que usaría para escribir la obra por la que más se recuerda a este sevillano. Tras su paso por la cárcel viajaría a América, para trabajar como juez visitador a su regreso. En 1599 se publicaría la primera mitad de 'Guzmán de Alfarache', su obra más conocida.

Mateo Alemán volvió a prisión, de nuevo por deudas, publicaría la segunda parte del 'Guzmán de Alfarache' y en 1608 viajaría a México, desde donde sigue escribiendo y publicando hasta 1613, fecha en torno a la que sospecha que muere, puesto que no hay más información sobre él después de escribir 'Sucesos de don Fray García Guerra, Arzobispo de México, a cuyo cargo estuvo el gobierno de Nueva España'.  

Guzmán de Alfarache

Esta obra picaresca del autor sevillano es uno de los textos claves para este subgénero, asentándolo y terminando de darle forma, como ya hiciera 'El Lazarillo de Tormes' a mediados del siglo XVI. Se publica su primera parte en 1599 y la segunda en 1604 ('Segunda parte de la vida de Guzmán de Alfarache, atalaya de la vida humana'), después de la aparición de continuaciones no autorizadas por el escritor.

La novela trata la vida del personaje Guzmán de Alfarache, el pícaro, en la que es el propio Guzmán quien cuenta sus experiencias de forma retrospectiva, lo que permite introducir la perspectiva de la experiencia que da la vida. Se trata de una novela que alcanzó gran popularidad en su época y que fue traducida a diversos idiomas al poco tiempo de su publicación.