Sevilla

Momentos que valen todo un año

  • El Cerro del Águila y la Macarena fueron las primeras en regresar por la tarde · Triana y Sevilla se encontraron en La Juliana donde intercambiaron regalos y protagonizaron bellos momentos de convivencia

Los rocieros de Sevilla ya cuentan los días que faltan para volver a encontrarse con la Virgen del Rocío. Será dentro de un año cuando vuelvan a recorrer senderos y caminos en busca de una de las devociones más arraigadas del mundo para hacer pública protestación de fe. Ayer, las hermandades de Triana, Sevilla, el Cerro del Águila y la Macarena regresaron a la ciudad tras una semana de camino que les ha servido para cargar las pilas de la devoción que les ha de dar fuerzas para afrontar un año de espera.

Este año, el camino ha sido más de ida y vuelta, la crisis no perdona y tampoco iba a ser menos en El Rocío, como cuenta Reyes, una peregrina de la Macarena: "La cosa está muy achuchá, así que hemos optado por ir cada día de camino pero volver a dormir a casa".

La Macarena llegaba por el Puente del Cachorro a las ocho de la tarde, mientras un taxista se quejaba airadamente en Plaza de Armas por el corte de tráfico: "No me extraña que luego digan por ahí que aquí no trabajamos". Una de las romeras de esta hermandad, Cecilia, comenta que este año el camino de vuelta ha sido mejor que el de ida: "Ha sido más fresquito, lo único malo es que ha habido muchos mosquitos".

Fuera penas / fuera penas/ que vuelve del Rocío la Macarena cantaban delante de la carreta. La hermandad hace un recorrido de vuelta a San Gil en el que pasa por las calles más comerciales del centro: Rioja, Tetuán, Velázquez, y la Campana, para segur por Amor de Dios en busca del barrio.

A la misma hora que llegaba la Macarena, la hermandad de Sevilla, o el Salvador, hacía lo propio por Blas Infante. Muy bonito es el recorrido que esta hermandad hace por el Arenal. Este año están de celebración por su 75 aniversario, realiza el mismo camino de ida que de vuelta, las mismas parás, como explica Luisa: "La vuelta es más de hermandad, mucho más íntima. Hay menos gente que en la ida, pero a mí me parece más auténtico, se disfruta mucho, aunque ya vengamos con la paliza en lo alto". Las carretas que acompañan al simpecado se despidieron, como es habitual, al final del puente de Los Remedios, pese a que la Policía pretendía que lo hicieran en Blas Infante, a lo que la hermandad se negó.

La última en llegar era la hermandad de Triana, al anochecer, como manda la tradición. Emocionante el encuentro que protagonizaron Triana y Sevilla en la Juliana. Allí las dos corporaciones se olvidaron de aquello de que no podían encontrarse durante el camino y vivieron unos bonitos momentos de convivencia, intercambiándose unos alfileres con sus escudos para colocarlos en sus respectivos simpecados.

Mucha gente acompañó al simpecado de Triana en su regreso a la calle Evangelista viviéndose momentos muy destacados durante todo el recorrido, sobre todo en las iglesias de la O y la Estrella.

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