Derecho humanos

Personas intersexuales, en la lucha contra la invisibilidad social

  • La asociación Adriano Antinoo lucha por los derechos de un colectivo que se estima está representado por el 1,7% de la población mundial

Ilustración: Rosell

Ilustración: Rosell

El recién acabado junio es el Mes del Orgullo LGTBI, pero también es un tiempo para recordar que para llegar a esta celebración muchas personas han tenido que luchar para ganar los derechos y libertades que por mucho tiempo fueron negados a estos segmentos de la población. Pero es una carrera de fondo. En muchos casos esa lucha empieza en el mismo momento en el que se llega a la vida cuando ser niño o niña es la primera pregunta que, con frecuencia, se hace a quienes tienen un bebé, partiendo siempre del supuesto de que el mundo se divide en dos grupos, el masculino y el femenino, y que las características biológicas y genéticas de todas las personas se ajustan a una de estas dos categorías. Sin embargo, no siempre es así.

Nacer intersexual no sólo implica hallarse en el limbo del género binario. Las personas intersex son las que menos se visibilizan, pero no están solas. Existen grupos grupos de apoyo y organizaciones pro-derechos de intersexuales que se vuelven fundamentales para incrementar su calidad de vida. En Andalucía, la asociación Adriano Antinoo, con sede en Sevilla, agrupa al colectivo de lesbianas, gais, trans, bisexuales e intersexuales y trabaja con el objetivo de garantizar la igualdad de las personas, sin distinción por razón de sexo ni discriminación por su orientación sexual. Dentro de ella, Mari Carmen Díaz es la coordinadora de Krisol pro derechos humanos intersex desde donde se desarrolla una ingente labor por dar visibilidad a este colectivo a través de programas de educación en la diversidad, así como la reivindicación de sus derechos humanos a través de redes sociales, reuniones con grupos parlamentarios, asistencia a talleres y charlas en institutos, universidades y centros públicos de entes locales y también en acompañamiento.

Pese a esta lucha sin descanso, Díaz Ruiz es consciente de que los términos intersexual o intersexualidad siguen siendo de lo más desconocido para la sociedad. "Comparado con la información que a nivel general se tiene del significado de las letras del acrónimo LGTBI, la I es una gran desconocida y existe mucha desinformación. La invisibilidad de la existencia de las diferencias en las características sexuales son las causantes del desconocimiento general de la palabra intersex. Una invisibilidad, además, asociada al tabú y al estigma", afirma.

La intersexualidad es una condición que aglutina una variedad de situaciones del cuerpo, en las cuales una persona nace con características sexuales (genitales, gónadas, niveles hormonales, patrones cromosómicos) que no parecen encajar en las definiciones típicas de masculino o femenino. El sexo fenotípico está determinado por el desarrollo de los genitales internos y externos, pero el sexo de asignación social, es aquel que se da, por el personal sanitario, en función del aspecto externo de los genitales. Es aquí cuando no siempre se acierta y de ahí la reivindicación de este colectivo que, aunque poco común, no son casos aislados. "La estadística determina que existen tantas personas intersex como personas pelirrojas, esto sería una horquilla entre el 0,05 y el 1,7% de la población a nivel mundial", concreta Díaz Ruiz.

En este punto, existe la creencia de que para encajar en la norma binaria, los genitales sanos de los niños y menores intersex deben ser sometidos a operaciones quirúrgicas para extirparle aquello que le sobra o para feminizar unos genitales atípicos o no normativos. "Esto sería extirpación de gónadas internas de tejido testicular u ovotestes, clitoridectomías o su versión occidental de ablación y vangioplastias con tejido tomado del colon o sigma", señala Díaz Ruiz. Esto explica que, a lo largo de su infancia, estas personas protagonicen continuas visitas a los cirujanos que, "en muchos casos", -matiza- "llegan a provocarles traumas de disociación del cuerpo, despersonalización y trastornos de estrés post traumático, aparte de ocasionarle una incapacidad para el goce del deseo sexual", añade.

Y es que, la intersexualidad, más que una cuestión de género, es también una cuestión de salud y de ahí la lucha del grupo Krisol pro derechos humanos intersex de Adriano Antinoo por la erradicación de esas cirugías cosméticas en personas menores sin su consentimiento pleno e informado. "La prevención de un supuesto desarrollo de proceso neoplásico de gónadas alojadas en el canal inguinal o abdominal debe ser tratado por otros métodos menos invasivos que la gonadectomía y en su lugar ser monitoreados, ya que lo último que debe serle extirpado a la persona son sus gónadas por las repercusiones que a nivel de salud conlleva, debiendo someterse de por vida, tras esa castración, a una terapia hormonal sustitutiva. De la misma manera que no todas las personas con mamas se les extirpan éstas para evitar un tumor mamario, a las personas intersex, a menos que corran un riesgo cierto de tumoración de sus gónadas, éstas deben ser conservadas", reivindica.

Al igual que las personas homosexuales y transexuales sufren situaciones de discriminación, lo mismo sucede con la intersexualidad, que, además, se enfrentan a una mayor desprotección a nivel jurídico.  "A la invisibilidad y el desconocimiento desde todas las áreas sociales, incluidos médicos de cabecera, pediatras e incluso en profesionales de la salud mental, existe una discriminación por parte de los estamentos médicos y jurídicos al no existir normativa específica reguladora y a tener la creencia de que los genitales de los bebes y niños intersex son producto de una malformación que debe ser corregida quirúrgicamente en edades que la persona no pueda prestar su consentimiento", destaca.

A ello se añade un vacío legal que hace que, cuando se producen acontecimientos en la vida de las personas intersex o sus familiares, éstas no encuentren una adecuada respuesta al no existir un marco jurídico específico en torno a su condición. En 2019 el Parlamento de la Unión Europea dictó una orden dirigida a los países miembros para que legislaran y tomaran acciones encaminadas a proteger los derechos humanos de las personas intersex, pero de momento, en España, estas personas continúan sin protección.

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