Pleno municipal en el IES Macarena

Calle Rioja

Enseñanza. A la celebración de los 25 años del instituto acudieron los ex concejales Bernardo Bueno, Enriqueta Vila y Paula Garvín; un repaso por la historia reciente.

Francisco Correal, Sevilla

25 de junio 2012 - 05:03

EL IES Macarena cumple 25 años de historia y su claustro me invitó a glosar ese tránsito de tiempo en un centro escolar construido cinco años antes de la Expo muy cerca de la Cartuja. 25 años. Para dar una idea de lo que puede cambiar un país en ese tiempo, planteé la hipotética glosa de un instituto que hace 25 años hubiera cumplido 25 años.

Tendría que remitirme entonces a la España de 1962. Un año en que se mueren Marylin y Juan Belmonte, que se inicia en Sevilla el rodaje de Lawrence de Arabia. Nombraron a Fraga ministro de Información y Turismo y se proclamaron dos estados de excepción. Frente a ese oscurantismo, otros signos de apertura aparte de las primeras suecas: el contubernio de Múnich y el Concilio Vaticano II. Ese año moría en París Diego Martínez Barrio, el sevillano que llegó a presidir las Cortes y la República.

Por ceñirme a la Alameda, la parte de la ciudad que me resulta más próxima, en 1987 cerró sus puertas el cine Ideal, joya de los cines de verano, y las abrió el Fun Club. Se puso en marcha el programa Erasmus. Un día antes de la charla se cumplieron 25 años del atentado de Hipercor en el que ETA segó la vida de 21 personas. La entrada principal del IES Macarena da a la calle Doctor José Manuel Puelles de los Santos, paralela con la Avenida Alberto Jiménez-Becerril. Los dos fueron concejales del Ayuntamiento de Sevilla. El doctor Puelles nació en enero y lo fusilaron en agosto. Jiménez Becerril nació en agosto y lo mataron en enero. Vidas paralelas con destinos cruzados. El médico tenía 42 años cuando el pelotón de fusilamiento acabó con él el 5 de agosto de 1936. Alberto había entrado como concejal en el Ayuntamiento el mismo 1987 en que se pone en marcha el IES Macarena. Tenía 37 años cuando lo mataron junto a Ascensión, su esposa, la noche del 30 de enero de 1998 junto a los muros del Palacio Arzobispal.

Dos mártires civiles para el entorno de este instituto que además rezuma municipalismo. Cuando entré en el salón de actos, en primera fila estaban Bernardo Bueno y Enriqueta Vila, a los que se sumó Paula Garvín. Tres antiguos componentes de la Corporación municipal, uno por partido. Sólo faltaba para completar estos pactos de la Moncloa de la Macarena Evelia Rincón, actual delegada del distrito.

Enriqueta Vila sucedió en 1991 en la Delegación de Cultura del Ayuntamiento a Bernardo Bueno, que ejerció en los dos mandatos municipales de Manuel del Valle (1983-1991) los cometidos de Educación y Cultura, donde puso en marcha Cita en Sevilla. Este químico de profesión, socialista, le pasaba los trastos a la americanista que iba en las listas de Alejandro Rojas-Marcos. Paula Garvín llega después, fue portavoz de Izquierda Unida en la Casa Grande y creó los Presupuestos Participativos. Los tres coincidieron con Alberto.

Bernardo Bueno fue profesor de Química, tuvo entre sus alumnos a Alberto Moriña y en su etapa de delegado de Educación propuso habilitar estos antiguos terrenos de Laminadoras del Sur para instituto de secundaria. Enriqueta Vila, presidenta de la Academia Sevillana de Buenas Letras, conocedora de tantos secretos de galeón, nunca dio clases en el Macarena, pero sí lo hicieron sus hermanas Pili y Tere, catedráticas respectivas de Latín y Griego, ya jubiladas y presentes en el acto. Paula Garvín, malagueña de Archidona (como Ortiz Nuevo, el predecesor de Bernardo y Enriqueta en Cultura), volvió a dar sus clases de Física y Química cuando abandonó el Ayuntamiento.

En 1987, con Felipe González en la Moncloa, era ministro de Educación José María Maravall. A éste le sucedió Javier Solana, que al ser reclamado para ponerse al frente de la OTAN metió hace justamente veinte años y un día, festividad de San Juan de 1992, a Alfredo Pérez Rubalcaba por primera vez en un Consejo de Ministros, al frente de la cartera de Educación. El 29 es la verbena del instituto, alfombra festiva para su nueva directora, Rosa Álvarez, profesora de Ciencias Naturales, que nació en Ayamonte y antes del Macarena ejerció la docencia en Sanlúcar la Mayor, Lebrija y Benacazón. Me presentó Juan Carlos Vélez, antiguo alumno, periodista, hijo del periodista de mismo nombre que murió en 2003 y tiene una calle con su nombre en lo que ahora es la corrala Utopía. Siempre al lado de la noticia.

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